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AÑO 4 - 2023

FÉLIX ANESIO – «SOY LO QUE HE LEÍDO…»

Entrevista concedida a la poeta cubana Lilliam Moro (Premio Pilar Fernández Labrador) a propósito del poemario “Los cuervos y la infamia”.

 

Félix Anesio (Guantánamo, Cuba, 1950) Ingeniero de profesión. Ha publicado los libros de relatos Crónicas aldeanas y su versión en inglés A Tale of Two Villages, Voces de Hoy, 2011-2012 y los poemarios La cosecha, Entre Líneas, EE.UU. 2103, El ojo de la gaviota, Betania, España 2016 y Entre Líneas, Los cuervos y la infamia, Betania y Entre Líneas 2018 y País sin moscas, Edit. Primigenios EE. UU. 2020.

Sus poemas aparecen en las antologías: Bojeo a la isla infinita, Betania, España y Entre Líneas, EE.UU.2013; Puede parecer un bosque, La Insula Barataria, Cuba 2014; Antología Poetas del siglo XXI, Ed. Fernando Sabido, España; Balseros, Entre Líneas, 2015, La isla invertebrada, Capiro, Cuba, 2018, Lafloresta interminable, Artes Miami, 2020, entre otras. Ha obtenido dos premios editoriales Carmenluisa Pinto en narrativa y poesía, así como la Distinción Pluma de Plata. Obtuvo el Florida Book Awards 2018. Aparece reseñado en el Diccionario de escritores guantanameros, Ed. El Mar y la Montaña, 2016, Cuba.

Sus poemas han sido publicados en reconocidas revistas literarias: Crear en Salamanca, España, Altazor, Chile, Linden Lane Magazine, EEUU, Nagari y Conexos EE.UU, El Caimán Barbudo, Cuba, Casa Bukowski Internacional, entre otras.

 

 

PREGUNTA: ¿Cómo crees que eres, Félix?

RESPUESTA: Con el paso del tiempo uno aprende a conocerse y autodefinirse. No es una tarea sencilla, sobre todo si no se quiere perder la objetividad del juicio, pero sí puedo decirte que hay tres signos que me marcan: creatividad, humanismo y vehemencia. Las cosas que he hecho en mi vida que van desde el estudio del piano a la ingeniería (que ejercí durante más de 25 años) y la literatura dan fe del elemento creativo que se manifiesta cuando las condiciones son propicias. Múltiples vocaciones me han signado y ojalá afloren otras y sus fuentes no se agoten. “Nada humano me es ajeno”, dijo Terencio y yo me confieso un apasionado de este concepto. Todo lo que observo me conmueve, me interesa, me motiva, incluso cuando a veces ello puede traerme alguna dificultad existencial. No puedo ser un espectador pasivo de lo que acontece, en particular cuando se trata de la falta de justicia para con mis semejantes, del daño a la dignidad de la persona y la violación de sus derechos. La vehemencia es quizá mi signo más notable. Mi signo astrológico es Tauro y ya se sabe lo que esto implica. Soy en apariencia suave y delicado, pero más firme que una roca en mis convicciones; ah, y no cejo.

 

P: ¿Crees que es así como te perciben en general tus familiares y amigos?

R: Mis familiares y amigos pueden dar fe de lo que digo, incluso los amigos más recientes. Creo que basta conversar  un rato conmigo o leer algo de mi poesía o en mi blog para darse cuenta de los rasgos esenciales de mi personalidad. Y algo que quiero destacar es mi profunda devoción por los amigos; algunos me acompañan durante toda la vida. Como el buen perfume, perduro, no soy ave de paso, llego para quedarme en otros.

 

P: ¿Te consideras un profesional que además escribe poemas, o un poeta que tuvo que dar prioridad a su profesión?

R: Lo segundo. La ingeniería ocupó casi todo mi tiempo y esfuerzos durante más de 25 años. Grandes proyectos civiles e hidráulicos fueron ejecutados durante ese tiempo y hoy siguen siendo mi orgullo, para el beneficio de mis coterráneos en la provincia de Guantánamo, de donde soy. Pero hubo que establecer prioridades —como nos sugiere Maslow. Y el hacer las cosas bien, profesionalmente hablando, se robó gran parte de mi tiempo, aunque siempre hubo un espacio para la lectura. De hecho, confieso en uno de mis textos, que “soy lo que he leído”. La lectura siempre estuvo presente en mi vida desde muy niño cuando devoré los 20 tomos de El tesoro de la juventud y tantos libros de Salgari, Verne, Amicis, Martí y otros. Y ya se sabe que cuando has leído mucho terminas escribiendo. Esa experiencia la relato en “Memorias de un lector”, uno de mis cuentos del libro Crónicas aldeanas (2011).

 

P: ¿Tu quehacer poético fue una vocación tardía o una vocación pospuesta?

