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AÑO 5 - 2024

“Nunca imaginé que desde esa primera vez que pisé un penal a hoy, iba a tener una fundación, iba a recorrer 10 provincias, iba a repartir más de 6500 libros”

Libros en los pabellones

Por Nicolás Diana

Ana Sicilia lleva adelante un ambicioso proyecto que comenzó como una aventura y hoy cumple cinco años. La periodista argentina se alejó de las cámaras para enfocarse de lleno en su organización “Fundación AS”, con la que fomenta la lectura en contextos carcelarios.

Anita llega de la escuela, toma la merienda y sale a la calle a jugar con sus amigos y amigas. Después hará la tarea, no es un tema de preocupación, es buena estudiante y tiene las cosas al día. Ahora, por la tarde, lo único que le importa es llenarse de conurbano bonaerense. Andar las calles; a pie o en bici, sentarse en el cordón de la vereda. Tomar una coca, más tarde una cerveza. Ir a la cancha a ver a San Martín de Burzaco.

Hija de la clase trabajadora, Ana se crió en una casa sin libros, sin embargo de muy chiquita recibió dos regalos que la marcaron: Un libro con poemas de Neruda, desde las manos de su padre, y el clásico título “El principito” de manos de un médico que la operó a los 9 años. Se marcó así la primera sensación: el libro como obsequio, de mano en mano, mirando a los ojos. El libro como objeto preciado.

La primaria y la secundaria quedaron atrás. Llegó el momento de la Universidad de Quilmes, y la carrera elegida fue la Licenciatura en Comunicación social. La universidad pública argentina. El título lo obtuvo en el tiempo estipulado. Luego fue por una maestría y ahí es donde apareció una referencia ineludible. Tal vez ese fue el primer intento, sin saberlo, de todo este megaproyecto que lleva adelante: “Había empezado una maestría y el proyecto de tesis era sobre el consumo de industrias culturales que podían llegar a tener los detenidos y detenidas en contexto de encierro”. La tesis no prosperó, porque los caminos no son una recta directa, se hacen al andar como diría Machado, pero después, cuando se llega, uno siente lo que Anita: “siento que estaba todo predestinado para que sucediera así como sucedió”.

La profesión de periodista se combina con su carrera de modelo. La universidad con la escuela de la calle. Las cámaras no pierden de vista las esquinas. El maquillaje para los paneles de televisión y las campañas publicitarias no la alejan del conurbano. La preocupación por las cosas que pasan está latente.

Ana trabajó como panelista en Bendita TV, programa que se emite por Canal 9, conducido por “Beto” Casella, y que abandonó para abocarse de lleno con su “fundación AS”. También condujo noticieros en el canal de noticias IP.

Ana va desmenuzando su historia con pasión de artesana. Gesticula mientras habla. Explica con sus manos, a la vez que explica con sus palabras y con los gestos de su rostro. Ana usa frases que aluden a “probar con lo imposible”, a luchar “contra viento y marea”, o “mejor que decir es hacer”. Frases que pueden resultar demasiado abstractas en boca de otra persona, pero ella les da un poder inapelable cuando te dice: “Nunca imaginé que desde esa primera vez que pisé un penal a hoy iba a tener una fundación, iba a recorrer 10 provincias, iba a repartir más de 6500 libros”. Háblame de hacer.

Esta historia, me cuenta sin dejar quietas sus manos, empieza con Julián Maradeo, quien la invitó a una charla. El periodista la contactó luego de leer un blog que Sicilia titulaba “reinventadas” y en el cual desplegaba su oficio de escritora para contar historias de mujeres que realizaron cambios significativos en sus vidas. Luego de algunas charlas, se da esa primera visita al espacio “El Ágora” en la Unidad n° 9 de La Plata. Un 3 de Octubre de 2017.

