Marisa Vázquez: “La mujer abandónica no va más, ahora hay que contar también por qué se iban las mujeres de los tangos”
La letrista y cantante argentina cuenta qué es lo que sucede en la escena tanguera actual . Cuáles son las temáticas que permanecen desde siempre y cuales irrumpieron en el cancionero. Otra preocupación: ¿Cómo mantener el tango como género vivo, de poesía y movimiento, sin anquilosarse en la “remembranza de un pasado no vivido”?
Por Nicolás Diana
En su nueva agrupación Marisa canta sostenida por tres guitarras: Kalen Ortíz, Ale Forniero, y Lola Rosa. Un cuarteto de hombres y mujeres que se conjugan para transmitir una estética moderna, con un sonido clásico. Marisa descarga tinta en melodías tangueras de amplio registro tonal. La aguantan los rasgueos con bajos de Ale, repiques de cuerdas graves bordonas. Le contesta la guitarra jugada de Lola con una contra melodía, mientras la segundea una tríada en arpegio de Kalen.
Marisa Vázquez tiene una extensa trayectoria junto al tango. Es una destacada letrista que ha grabado varios discos de estudio junto a músicos cesionistas, y en estos días participa de un proyecto distinto, que se llama “Marisa Vázquez y la conurbana”. Están estrenando su primer álbum «Insomnio», y este 1° de Abril se presentarán en Temperley.
-Marisa, ¿Qué es la conurbana?
“La conurbana es una banda, como decimos nosotros (…) trabajamos en cooperativa dividiendo tareas. Estoy muy contenta, son tres jóvenes guitarristas muy talentosos. Apostamos a una estética musical que compartimos, que es tres guitarras tradicionales buscando sonidos que acompañen la nueva letrística. Por ahora las letras son mías aunque yo siempre los incito a que compongan sus canciones (…) Además de ser grandes músicos son grandes personas y nos llevamos muy bien. A diferencia de hacer música con cesionistas en la banda es compartir el mismo deseo, el mismo proyecto y eso es muy estimulante y muy lindo”.
Marisa lleva adelante un trabajo muy fuerte relacionado a las luchas por la igualdad de género en el ambiente musical. Es por eso que participa activamente de varias agrupaciones que se preocupan por el rol de la mujer en la escena tanguera, y pone su energía en conformar una literatura de tango que represente los tiempos que corren:
“Participo en muchas organizaciones feministas, en su momento fundé Tango Hembra, que ahora se transformó en Tango Transfeminista Hoy. También participo en Mujer Trova, que es una agrupación de mujeres trovadoras de América Latina, con mucha conexión con Cuba. También soy parte de Truena que es una agrupación federal de trabajadoras del sector musical (…) Es un trabajo que hace un tiempo fue mucho más arduo cuando empezamos, que sigue en pie. Pero aprendí, por lo menos yo, a no trabajar de esa forma desaforada, a manejarme con un poquito más de tranquilidad y no postergar la vida personal (…) Las funciones que tienen son seguir trabajando por nuestros derechos que todavía no se han completado. Estamos siempre unidas y pendientes de las compañeras para acompañar necesidades y reclamos. El festival Transfeminista de Tango lleva 5 años y mucha gente se conoció en él, formó agrupaciones, e incluso muchas chicas han tenido acceso a escenarios que antes no podían”.
En la década del 60 Roberto Goyeneche escribió “Tango de otros tiempos”; Una letra que añoraba los años de surgimiento del tango y denunciaba un presente en el que se había convertido en un género de música refinada y para exportar. Tango que dice:
Eras un gran varón, altivo y compadrón, de una palabra sola. Rimaba tu cantar con la emoción triunfal del bandoneón de Arolas. Pero empezó tu decadencia, cuando te dieron tanta ciencia, y refinao en tus modales, dejaste los barriales que te vieron nacer ( …)Guardo en mi alma un cacho de tu ayer feliz, cuando el fuelle macho del glorioso Pacho te lloraba así…
Con esta gran composición, Goyeneche realiza una crítica y un llamado de atención hacia adentro del género: || Despierten muchachos, nos hemos convertido en una pieza de museo, los muchachitos escuchan rock y consumen cultura pop||. Sin embargo, no logra escapar a una cicatriz que tiene el género desde su nacimiento: el machismo inherente que habla de varones compadritos que golpean y lloran por una mujer. Es que, a diferencia de otros estilos populares más actuales (no por eso menos machistas) el Tango nace malevo y en el barro, y de eso teje una gran literatura que lo define de manera muy poderosa. En los suburbios de una sociedad carente y machista, el tango es un sonido guapo. Esa fábula se instala en sus inicios y perdura hasta nuestros tiempos. El bandoneón es malevo, y si llora, seguramente sea por la «ingrata que se fue».
