Entrevista a Tatiana Mendoza Armijos (ECU)

“Nos haríamos un gran favor si no nos etiquetamos ante tanta versatilidad

Escribir desde la audacia es un desafío frecuente pero también un acto de libertad. Las palabras nos vienen acompañando desde tiempos remotos y tienen presencia aún desde el silencio. Muchas veces el verbo se transforma y toma diferentes matices. Ese mismo verbo puede hacernos reflexionar, se puede convertir en conocimiento e incluso seducir. La poesía y la escritura en general es una invitación a vivir motivados, desde la inventiva, desde la originalidad, desde la experiencia, desde lo cotidiano, desde la sinceridad.

Hoy abordamos a Tatiana Mendoza, una autora genuina, que cautiva con su honestidad y se muestra natural ante la incertidumbre. Reconoce que sus textos pasaron por etapas de destrucción para poder volver a reescribir, pero en la frescura de sus respuestas ira creando un vínculo del lector hacía su trabajo literario. Mientras leemos las siguientes líneas, estoy seguro que ella nos mirará desde su ventana, quemando lo que queda de sus recuerdos.     

Que te inclinó hacia la poesía erótica.

Desde muy pequeña fui sumergida a ciertas experiencias que no fueron agradables, sin embargo, como modo de defensa, terminé cayendo en ese mundo un poco complicado. Así que desde la experiencia empecé con el tema del erotismo. Los cuerpos desnudos siempre me han llenado de curiosidad, lo que sienten cuando son inducidos. Las películas también forman parte de ese panorama, así que por ahí también va la influencia, de Almodovar, sobre todo.

Haber escrito Carajo, lo consideras uno de los placeres de la vida.

Si. Fueron casi ocho años que me llevó entender al resto y entenderme.  A partir de ahí, la escritura es mi catarsis, largo aliento, pero también un látigo que me regresa a las formas básicas de vida, muy discutido, pero poco apreciado.

Como tratar el sexo en la literatura.

Como es, algo natural, parte de la humanidad y que puede desembocar y ser catártico a la vez. Es difícil para algunos, lidiar entre estos dos mundos, porque consideran que el sexo es animal, (cosa que sí es) pero que se puede combinar, usando los términos correctos. El problema de la moral es un dolor de cabeza para ciertas mentes no dispuestas a abrirse, no para que les guste, porque eso sería muy pretencioso, pero al menos considerarlo.

Algún escrito que se haya vuelto tu fantasía sexual.

No. En mi caso, sucedió, al contrario, primero fue la fantasía, luego la escribí.

Tu escritura ha incursionado en el pornoterrorismo.

Tuve que buscar la palabra porque no tenía idea en este término. En realidad, no. Y creo que nos haríamos un gran favor si no nos etiquetamos ante tanta versatilidad. Creo que las emociones que nos lleva el orgasmo y la escritura, deben ser por igual. La comodidad también es otro elemento, pero no para los otros, sino para sí mismo.

Como ha sido tu experiencia con los medios de comunicación en cuanto a los señalamientos morales y tabúes por parte de la sociedad.

Siempre los habrá. O se es muy inmoral, muy caótica, muy impropio. Las opiniones son diversas, pero existe de todas maneras, el tabú y la necesidad de afirmar que eso es malo, una palabra muy religiosa y ese es el grave problema.

Cuenta la crítica que “Ahora me toca a mí” de Selma Lonning Aaro, es una novela que lleva a las mujeres directo al orgasmo. Que opinión te merece o en caso de no haberla leído que novela podría cumplir ese propósito.

Es como la conexión con una persona, así también con los libros, si aburren, no gustan, uno los debe dejar, no sentirse en la obligación de hacerlo. Todo libro, cuento, poema que nos conecte con el alma puede provocar no solo un orgasmo, sino varios.

Saliendo de la literatura y aterrizando en la vida cotidiana los orgasmos múltiples son un mito.

No lo son, todo depende cómo te tocan, pero también cuánto uno se conoce. La mujer debe saber desmontarse cuando no se siente bien y decirlo. No es justo tener que seguir sometida a algo tan abstracto, como es la moral, cuando el sexo es lo tangible.

Para cerrar la entrevista te invitamos a compartir uno de tus poemas.

FANTASMAS

Hay una ciudad enterrada en mi monte de venus

Caníbales que arrodillados

Desmenuzan el dolor

Con un muévete lento

A veces usan los dedos

Para silenciarme

Huelen a rutina monógama

Enfermedad terminal

Usan dientes

Arrancan mi clítoris

Pero no siento nada

Todo sigue igual en la ciudad que siempre llueve

Me hago el amor

Diluvia

Los caníbales mueren en su intento

Llevan un trozo de mí

Absorben mi coca

Se van

Se quedan sus fantasmas

Convivimos con algo muerto dentro de nosotros, siempre.

Biografía

Tatiana Mendoza Armijos escribe desde los trece años. Profesora de Literatura de Secundaria y Master en Tecnología e Innovación Educativa. Formó parte del grupo Gestor Cultural Otra Orilla, que se desarrollaba anualmente en Guayaquil. Finalista del Slam de Poesía del grupo “La buseta”, 2015. Parte de su poesía consta en la Antología Ileana Espinel 2015, 2016 y 2017. Escribe para el portal loscronistas.org

Participó en el Festival a Hugo Mayo que se desarrolló en Manta en el 2017. Fue parte del taller que impartió el poeta Pedro Gil en la ciudad de Manta.

En el año 2020 publica su opera prima el poemario ¡Carajo! de El Quirófano Ediciones.