Casa Bukowski

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AÑO 4 - 2023

Febril semblanza Panhispánica – Ringo Cruz Gamba

Por RINGO CRUZ (Bogotá-Colombia)

Ringo Cruz Gamba nació el 23 de mayo de 1979 en Bogotá, Colombia. Su primera publicación fue una investigación sobre la frontera de las áreas artísticas titulada «Poesía sonora», en la Revista de Investigaciones en Música, Literatura y Artes Plásticas, de la Universidad Autónoma de México. También ha publicado «Capitán banana», en la revista Vanalidades, editor Harold Ferreira, de la Universidad Nacional de Colombia; «Qué bicho te picó» en la revista Retruécano en México, «Corazón esférico» en
El narratorio. Antología literaria digital, Argentina. Trabajó con el colectivo de artes La
Ratonera y Los Toxic Boys en la publicación de sus discos: Ángeles chirreteados, Hemos perdido
el contacto (postales internacionales). Carne de iguana de la editorial Hoja en Blanco. Revista
ecuatoriana. Poesía del prójimo. Culebrilla editorial 9editores un compilado de relatos sobre personajes afectados por el ambiente, la desesperación y dolor

Los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué

Los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué, emergen a la luz,  rajando con su cuchillo de pedernal la barriga del famélico Rocinante, allá detrás de una gasolinera en Tijuana, disputándose una tacha-MDMA , entre coyotes y mojados.  Profetas mayores y menores, intentan anunciar su mensaje para la antena repetidora Casa Internacional Bukowski, festival Panhispánico: anunciando la muerte de un peruano, en un día con aguacero en París, de las traducciones del francés al español, del niño rebelde que esparcía sal masculina a su barco ebrio,  motor y veneno de la Estrella distante del chileno migrante, del infrarrealista de Flandes, o de la triste noticia de crónica Roja: profesor de San Fabián de Alico, muere en invierno, congelado y sin pensión.  Chismosos dicen que la familia Parra cargaban a cuestas una maldición.

Un viejo español cae al asfalto, cede a la gravedad el animal que cabalgaba, vaciado y sin tripas, dicen los policías del lenguaje, que era un lector loco, de figura menudita. Los gemelos se ceban en  su orgía para luego desaparecer en forma de chupacabras, desde California hasta la Patagonia; ve como la maldición india, se vuelve una culebrilla bajo la barriga,  aparece como un brote sencillo, que si se deja avanzar mata; en sus delirios, Don Alonso Quijano decodifica el mensaje  que traía el piojo, que viajó como polizón en la barriga del sapo, la serpiente y el águila,  ese secreto que envían los señores de la muerte, (si porque en Latinoamérica, los que llevan los mensajes  de los dioses son  los parásitos, seres luminosos, que conocen lo que hay en nuestros sesos) para los nietos bastardos   del maíz. El juego de la pelota, es una metáfora (el lenguaje construye el mundo), es un bollo de leche y palabras traídos desde las arenas estériles de la Mancha a la isla de Guanahaní,  palabras de un mundo, que vibra en lo invisible, para generar en el pecho de los vástagos de los Conquistadores de las Américas,  tatuajes con símbolos Mayas y Mapuches.  Símbolos religiosos y mágicos, en la Noche boca arriba,  emergen  frente a nuestros ojos, cabezas de piedra gigantes en la isla de Pascua, hasta   convertirse a golpe de aerosol en un grafiti perturbador en el último barrio de las comunas de Soacha, allá atrás de Bogotá-Colombia.

El eterno soñador Alonso Quijano, que, como pecador arrepentido, le confiesa todo a su único amigo Sancho Panza; que, si tuviera la fortuna y veinte años menos, hubiera sido recaudador de impuestos en un puerto de las Indias Españolas. Pero solo tiene sus libros (la llave que abre otros mundos que están en este mundo), y la maldición de hacerse entender en cristiano. Que, en el futuro, los delirios de Copérnico, Neruda y Raúl Gómez Jattin se leerán en español. Que le ayude a quitarse su armadura hecha con cajitas del McDonald’s y engrudo, que en su Yelmo de Mambrino han meado,  y ese olor le ha traído pulgas y piojos.