Hoy el género va incorporando la dinámica de la sociedad actual, una escena que Marisa conoce muy bien: “El tango tiene todavía muchos machismos y micro machismos. El tango es como una muestra gratis de lo que es el mundo. Se ve todo lo que hay en nuestra sociedad pero en miniatura. Se ve a aquel que está cambiando, el que ya cambió, y el que se resiste” (…) “Por suerte, hay una gran producción femenina desde las letras, la música, la dirección. Antes la guitarra del tango era un gueto de varones. Era muy difícil que a una mujer le pasen una guitarra en una peña. De a poco está cambiando, como la sociedad”.
Se impone la pluma femenina, florecen las guitarras mujeres. Es momento de contar historias de hoy, en clave de tango, y eso Marisa lo tiene muy en claro. Hay un hilo conductor, una forma, un sonido, una temática que definen al género y permanecen, sin embargo las historias nuevas están diciéndonos otras cosas: “El tango no es ni más ni menos que contar la vida misma; el barrio, el amor, los amigos, hay un montón de temas que atraviesan el tango a través de las generaciones y que no pierden vigencia. Pero sí aparece en la nueva letrística la violencia de género, la mujer ya no detrás de la cortina de esperando que venga el tipo de la farra. El amor ya no como ese romanticismo que nos hizo tanto daño por dejarnos paralizadas, sino ese otro más lindo. Una mujer sexualizada, un amor sexualizado”.
Hablando de la mujer en la letra del tango, ¿Qué pasa con las letras machistas de antaño? : “La mujer abandónica no va más, ahora hay que contar también por qué se iban las mujeres de los tangos. Es la parte que nos corresponde a las autoras nuevas, desde la letristica, contar esa historia que es la mitad ausente, o mentirosa, porque nadie escribía qué era lo que nos pasaba a nosotras. Inclusive cuando escribían en primera persona fingiendo ser mujeres, lo escribían hombres haciendo que eran una mujer; ¿A vos te parece que una mujer puede cantar “yo quisiera que me fajes pa quererte”, o “ahora aunque me faje le digo que lo quiero”? Yo escribí una historia de violencia de género que es la historia de mi vecina, se llama El Zarpazo y está contada desde una perspectiva totalmente distinta”.
La poesía en el tango, ¿Cómo se acomoda a las nuevas temáticas?: “El gran desafío de los poetas y las poetas es encontrar poesía en un mundo que es mucho menos poético: – Las cartas trazadas con pulso febril- ya no existen, ¿Cómo hacemos para hacer poesía con el whats app? Un desafío enorme de incorporar un lenguaje, una temática actual sin perder la poesía, porque la poesía del tango es una poesía muy elevada”.
Hablar de Tango es entrar en un género musical que se ha transformado en marca registrada de Buenos Aires. Un género que no han podido igualar en otro sitio del mapa, aunque lo hayan intentado. Pero antes que un suvenir, el tango es un movimiento identitario porteño. Como todo movimiento cultural, no está exento del paso del tiempo. Si no se mueve, se transforma en estatua. Se vuelve piedra. Si no se riega se seca: “Si no incorporamos historias actuales el género se muere, en cuanto no es más que la remembranza de un pasado que no vivimos (…) Además de que no tenemos medios de difusión. Entiendo eso para el tango for export, pero no para el tango como género vivo. Cómo un tango que en un momento ocupó la escena cultural de nuestro país con mucha fuerza. Los músicos vivían de eso, trabajaban todos los días”.
No me da pena, Tango, hay cosas que te han cambiao para bien.
Esa es una buena noticia, un deseo, una responsabilidad que tenemos. Mucha gente en los bares y las milongas lo resignifica como género, lo hace parte de su lucha diaria, de la resistencia colectiva, y el, muy grato, responde con sabiduría y pasión.