Casa Bukowski

Multiplataforma Internacional de Literatura, Cine, y Artes

AÑO 5 - 2024

JAVIER FUENTES VARGAS – SAN SALVADOR

Javier Fuentes Vargas (Santa Ana, El Salvador, 2000) Poeta y gestor cultural. Estudiante de Antropología Sociocultural en la Universidad de El Salvador. Ha participado en diferentes eventos y lecturas a nivel nacional e internacional. Su poesía ha sido publicada en diferentes revistas impresas y digitales de México, Guatemala, Argentina, Perú, Colombia, Ecuador, Eslovenia, Rumania, España y El Salvador. Ha sido incluido en las antologías “Camaleónica: poesía latinoamericana contemporánea” (Libros del camaleón, Guatemala, 2020). “No nos tomamos un té con Borges aquella tarde de lluvia” antología poética hispanoamericana de hombres menores de 30 años (Chuleta de Cerdo Editorial, Guatemala, 2020) y en Boundless: antología oficial del Festival Internacional de Poesía del Valle del Río Grande, Texas (FlowersSong Press, Estados Unidos, 2021 y 2022). Mención de honor en el festival internacional “Premio a la palabra” por “Duele Igual” (Argentina, 2019). Obra publicada: La muerte llegará (Artesanos & Editores, El Salvador), Un lugar donde espero no morir sin conocer el odio (Incendio Plaquettes, Guatemala) Vaho (FlowerSong Press, Estados Unidos) Un puerto para todos los gritos (Antología personal) (Artesanos & Editores, El Salvador). Poemas suyos han sido traducidos al inglés, esloveno y rumano.

SAN SALVADOR

Jamás imaginó

lo seco que sería el golpe

la pedrada

o la paliza que la ciudad propina

a quienes no saben pertenecerle

Carlos Gerardo

San Salvador es un mar del cual no puedo beber,

sólo mezclarme con su fauna

que crece entre lo umbrío de su nombre,

abordar con miedo la palabra

porque empuñar el enojo

es el lugar común de quienes habitamos en silencio

el mitigado escándalo de una ciudad distinta

atenuada la noche

los niños saben lo terrible de pensar en la gente,

intuyen que, entre todo lo que es posible decir,

hay algo que hiende la lágrima

en los ojos llevo la sed

como velas izadas frente a la inmensidad del piélago,

en los ojos llevo la sequía

como arena que no alcanza a ser bañada por las olas

San Salvador zarpa todas las noches de esta orilla

donde quedamos a la espera de ser devorados

por la hondura de su húmeda experiencia.

PRIMAVERA INESPERADA

De tu cadáver recojo flores

porque algo de jardín tenía tu nombre

cuando lo pronunciaba presuroso

en el pasillo interminable de la casa

que nos vio jugar con los umbrales de las puertas

a hacer y deshacer caminos.

CIUDAD

La ciudad será nuestro pequeño punto de encuentro

mientras el olor agrio del polvo

nos hablará del hogar que espera.

Aguantaremos la respiración

tejiendo una profundidad con nuestro silencio:

batiscafo en la saliva de quien no tiene un idioma.

Dejaremos de pensar

en la medida de todas las voces

y en qué garganta morirá la última lengua

de nuestra especie.

Abandonaremos las preguntas

sobre las nociones arquitectónicas

para edificar un discurso

o si las manos que levantaron una catedral

necesitaron entender la etimología de la piedra.

Las palabras son un viejo santuario

al que debemos entrar con los pies lodosos,

asimilar el fulgor de lo nuevo: el asombro,

y poner en la cara de la miseria

algo para nombrarnos.

PAPÁ TIENE OFICIO DE ESCORAR

Mi amigo dice que el mar es pequeñito,

que cabe en una caja de dos manos

o en el fondo pequeño de una caracola.

Mi amigo nunca ha visto el mar.

Yo no le creo.

¿Cómo algo tan pequeño podría tragarse a un hombre?

– Felipe Granados

Posiblemente mi padre pertenezca a la marea,

por eso la muerte es un lenguaje oculto en sus costas.

Estoy casi seguro de que las mitologías que hablan

de aquellos seres que emergen de lo más profundo

cantando toda su antigüedad,

hablan de mi padre.

Es una certeza negada que las aguas son el hogar de vidrios rotos,

estos se acomodan, de vez en cuando, como un batallón

en contra de las venas que simulan ser arrecifes.

Papá es una botella completa y no sabe cómo abalanzar su furia

para hacerse más punzante:

ignora las rocas que lancé desde la infancia.

Según las palabras que cayeron en desuso,

atropar la arena es un oficio igual de desfasado

para la prístina pureza de la sal.

Papá tiene el oficio de escorar:

torcer cualquier barca

es suficiente para él.

PUSH THE DOOR, I’M HOME AT LAST

Borracha está la puerta

-Los piojos

Y fue la puerta de la noche abierta,

la sombra en carne viva por el alba.

-Eunice Odio

Llamar a la puerta

revela la intención de la persona tras el puño:

I.        

Una renuente euforia que se contiene justo antes del primer contacto, piensa, no sería bueno dejar descubierta la intriga que habita mis nudillos, muy vulnerable la expresión de espera con esperanza, de ansiosa escucha por los pasos que pueden acercarse. Golpear secamente la puerta, arrumba las constelaciones de la posibilidad por el rabillo del ojo.

II.       

Una palma tiene una geografía única para cada quien, estas líneas resuenan distintas, tienen sonidos de diferente infusión, no podemos esperar que una palma detone la pólvora, que descansa en los tímpanos adormitados dentro de las casas a las que acudimos, tan violentos, que nos olvidamos del puño. Tan deseosos de romper el llanto como a un umbral: atravesando su oquedad destinada para el tránsito del fuego.

III.     

Repetidas veces diremos la onomatopeya del deseo

     como rezo sin Dios.

Comentarios

Suscribir
Notificar de
guest
0 Comments
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
Casa Bukowski
Abrir chat
1
Comunícate con Casa Bukowski
Casa Bukowkski
Hola, ¿Tienes algún comentario o sugerencia?