INMA LUNA – APOLOGÍA DEL PELO REVUELTO
Por Matías Escalera
INTRODUCCIÓN
La poesía de Inma Luna es exactamente como su voz, un torrente desatado de vida quebrada por el roce inmisericorde con la áspera superficie de la experiencia honda y arrebatadora de la vida misma.
Es una poesía –como lo es su voz– un don que se nos ofrece sin contemplaciones, con la misma fuerza con la que es mujer y ser humano auténtico.
Al leer sus poemas, al escucharlos, uno siente inmediatamente que Inma Luna no se guarda nada para ella, que nos da todo lo que sabe y lo que ha aprendido, todo lo que le ha ido quebrando sus versos y su voz. Y todo ello en versos y líneas esculpidas en un mármol de imágenes y metáforas tersas, exactas y terminantes, pero tan vivas y vibrantes como la misma existencia.
Si ustedes aprecian la sincera verdad en los versos que se les ofrecen, si ustedes aprecian el uso exacto de las palabras, o la vida desbordándose de ellas, aquí tienen donde gozar y reconfortarse.
No estoy limpia
No estoy limpia. Vengo de un cuento de hombres y mujeres tan verdad y mentira como cualquiera. No hace falta contar lo que se ve en mis brazos, lo amordazado de mis ingles. Tú sabes. Yo aprendo. Esa es la parte buena del negocio. Que estoy dispuesta. Quería decírtelo personalmente mientras te abro la boca para que puedas devorarme. Me pongo así en tus manos y empieza el juego. No estoy limpia. Atrás se quedan cosas que me han dejado estrías en la tripa, rayas blancas, brillantes, en las que puedes colocar tu lengua para que lama a trompicones la inexperiencia que dan los años, las señales que delatan mi edad de árbol.
Empezaré soplando el color de tu carne. La acercaré a mis labios, me hundiré en el sabor de cada trago como si fueras mi nutriente. Luego, cuando conozca tu grado de acidez, llegaré a más. No habrá contemplaciones. Seré una plaga de dedos que entren y salgan y arañen, froten, lleven y traigan líquidos y olores. Seré dientes que hagan crujir tus huesos y arrebaten las regiones más blandas. Seré una pierna dúctil y escurridiza anudada en tu origen. Me ensartaré en todos tus extremos hasta verme inundada.
No estoy limpia. Ya lo ves. No es necesario que me tapes ahora. No es necesario. No tengo nada que ocultar. Las manchas que arrastramos son las que nos dan forma. Ahora quiero que te quedes aquí, que me dejes hacer, que me dejes hacerme.
[DE No estoy limpia, Baile del Sol, 2014]
Tocarlo todo
Tocarlo todo,
la raspa herida del alcornoque,
el conejillo destripado,
su sangre.
Beberlo todo,
la clorofila de las hojas,
los líquidos amnióticos,
el agua fresca en la corriente,
el verdín estancado.
Probarlo todo,
respirar nubes de mosquitos,
chupar las piedras,
clavarse las raíces,
hundir los pies descalzos en el fango,
tan frío, doloroso.
No basta con mirar
hay que adentrarse
en los pozos oscuros,
en sus gritos.
Morder el gozo,
babeantes,
inocularse el virus,
acariciar los aguijones
rindiéndose al veneno.
Tocarlo todo,
embadurnarse en el poema,
en su saliva cáustica.
Tocarlo todo,
tocarlo todo.
[DE Un vago temblor de rodillas en el corazón, Ed. Crecida, 2015]
Apología del pelo revuelto
“Utilícese en seco para disciplinar los mechones rebeldes”
[En la etiqueta de la crema definidora de rizos Deliplús]
A qué viento esperamos,
a qué arrasador tsunami.
Hasta cuándo estaremos aquí
-peinados-
inconcebiblemente quietos.
Ellos lo saben,
tienen las herramientas,
dispensan suavizante,
lo utilizan en seco para disciplinar los mechones rebeldes.