La visita es toda una experiencia. Una charla con los chicos del penal, una actividad de escritura: “Los hice escribir sobre cómo se imaginan ustedes reinventados cuando salgan de acá. Aún conservo esas hojitas”. Reinventarse puede parecer difícil para cualquiera que lea esta nota en aparente libertad. ¿Quién no ha soñado más de una vez con dar un volantazo a su vida? Sin embargo, reinventarse parece ser una condición de supervivencia para aquellos que luego de cumplir su condena  vuelven a la libertad ansiada.

Esa primera visita terminó narrada en una crónica periodística, y el evento quedó unos meses en modo anécdota. Pero, si estaba todo predestinado algo debería suceder; Ana volvió al Ágora. Volvió, esta vez con libros, y convirtieron un triste estante abandonado en la primera mini biblioteca carcelaria. La semilla. Siguió yendo. Primero empezó como taller de escritura, hasta que pidió libros por twitter y armó la primera biblioteca en el espacio El Ágora  en la Unidad 9 de La Plata.

Hablame de “mejor que decir es hacer”. El taller de lectura y literatura se convirtió en una costumbre, y como las buenas noticias vuelan: “Al tiempito me escribe un interno de la unidad 43 de González Catán, si podíamos hacer lo mismo ahí. Y fui. No conocía ni al que me había escrito”.

Se inició allí otro taller con biblioteca incluida, hasta que un problema de conducta dividió a los internos de la unidad 43, y aquel que la había convocado fue trasladado a la sección de máxima seguridad. Entonces convocó a la tallerista para que armen un taller en dicho pabellón, tarea que a primeras parecía difícil. Pero como esta historia se trata de “probar con lo imposible”; La tercera biblioteca inaugurada es la “Biblioteca móvil Ana Sicilia” de la sección de máxima seguridad de la unidad 43 de Catán.

El proyecto se tornó cada vez más serio, de apoco fue tomando forma, encontrando sentido, y nombre también: Libros en los pabellones es un proyecto de motivación, de contención, de dar. Y ¿los libros? : “Yo quisiera decirte que son el 50% del proyecto, pero me parece que ni siquiera llega al 30%, el libro es la excusa para el encuentro y la palabra”. Apostar al libro en tiempos de invasión audiovisual, y en un contexto tan delicado. Parece ser algo así como la praxis de lo imposible, pero funciona: “Los termino enganchando de alguna manera. Trato de mostrarles que salir un rato del caos habitual y meterte acá adentro es algo que no te lo va a dar nada más que un libro”.

¿Cómo se hace para llegarle de alguna manera a hombres y mujeres que están en un contexto totalmente distinto al de los que estamos en aparente libertad? ; “Cuando alguien hace algo con mucho amor y mucha pasión, me da la sensación que al otro le llega. Al menos, si no les interesa paran la oreja”. Deberíamos creerle a Ana Sicilia, y practicar un poco lo imposible. “La vida es darse, no hay alegría más alta” ha dicho Eduardo Galeano. Por eso hoy el proyecto es una fundación, es federal, cruzó fronteras nacionales y va por más: “Amo estar entregando libros porque yo en mi casa no tenía. Siempre fue un objeto de deseo para mí y casi que algo inalcanzable”.

El día 3 de Octubre Ana está en la ruta. Vuelve de Federal Entre Ríos. Es la décima provincia que visita. En  un mensaje  me cuenta lo loco de todo esto, justo hoy se están cumpliendo 5 años de aquella primera visita a la unidad 9 de La Plata.  Pienso en todas las cosas que puedo agregarle a la nota, pero quiero cerrarla hoy, en el cumpleaños de Libros en los pabellones. Entonces me dirijo hacia el punto final, mientras pienso en que Ana ya debe tener planificado su próximo viaje.

Fundación AS (fundacionas.com.ar)

ANA SICILIA

FUNDADORA & PRESIDENTA

PAULA MEDINA

SECRETARIA

IVANA CASANOVA

TESORERA

KARINA ORTIZ

PR & COMMS

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MARCELA ANDREA FINOCCHI
MARCELA ANDREA FINOCCHI
2 años hace

Maravillosa Anita y lo que siembra!

Laura
Laura
2 años hace

Me encantó la nota! Maravilloso proyecto

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