ELIZABETH OVIEDO – CADA POEMA TIENE UN ESPACIO QUE NECESITO LLENAR

Cómo alivia la poesía el trajín diario de su vida.

La poesía en mi vida ha sido la manera más natural de desahogarme, de transformar lo negativo en arte, en calma. Además, me ha permitido tomar otras almas e intentar a través de sonetos entender un poco de lo que les sucede en ellas, a través de historias de amigos, familia, conocidos e inclusive desconocidos, viviendo así también muchas vidas.

Esta fascinación por la poesía la herede de mi madre, que escribía hermosas rimas y las compartía conmigo desde que yo era una niña, ella me decía que la poesía nace en el alma de quien la escribe, y sí definitivamente es intrínseca al autor, es sin duda alguna trasformadora, evoca belleza y ayuda al espíritu a reconfortarse hasta en el momento más duro.

Mis poemas mezclan historias propias y a veces solo cuentan dilemas y controversias ajenas, que terminan siendo mías, me apodero de ellas y las plasmo en cada rincón que encuentro. Es innegable que el poeta escribe lo que vive, lo que tiene en su alma, pero también abarca lo que su memoria le permite.

A la hora de las recomendaciones que poeta ecuatoriano y de otra nacionalidad sería una lectura obligatoria.

Los poetas más representativos para mí son extranjeros y han sido referentes en mi vida como poetisa, creo que son lectura obligatoria para quienes además de amar la poesía anhelan escribir, son Pablo Neruda y Gustavo Adolfo Becker, a ambos los conocí a través de sus libros mucho antes de cumplir 15 años.

Pablo Neruda es mi poeta favorito de todos los tiempos, por lo terrenal, es tan real, tan palpable y hasta mundano, que te hace sentir cómodo con la idea de escribir y expresarte a través de las letras y Becker me permitió experimentar vívidamente sensaciones a través de su poesía, la primera vez que lo leí sentí que era muy instintivo, con un poder místico en sus poemas, llenos de pasión.

Más adelante leí los poemas de amor de Benedetti y ahí simplemente me enamoré de su romanticismo y su indelicadeza cuando lo desea. Poetas latinoamericanos maravillosos hay muchos más, lastimosamente no he leído muchos ecuatorianos, pero hace algunos años llegó a mis manos un librillo de Dolores Veintimilla, una poetisa cuencana, quien fue disruptiva para su tiempo. No puedo negar que me encontré retratada en alguno de sus escritos, ella tuvo la misma musa que me acompañó por años, la tristeza. Su poema Quejas, por ejemplo, está lleno de esa naturalidad y sencillez que me parecen imprescindibles a la hora de escribir poesía y que me gustaría decir que me caracteriza.

Con estos nombres de poetas tan relevantes en mi vida, queda claro que mis recomendaciones siempre estarán guiadas a poetas que tienen una escritura sencilla, aquellos que son fáciles de leer y que tienen esa maravillosa capacidad de inmersión en sus escritos, ese tipo de autores te dan la pauta para intentarlo, te permiten soñar a través de sus versos y así como en las novelas, ser el protagonista de la poesía de un tercero.

Que cosas deberíamos conocer de su texto «Isabel y su tiempo»

Isabel y su tiempo es la recopilación de todos los poemas que escribí durante mi adolescencia y vida universitaria, intenté unirlos todos con una historia contada desde una perspectiva externa, con recuerdos de viajes propios y ajenos y un poco de ficción poética (creo que el término no existe, pero ese sería el género de Isabel y su tiempo). Es un libro que siempre quise hacer y el cual demoro casi 4 años en ser publicado, habla de desamor, amor y libertad, intenta contar un proceso de vida, entre diferentes ciudades y personas que quedan entrelazadas por el tiempo.

Algo que me encanta contar acerca de la realización final del poemario, es que cada uno de esos versos estaban escrito en papeles, esquinas de libros, hojas sueltas y cuadernos viejos, y era casi imposible unificar y ordenar toda la información, por temas de tiempo y paciencia. Así pasaron años, desde 1995, cuando escribí mi primer poema, hasta que en el 2009 me reencontré con un amigo de la universidad, empezamos a salir y nos enamoramos. Él me escuchó hablar sobre mis poemas, el desorden en que se encontraban y mi anhelo de escribir un libro, así que tomó todos los documentos sueltos que encontró y los transcribió a un archivo, en realidad son más de 300 poemas que gracias a él pudieron ser digitalizados y finalmente considerados en mi libro.

Él es parte de mi vida, tiene un poema en el libro y es mi compañero de vida, las cosas suceden de repente, de maneras inciertas y sin darte cuenta se van concretando.

Si juntáramos el lenguaje que maneja una ingeniera electrónica, una planificadora estratégica y una comunicadora social que verso podrían nacer.

Y aquí prácticamente perdida entre cables y computadoras

Me pregunto si alguna vez realmente supe lo que quería

Me cuestiono sobre si los planes del pasado se cumplieron

Esta duda no me subyuga, pero me persigue, ¿será que estoy perdida?