Cuándo desbocaremos las melenas
y nos arrancaremos de cuajo las horquillas, las gomas, las coletas, los moños.
Cuándo nos alborotaremos de conciencia,
saldremos a la calle completamente despeinados
para recuperar la libertad del rizo,
para que nuestros sueños broten como las rastas indomables de Medusa.
Antes de que nos dejen alopécicos
promulguemos las bases de una revolución cosmética
lejos de toda mascarilla
o espuma moldeadora.
[DE Cosas extrañas que sin embargo ocurren, Ed. Cangrejo pistolero, 2013]
La gran ola
Es muy probable que no haya otra manera
vivir dispuesta a todo
no enfrentarse
no agotarse en la lucha
abrazar lo que venga
con las branquias abiertas
con el filtro instintivo del corazón.
Estar preparada para la gran ola
la que se lleva todo por delante
para la caricia de la ola chiquita
la que hace cosquillas en los pies.
Saber que cualquier cosa me puede pasar
que no existe emoción que nos esté vetada.
Hay que fortalecerse en la fragilidad
concebirse en la espuma de lo humano.
No quiero que este chapuzón me sepa a poco
he de explorar negras profundidades
para alcanzar tesoros
hacer el muerto para que la marea me acune
nadar veloz para sentirme poderosa
secarme luego al sol
y descansar por fin
en una playa hasta que me desagüe
y así la arena y yo seamos solo una.
[DE Desde las entrañas, Baile del Sol, 2017]
Atardecidos
Salimos porque el viento nos conmina
el viento, el mar o su crujir: la tarde
un cielo peligroso que se rompe
y abre bocas de luz sobre las piedras.
Nos ocupamos del registro de datos:
una mujer sentada en el pretil
-la espalda recta
el flamear del pelo-
concentra su atención en los saltos de espuma
se responsabiliza del contenido en sal que la substancia.
También hay gente que se recuesta en gente
(o en la arena)
se acarician el dorso de las manos
(o desmenuzan los fragmentos de lava).
Se mantienen atentos al pan de levadura de las nubes
el rayo deslumbrante, cualquier dilatación de sombras
y por fin al encrespado incendio
que se extiende veloz por la piel de la playa.
Se escucha una canción de desbandada
el agitar del mástil
el grito cardinal de la gaviota.
Temblamos levemente en la belleza
en el ligero pánico de cada despedida.
La maresía, su turbiedad salobre
nos va expulsando hacia la oscuridad.
Después de apuntalar lo efímero
nos marchamos a casa
recién atardecidos
nos hemos hecho ancianos con el día
ahora necesitamos descansar
cuidarnos como dos fragilidades
que se estuvieran arrugando sin ruido.
[DE Edificio Nautilus, Baile del Sol 2020]
Inma Luna (Madrid, 1966) es poeta y narradora. Ha publicado en poesía: Edificio Nautilus (Poesia A Sul,
Portugal, 2019), Desde las entrañas (Baile del Sol, 2017), Un vago temblor de rodillas en el corazón (Ed.
Crecida, 2015), Divina (Baile del Sol, 2014), Cosas extrañas que sin embargo ocurren (Cangrejo Pistolero
Ediciones, 2013), Existir no es otra cosa que estar fuera (L.U.P.I., 2012), No estoy limpia (Baile del Sol,
2011), El círculo de Newton (Baile del Sol, 2007) y Nada para cenar (LFC Ediciones, 2006 y Baile del Sol,
2014). En narrativa: la novela Mi vida con Potlach (Baile del Sol, 2013) y el libro de relatos Las mujeres no
tienen que machacar con ajos su corazón en el mortero (Baile del Sol, 2008, 2009 y 2012). El libro
Cocinando la calle con Carlos Maldonado (Baile del Sol, 2016) es otro de sus trabajos publicados.
[https://www.facebook.com/inmalunatica]
¡Magníficos poemas!