Ivo Maldonado con su eufórico mantra: “Cachái Weón,” ya viene la revolución poética y esta vez es en español, es el cerrajero de la Casa Bukowski, ha sido marcado por una buena estrella (un milagro en este valle de lágrimas) nacido en ese pedazo de tierra enquistado entre el océano Pacífico y la cordillera de los Andes. Chile que es un portaaviones donde aterrizan ovnis y poesía, es el epicentro telúrico de palabra, sal y fuego.  Desde las calles de Madrid al cementerio de Tulcán, turistas con lentes de sol, dejan a su puerta, cajitas de madera que contienen pedazos de carne, dientes de ajo y pellejo de tomate, y las sepultan a la entrada.  Este hombre se convierte en sacerdote, MC, y científico loco, ha construido una antena que emiten las voces de sus paisanos, extranjeros, de vivos y   muertos.  Las mujeres también han llegado a su puerta con perfumadas mortajas, envueltas como bollo bajo el vestido, han cruzado por ríos de sangre. Al día cotidiano y a la osamenta de los caballos, extraen el tuétano para hacer caldos con cebolla para nutrir a sus cachorros. Y cubrir con pellejos de tomate las heridas de bala de la guerra que fue el siglo XX, y las que serán del XXI.

A su ventana, hacen música de cañerías los hombres de la tierra del fuego y Puerto Rico, traen collares hechos con plumas de pavo real, manteca de carro y extraños signos de muerte, Han dejado un testamento en las puertas de la casa. Con miles de versos y poemarios.   Que no han sido condenados a la hoguera de San Juan, y es allí donde radica su importancia, de invisibles convirtiéndose en visibles.

Poesía hecha con ondas electromagnéticas, que transmitió durante trece días la antena Panhispánica,  y le dio la vuelta al mundo materializando en ondas hertzianas tal manifiesto artístico.  Críticos españoles videando el agua del pozo de Delfos, que como en tiempos de Diego de Almagro, buscaban las reliquias de la biblia y la Metamorfosis del viejo Ovidio, pero tales reliquias están en la decodificación del espíritu romántico del pintauñas de los Muxes, del rap chilango y los boleros Queer.  Celebran un segundo festival que tiene como misión ir a todos los rincones del mundo, no solo en la transmisión online, sino recitales con poesía de carne y hueso, un festival que es una nueva manera de hacer festivales, ninguna voz se censura, todas las voces en español (incluyendo acentos, regionalismos y jerga urbana y rural), construyen poesía Panhispánica. Mas de treinta y seis países, más de un centenar de artistas que usan la lengua de Cervantes como instrumento para construir la percepción de la realidad del presente siglo.

La influencia de este evento único en su especie, ha llegado a las calles de Berlín hasta la guajira colombiana, su poder ha movilizado al joven poeta Nelson Ferreira, que con su teléfono móvil intenta pescar la señal, para unir su voz, a las otras voces, de poetas con publicaciones galvanizadas. De poesía sencilla hecha en español, heredó los cantos de vaquería en la era del Auto-Tune, sabe destilar la sangre de las iguanas para hacer tatuajes.  lee las ondas del río Cesar, en sus versos conjuga la sabiduría de la lengua secreta de los Koguis para crear hielo a una temperatura de treinta grados centígrados. Versos apretados y venenosos, que lee con habilidad en los surcos de cuero e chivo de los tambores.  En el pasado la cumbia era el puente entre la América y la vieja Europa. El futuro será poesía cumbianchera, pluma de pavo real, sangre india y pedazos de acordeón, literatura hecha en español.

A estás fiestas se han unido cantos de niños, mujeres y hombres que invocan al espíritu de la cordillera de los Andes, poetas que rezan al alba.  Se lanza una alerta roja por la radio, informando que, al occidente de Venezuela, inicia un temblor, que su onda expansiva llega hasta la tierra del fuego de Argentina, se registran, fuertes movimientos telúricos,  que ponen en números rojos la escala sismológica de Richter. Emerge de las entrañas de la tierra un espinazo de lagarto gigante (toneladas de lodo, fuego y neblina), que con versos brujos insuflan la piedra, para convertirla en carne,  en una bestia Panhispanicasaurus.  Causará asombro en las calles de nueva York, Bogotá y Arequipa, levantando por los aires los autos y las cadenas que sujetan al hombre sencillo. Un titán que reclama su lugar en el monstruo-verso junto con king kong y Godzilla.

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