Y de repente me encuentro, una y otra vez ubico mi espacio

Entre el trabajo, la casa, la fe, la familia y mil temas mas

Me doy cuenta de que el tiempo es ahora, hoy es cuando

Porque cada plan establecido me ha traído hasta este encuentro

Un encuentro conmigo y mis deseos, con mi familia y mi vida

Un momento pragmático y sublime, que me recuerda que vivo el proceso

Y aunque estoy incompleta, sé que cada paso que di, me trajo hasta aquí

A este lugar imperfecto y absoluto que amo y en el que deseo seguir.

En el año 2000 escribiste «aquel hombre”. Que es para Elizabeth el desamor y como se cura la nostalgia.

El desamor fue el artífice de mi musa, a la que me aferré durante mi adolescencia, eso no quiere decir que sufría de depresión o alguna situación de tristeza permanente, sino que, durante la juventud, a veces la tristeza se vuelve recurrente y la asociamos a todo, a la falta de pareja, a ser diferente, a creer que estas fuera de lugar, en fin, la juventud es un estado de efusividad desbordante en todos los sentidos, y bueno yo escribía cuando me sentía triste.

En ese año un compañero de universidad me había mentido descaradamente sobre su situación sentimental y me sentía afligida, frustrada, incomoda; fue entonces que utilicé la intensidad de todos estos sentimientos desafiantes para mí y empecé a escribir, y poco a poco vi que las palabras se hacían versos y los versos me reconfortaban. Tenía frente a mí un remedio a todo ese dolor que me aquejaba y sin darme cuenta ese bálsamo me permitió curarme lentamente del desamor y transformar mis sentimientos.

Escribir, leer, pulir y finalmente ver galardonado este poema en un concurso, fue gratificante y enriquecedor, me ayudo en todos los sentidos y lo demás se desvaneció en las líneas del tiempo.

¿Tendremos más de tus escritos en un próximo poemario?

Si por supuesto, espero escribir un nuevo poemario más adelante. Además, me gustaría reeditar Isabel y su tiempo, porque la idea principal era contar una historia a través de los poemas, haciendo una línea de tiempo que involucre todos esos años de juventud que están conectados en los poemas. Esa historia que entrelaza cada poesía tiene un espacio aún que necesito llenar, por lo que una segunda edición es una posibilidad latente.

Y siempre hay más de mis escritos, inclusive hago grabaciones de lo que quiero escribir, publico microcuentos y fragmentos de poemas rotos en redes sociales, escribo historias en un blog con un amigo y sinceramente intento continuar existiendo a través de este pequeño talento que me encanta y me hace feliz.

Biografía

Elizabeth Oviedo, nació en agosto de 1980, en Guayaquil, Ecuador, hija de padre militar y madre diseñadora, escribe su primer poema a los 15 años y continúa haciéndolo a través de redes sociales hasta la actualidad.

En el 2001 participó en las V jornadas literarias de la ESPOL, obteniendo el tercer lugar y apareciendo en el libro conmemorativo publicado con el mismo nombre.

Es Ingeniera electrónica de la ESPOL, MBA en Planificación estratégica de la Universidad de Belgrano de Buenos Aires, Argentina y PhD en comunicación social de la Universidad de la Habana, Cuba.

Trabajó en varios medios de comunicación y ejerció la docencia por casi 7 años en la Universidad Católica Santiago de Guayaquil. En el 2019 publicó su primer poemario titulado «Isabel y su tiempo.»

Instagram: @isabelysutiempo

Twitter: @IsabelTiempo

__________________________________________

Eduardo León (Guayaquil, 1977). Autor de Censurado (El Ángel Editor – 2018), Manzana para mi boca (El Ángel Editor – 2019), Luz Emilia: un cuento de la infancia (Editorial Madriguera – 2020) y Categorización del Ecuador en transportación aérea (Libro Working Editorial – 2020).

Sus poemas figuran además en la antología de poesía del XI Encuentro Internacional de Poetas en Ecuador 2019 – Paralelo Cero; en el audio libro de la Antología Poética Contemporánea versoTRASverso (Editorial Lluevediciones – 2020); en la Revista Hiedra de México, Revista Aullido de España, Revista Innombrable de Colombia y diferentes portales de cultura de Latinoamérica. Dos de sus poemas han sido traducidos al italiano.

Formó parte de la Feria Internacional del Libro Guayaquil 2018, en la que presentó su primer trabajo poético, con el cual inició su camino por la literatura.

Uno de sus ensayos se encuentra en el listado de ganadores en el concurso organizado por la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo del Guayas: Textos de la Peste (Anales del Covid-19). Escribe reseñas en las revistas La Verdad y Misiva Digital. Relatos suyos aparecen en el portal de periodismo y literatura loscronistas.net

[Administrador del portal cultural La poesía del prójimo]