FRANCISCO JOSÉ MARTÍNEZ MORÁN – ZAGUÁN
INTRODUCCIÓN
No sé si han contemplado una formación prismática de puro cristal de cuarzo, en la que la luz se condensa interiorizada en líquida pureza, al tiempo que se desborda y destella deslizándose por las aristas. De modo que, tanto la luz que llega, como la atmósfera que cerca a ese líquido cristal, tanto las ondas incorpóreas, como el lienzo etéreo e inmaterial que lo contiene, quedan reducidos y, al mismo tiempo, devueltos: primero, como integridad absoluta dentro, íntegra belleza licuescente y mineralizada; y, luego, como luz diversa y fluida restituida al mundo, pero ya distinta y transformada. Y todo ello con una precisión escueta, con la sencilla exactitud de lo que es natural y necesario, pues no se concibe, ni puede existir, de otro modo. Bien, pues eso mismo es lo que sucede con cada poema –tomados uno a uno– y con la poesía entera de Francisco José Martínez Morán, que, concentrados en la límpida belleza interior de cada poema, este nos inunda y nos alumbra una nueva, sutil e inesperada representación mental de una emoción, de una sensación o de una vivencia que habíamos olvidado, a la que simplemente nos habíamos acostumbrado o en la que nunca habíamos reparado: sobre nosotros o sobre el mundo.
Palabras y pupilas
LA ROSA sueña un hombre:
con una desazón que le es ajena
mide las erosiones de su piel,
cataloga palabras y pupilas,
trata de comprender la decepción,
el miedo y la esperanza.
Sueña que la existencia se reduce
a sangre y pulso y polvo;
sueña que vive largas estaciones,
se sueña fea y pálida, se sueña
extrañamente vieja y olvidada.
Sueña que los demás son los que hieren.
[De Obligación, 2013]
Zaguán
HAY LENTAS flores blancas sobre el muro.
Es probable que las primeras lluvias
del otoño las tumben, que mañana
sus corolas marchitas ya no sean
ni blancas ni brillantes ni sedosas.
Esta noche hará frío y todavía
no he encontrado un zaguán que me resguarde.
[De Obligación, 2013]
Esa
La pieza que no encaja:
esa es la imprescindible.
[De Tacha, 2018]
Fe
Para Javier Morán Castro
La yegua se levanta y todo queda
fijo en la eternidad que enlaza el salto
con el descenso. Alargas tu contorno
sobre el tablón, intuyes la parábola;
el aire es una piel tensa y volátil.
Así obstáculo a obstáculo,
hasta el último muro.
[De Tacha, 2018]
Son montañas altísimas:
altísimas montañas,
y qué pobre mi canto.
Qué líquido el sendero,
qué abierta la vereda;
y qué pobre mi canto:
qué pobre y qué baldío y qué egoísta.
[De Los cuadernos del frío, 2021]
Francisco José Martínez Morán es doctor en Literatura Comparada. Ha publicado los poemarios Variadas posiciones del amante (2006, Premio de Poesía Joven Félix Grande), Tras la puerta tapiada (2009, Premio Hiperión), Obligación (Polibea, 2013) y Tacha (Renacimiento, 2018). Es, asimismo, el reciente ganador del Primer Premio Internacional de Poesía Francisco Brines, por No (Pre-Textos, en prensa [2021]). Algunos de sus textos figuran en diversas antologías y han sido traducidos al portugués, al chino, al inglés y al rumano. En 2010 apareció su colección de relatos Peligro de vida (El Gaviero) y es autor, bajo el heterónimo Carlos Grande Grande, del ensayo Crónica digital de Carlos Grande y del poemario Grande Tercera Phase (2013 y 2015, respectivamente, Evohé). En 2018 publicó la novela Amistades comunes (Baile del Sol). Es colaborador habitual de numerosas revistas literarias (Anáfora, Quimera, Paraíso, etc.), así como de Cadena SER Henares, donde se ocupa cada lunes de la columna cultural La voz en el mensaje. Desde 2014 hasta 2018 organizó el Ciclo de Poesía del Corral de Comedias de Alcalá de Henares y en la actualidad dirige la colección de poesía De luz, piedra y espejo en el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alcalá.