R: En realidad, nunca he sido bueno decidiendo cosas; de hecho, nunca decidí ser ingeniero, o emigrar a otro país, o incluso tener dos hijos, por ejemplo. Esas cosas se dieron; han sido producto de ese azar maravilloso que llamamos vida. La literatura tocó a mis puertas ya en la adultez y fueron las circunstancias de tener que emigrar las que propiciaron mis primeros escritos, algunos en Cuba y luego en los Estados Unidos.

 

P: ¿Crees que escribir es ahora mismo un ejercicio de creación impostergable?

R: Categóricamente, sí. Luego de laborar regularmente más de 40 horas semanales, saco tiempo de donde no hay para escribir. Las altas horas de la noche son mi refugio (eso lo confieso en algún poema) y las musas rondan solícitas a esas horas. No hay día que no escriba o reescriba algo. Una de mis máximas favoritas es de Horacio: Carpe diem. Entonces aprovecho al máximo cada instante para la creación literaria. Creo que el día debería tener más de 24 horas para un creador; de hecho duermo muy poco para sacarle el zumo a la vigilia. Y me va bien, no me quejo.

 

P: ¿Es para ti la poesía una vía para poner en orden tus experiencias en relación con el mundo?

R: Hubiera quedado incompleto sin la poesía y la literatura en general; no hubiera podido concebir mi vida sin ellas. La poesía ha dado a mi vida un nuevo sentido de plenitud, la indispensable convergencia.

 

P: ¿Qué es el mundo para ti?

R: Veo al mundo como un retablo convulso en el que transcurre nuestra vida con todos sus riesgos y oportunidades, donde hay que darlo todo hasta la caída del telón. Si bien, a veces le hago un guiño a ese personaje travieso que es Mafalda cuando nos dice:“¡Paren el mundo, que me quiero bajar!” No obstante, no creo en visiones apocalípticas de este, nuestro mundo.

 

P: He notado que en algunos de tus poemas hay a veces cierta angustia ante el paso del tiempo y la decadencia física. ¿Es el tema que más te preocupa?

R: Sería fallida mi poesía si la enfocara desde la felicidad; creo que la angustia es un catalizador indispensable para mis versos. Un elemento que aflora y trato de manejar, digamos, al estilo de un cineasta muy admirado (Igmar Bergman). La angustia existencial es una de mis grandes obsesiones, pero no la angustia por el simple paso del tiempo y la decadencia física, sino por las experiencias que de ella emanan.

 

P: Tus poemas, en general, no están concebidos desde la nostalgia ni desde la tristeza de un pasado perdido. Noto que tu postura está más bien centrada en el presente, aunque ese presente sea la consecuencia de la trayectoria de tu vida, como nos sucede a todos. Háblame sobre esto.

R: Si bien para un poeta el pasado es un tiempo elemental, desde el punto de vista de las vivencias y experiencias acumuladas, es cierto que me focalizo en el presente que es el tiempo de la creación inclusivo, un continuum de elementos del pasado y de su proyección futura. El presente es lo que tenemos.

 

P: ¿Qué simbolizan o representan los cuervos en estos poemas?

R: Son un símbolo del desconcierto, del horror; son un enigma indescifrable. En mis poemas simbolizan, de algún modo, los riesgos, los peligros que enfrentamos desde el nacimiento. “Profeta, sí, seas pájaro o demonio”, como reza Poe en su magnífico poema.

 

P: ¿Y la infamia?

R: El honor, la bondad y la nobleza son mis ideales humanistas; la infamia es el caldo de cultivo de todo lo contrario a ese ideal, su polo opuesto. La historia humana es básicamente una historia de infamias: guerras, conflictos, abuso de poder, violencia doméstica y social, en fin, un piélago de cosas que lamentar, pero mi mundo personal siempre se salva por el arte, la familia, los amigos.

 

P: Dices en un par de versos sueltos: ¿Es misión del artista desentrañar /la oculta belleza de lo horrendo? Y te pregunto: ¿es exponer el lado oscuro de la existencia lo que te hace escribir?

R: En esta ocasión he explorado la existencia de la belleza en temas poco usuales o escabrosos: en la imagen de un extraño pez, en un ser deforme que sufre el escarnio de sus congéneres, en las falsas apariencias de las cosas comunes, en la enfermedad y el suicidio, la crueldad del poder y otros temas que han convocado la expresión poética.

 

P: ¿Eres una persona de fe?

R: Absolutamente.

 

P: Me has comentado personalmente que tu mente es matemática. ¿Cómo encajas la fe entonces?

R: Aún veo la fe como un gran teorema, una ecuación matemática compleja que uno tiene que tratar de demostrar (se). Y esto no es una paradoja. Espero que esta entrevista ayude a conocer al ser humano que hay detrás de los versos de este poemario, más allá de los cuervos y la infamia.

 

 

 

 

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Félix Anesio
Félix Anesio
2 años hace

Gracias

Antonio Ojeda
Antonio Ojeda
2 años hace

¡Gran entrevista al Maestro Félix! En particular, muy interesante la pregunta y respuesta de cierre.

Félix Anesio
Félix Anesio
2 años hace
Responder a  Antonio Ojeda

Gracias

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