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AÑO 4 - 2023

¿POR QUÉ ESTA HISTORIA? [10] TRUENO PEINADO

 

Por Miguel Ávila Cabezas

 

Este relato pertenece a La colina de los acantos, libro conjunto con Carmen Herrera Castro, que consta de ciento dieciséis relatos breves. En él, cada título origina dos relatos diferentes, pues es un trabajo dual, una colaboración creativa, independiente y cómplice a la vez. Carmen y yo coincidimos un día de primavera paseando a nuestros perros. Al pasar por una colina tapizada de verdes acantos, decidimos que “La colina de los acantos” era un bonito título para un relato y una cosa llevó a otra y durante un año fuimos proponiendo alternativamente un título cada uno y escribiendo una historia conjunta. El resultado fue una colección de relatos dobles, titulada justamente La colina de los acantos.

Junto a “Axaxas mlo” y “El calambre de yeso”, “Trueno peinado” es uno de los títulos (¿emblemáticos?) que podemos hallar entre los azarosos, si innumerables, volúmenes que conforman la infinita Biblioteca de Babel que el inefable Jorge Luis Borges forjó en el territorio de su desbordante imaginación. ¿Qué mejor homenaje se le puede rendir al gran autor argentino que el de desvelar, aquí y ahora, la primera página de Trueno peinado que, por los siglos de los siglos, continúa su andadura literaria a través de los procelosos senderos que se bifurcan una y otra vez en la eternidad del ansia y frente a la luz, inaprehensible, de la palabra? Ya lo dijo quien lo dijo (es decir, el mismo Borges): “Un día sin escribir es pecar contra el Espíritu Santo”.

 

 

 

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TRUENO PEINADO

Lo sé, sé que soy un remilgado y un presumido. Pero, ¿qué quieren que les diga? No puedo remediarlo. Es nada más engalanarse el cielo para la fiesta de la tormenta y se me dispara al instante este afán mío de figurar por encima de mi primo el rayo, de mi vecino el viento o de mi histérica tía la centella. Si ya me lo tiene dicho más de mil veces mi colérico padre: “Niño, acuérdate de que, cuando se rasgue en las lóbregas profundidades el negro manto del cielo (mi padre es de natural homérico), el primer martillazo lo doy yo. Y el resto, tus diez hermanos por orden de edad. ¡Y deja de mirarte tanto en esa nube que más que hijo de tu padre pareces serlo del como se llame el refractario del colorines ese!”. “Arco iris, padre, se llama arco iris. Y es tan elegante…”. “Déjate de mariconadas y dale con más fuerza al fuelle que esta noche la lío, como Thor que me llamo”. Ustedes disculpen las formas, pero es que mi padre es así de grosero. A él lo sacan de su fragua, su carro, su martillo y su mala leche congénita (heredada sin duda de su bisabuelo Zeus) y no es que pierda ciertamente los papeles, pues aquí arriba no hay papeles que valgan, pero de sus… entretelas no le sale precisamente un “ojos bonicos tienes” o un “qué bien te queda el peinado este que te ha hecho el vecino”. No, todo lo contrario. Si me peino o me peinan, malo. Si me pongo a hacer gárgaras para afinar la voz, pues peor. Él me dice que tengo voz de pito en vez de voz de trueno de verdad. Por eso a todas horas me reprocha que la mía no sea una voz profunda, tonante, rotunda, retumbante, estruendosa y no sé cuántos adjetivos más en los que destacan la t y la d con, digamos, carta propia de naturaleza. El caso es que me tiene terminantemente prohibido que, en el momento decisivo de gritar “¡Aquí estamos! ¡Vamos pallá!”, abra la boca ni siquiera aunque sea para hacerle un discreto contrapunto en falsete. Es lo que tiene ser hijo de un personaje tan intransigente y cerril como es mi padre. Así que cuando abandona la fragua para lanzarse con toda su fiereza sobre los campos, mares, bosques, ciudades y hasta páramos mojados y asustadizos yo me quedo en casa, pego mi gritito de rigor y, eso sí, me miro en el espejo de la nube más remolona y me digo a mí mismo: “Gritar no sabré gritar como mi padre o los desmelenados y engreídos de mis hermanos, pero a guapo guapo, con este peinado tan chic, ninguno de ellos me gana”. Queda dicho.

 

 

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MIGUEL ÁVILA CABEZAS

BIO

(Granada, 1953). Reside en Ceuta. Es autor de más de 20 libros de poesía, del diario irreverente Con Virgilio en el sofá y de dos obras misceláneas de pensamiento tituladas Loquinarias y Segundo libro de las loquinarias. Como poeta, filólogo e investigador teatral ha colaborado en numerosos proyectos colectivos y en diversos medios especializados. Asimismo, ha publicado obras de investigación y crítica teatral, entre las que cabe destacar la edición crítica de las Poesías y Discurso de las potencias del alma y del buen uso dellas, del humanista cordobés Fernán Pérez de Oliva, La dramaturgia de José Martín Recuerda. Recepción crítica y estudio semiótico de La Trotski y La llanura, Edición crítica de La Garduña, de José Martín Recuerda y Disyuntivas teatrales (o no). Igualmente es autor de la obra de investigación lingüística titulada Interferencias lingüísticas en alumnos marroquíes de un centro integrado de titularidad española. Análisis de fenómenos. Su faceta de dramaturgo se concreta en las cinco series de diez piezas breves, cada una, tituladas El juego de las bolas, Juego de payasos, El juego de la verdad y la mentira, Enlatados y Okupados. Parte de su obra literaria ha sido traducida al árabe, francés, inglés, amazight, hebreo, mozárabe aragonés y portugués.

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