CARLOS ENRIQUE RIVERA – ENTRE LOS FANTASMAS ANÓNIMOS
SARMIENTOS
A mis hijos
Quiero dejar escrito
que tuve hijos
cuando el sol apenas moría.
Sarmientos
entretejidos por la vida
en el navegar de los ocasos
del mar de mi congoja.
Hijos de mi piel
sembrada en el panal
que las abejas chorrearon
los veranos transformados.
Hijos que tienen
en su boca el fuego
de las perseidas que nadie recogió,
en la madruga del rocío
donde las flores
bañan la espalda de la mañana.
hijos forjados en la súplica
nacida del recuerdo
oculto en el poema.
hijos soles, lunas, espacio.
Hijos de mi propia esencia.
Luz en el despertar
de las lluvias blancas
y de los días sin invierno.
Rocas nuevas,
Tierra sembrada en el tiempo.
AMANECÍA
Las sombras
tejían la luz que se regaba incierta.
Árboles y todo lo dormido
festejaban con bostezos,
estirones y calambres,
mientras los minutos del sol
sonrojaban la piel.
Es una mañana de mi era
despoblada de celajes,
llena de briznas de sal
y arrumacos de alegría.
Cada recuerdo del amanecer,
de sus colores pardos,
de sus agonías enterradas
despierta la amalgama del vivir
y la flor del pensamiento.
Esta es la mañana de mis huesos
cansados de navegar
venciendo la tormenta,
que herida por el amanecer
guarda sus remos
y se funde en el trajín del despertar.
Cada paso de estas tortuosas olas
golpean mi espalda triturada,
y mis pensamientos
despiertan
con el golpe de la marea.
El horizonte que lejano estaba
ahora toca mi frente
como lamiendo su escalofrío,
señalando la estatura de mi puerto
y marcando el final de mi tormento.
Amanecía,
yo era entonces la última víctima
del naufragio.
El viaje terminó.
LLUVIA
Amor
está lloviendo.
Estoy salpicado de tus besos
y lamiendo tu caricia.
Deja que la lluvia nos traspase
hasta el último tuétano del cuerpo.
Amor,
cada instante
de esta vorágine invernal
calienta el ansia de mi arteria,
quiero sucumbir
entre tu beso húmedo,
o en la brizna total
de tu empapado abrazo.
Amor,
está lloviendo,
las gotas nacidas esta noche
están pariendo los océanos.
Nuestras bocas tienen sed.
Volvamos a las cosas nuestras,
aneguemos nuestro cuerpo de esa furia,
de esta pasión que nos arropa…
Estamos solos…
Seamos cataratas desbordadas…
VORÁGINE
El amor
socava la carne de mi cuerpo.
Siento que las noches mudas
se mecen en esta necesidad
de querer deshacerme entre tu boca.
Grita el instinto revoltoso
que busca la sima del encuentro,
más allá de las sábanas amorfas
y las almohadas locas
de este circo llamado sexo.
En el largo y ancho
de este amor sin sosiego,
una guerra se desata
mientras la paz de mi cuerpo
cae rendida.
Ya no soy yo.
Ahora soy saliva de tu palabra,
alimento de tu pasión izquierda,
el ego de tu piel difuminada.
Soy vorágine en tu despertar.
REQUIESCAT
A mi madre
Ana María Chacón Roldán
Entre los fantasmas anónimos
de mi pensamiento,
busco el amor que nació conmigo
cuando las aves descendían
de su canto olvidado.
Hurgo el silencio,
hablo con el espejo
tratando de descifrar mi enojo
y no comprendo sus palabras.
Y en las horas,
como si fuera posible
remover el tiempo,
busco los rieles
de mi existencia,
la piel de cada mañana
y el tatuaje de mis ojos.
Te busco a ti, madre,
mujer vestida ahora con el aroma de Dios
que escucha
la música de las plumas del alba.
El tiempo pasa,
las cascadas celestiales
me distancian de tu cariño,
de tu mirada, de tu abrazo.
En esta soledad, amada madre,
estoy inquieto, busco el cielo,
tu beso, tu despedida, tu adiós.
En esta soledad,
duermo tu abrazo.
Carlos Enrique Rivera Chacón, poeta costarricense nacido el 12 de abril de 1942. Aparte de su
trayectoria literaria, también se desarrolló como profesor de Ciencias Generales y Biología.
Cofundador del Círculo de Poetas de Turrialba con Jorge Debravo, Laureano Albán y Marco Aguilar.
Miembro del Grupo Literario Poiesis. Miembro del grupo Turrialba literaria. Miembro del Colectivo Letras
sin Fronteras. Autor de trece libros, ocho de ellos han sido publicados por prestigiosas Editoriales, los otros
cinco son inéditos. Además ha sido antologado en el Salvador, Guatemala y Cuba.
Bravo Carlos! El fantasma materno es mi preferido!
Exelente…estoy orgullosa de este gran poeta y progenitor mio.
Te amo papi y me encantan tu poesía.