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AÑO 4 - 2023

ISABEL SALAS DOMINGUEZ – «EL JADEO DE MIS TEXTOS PROVIENE DE MI RAÍZ»

El jadeo liberal de mis textos proviene de mi raíz febril, mi alma.

 

*

 

Satisfecha

a gusto

goteaba

sobre el poema

 

Saciarme elogiada

mirando el reflejo

el parpadeo del destello

manosea mi perla escondida

juego conmigo

los labios sobresalen del espejo

 

*

 

  1. ¿Por qué escribirle al erotismo desde la poesía?

“La relación entre erotismo y poesía es tal que puede decirse, sin afectación, que el primero es una poética corporal y que la segunda es una erótica verbal”.  Octavio Paz.

 

Tanto el erotismo como la poesía son envolventes. En ambos se gesta el encantamiento de la comunión sagrada entre el cuerpo y la palabra, con la intención natural de expresar con amabilidad el encuentro entre la intemperancia del deseo y la desnudez del lenguaje, con la pretensión de despertar desmedidamente los sentidos, a través de la estimulación sensorial y la provocación lingüística.

 

Erotismo y poesía cultivan la intimidad del ser humano en todo su esplendor, lo vasto y audaz de su imaginación, su brioso potencial para fantasear y el génesis de la estética, profundamente palpado en esa delgada línea, entre lo que decimos y el cómo lo expresamos de una manera expuesta y distinguida, donde mi fiel forma de acicalar el poema comienza en el goce íntimo y va hasta la complacencia de la palabra elegantemente sensual, amorosa y carnal.

 

La poesía erótica responde a la vida interior del ser humano, a la interioridad del deseo, a su exaltación. Utilizando algunas de mis definiciones, el erotismo “agita apetecible el deseo”, con “voz fecunda”: el poema.  ¿Por qué le escribo al erotismo desde la poesía? Porque la poesía es mi placentera  “desnudez servida”.

 

 

2. La construcción de tus versos nace desde la sensualidad, o ¿cuál sería su proceso?

“El erotismo es un juego privado en el que solo el yo y los fantasmas y los jugadores pueden participar, y cuyo éxito depende de su carácter secreto, impermeable a la curiosidad pública”. Mario Vargas Llosa.

 

Escribo desde mi honestidad ardorosa, integro leal los delirios de mi cuerpo, su osadía y la diástole de mis deseos. Despojada de lo evidente y acariciando la transparencia, construyo los versos sentidos, tanto con lo imaginado como lo vivido. No asumo ningún compromiso protocolar para su tejido semántico, por lo menos de manera consciente, seguramente si me observo aguda desde otro borde, caminaría sobre el cumplimiento de algún proceso idílico.

 

La autenticidad me aproxima a componer de manera exhibida el poema, voy haciendo decretos eróticos que surgen desde lo medular, la desnudez de mi ombligo. La alquimia del goce, la vehemencia  y la liviandad, la manifiesto con palabras explícitas y francas.

El jadeo liberal de mis textos proviene de mi raíz febril, mi alma.

 

Si recurro a la reflexión metafórica, tal vez, todo esto se acerque al excelso proceso de escribir desde el sensualismo erótico.

 

*

De la boca de un hombre

indetenible

brota salvaje

el nutriente erótico

que abrillanta la vara corpórea

sedoso alimento

evocador amoroso

de su carne estrujada

de su dulce pozo

avidez blanquecina

copiosa

vertida

en el cuenco que hace con sus manos

en el hurgado verbo

en las 22 veces que gime

el nombre de una sola mujer

 

*

 

  1. ¿Cómo romper con el tabú por lo erótico que gobierna a nuestras sociedades?

“El erotismo es la superación de los obstáculos. El obstáculo más seductor y profundo es  la moral”. Karl Kraus.

 

No me queda claro si el verbo romper sea lo más cercano para  concientizar las bondades humanas. Para que algo ocurra en la multitud debe residir primero en lo individual; siendo justamente ese el espacio fértil que quiero poblar, sin tener que detenerme a pensar en qué es sagrado y qué es profano.

 

Pero, ¿Cómo hablar de erotismo explícito de manera natural, resaltando su inherencia al ser humano? Para poder aproximarme a su dinámica tendría que situarme en una gnosis  remota hasta llegar a una vulnerable conciencia moderna, reconsiderando los conceptos del pensamiento moral, de lo que es prohibido, o sencillamente, lo que es impuro individual y culturalmente,  transformando de manera lamentada la visual del erotismo en algo que sobrepasa cualquier tipo de pensamiento, configurado desde lo que sí es aceptado hasta lo que no acepta la sociedad.

 

Reconociendo algunos decididos avances dentro de la conciencia decorosa y el poder personal sobre sí mismo, todavía se mantiene el cuestionamiento de las individuales vivencias eróticas, desde mirarse en el espejo, pasando por la masturbación, hasta acercarnos a la primera relación sexual. El deseo queda colgando en el hilo de lo inadecuado, peligroso y prohibido, cayendo en el sostén apretado de la moral, de la autocensura y los tabús. Si este es el epígrafe, entonces queda aún numerosas conciencias a ser frotadas y erguidas. Se romperá el tabú cuando se asuma que el erotismo es una experiencia personal, interior y sagrada.

 

  1. Alguna fantasía erótica que aún esté pendiente por escribirla en sus poemas.

“En todo encuentro erótico hay un personaje indivisible y siempre activo: la imaginación” Octavio Paz.

 

Si la palabra pendiente hace referencia al desarrollo creativo, entonces vivo con impulso interminable y a ritmo placentero, de lo vasta y poderosa que puede manifestarse la imaginación y el erotismo.  Sea un ilusión deseada o soñada, ambas me pulsan y soy consecuente. Cónsona a mis formas, siento el frenesí de la creación idílica, en mí la incubación y la iluminación de los versos como fases del proceso, visualizando su Gestalt, esa totalidad descriptivamente conectada y enlazada con la estética de las palabras.

 

Sostengo la fantasía de alcanzar la conjugación de la creación erótica y poética para gestar sensaciones gustosas y complacientes, de manera nutrida en la soltura íntima de quienes me leen, más cuando esa apariencia intangible, ese acto creador, lo acaricio embebido con la punta de los dedos al escribirlo. Habitada por la inmarcesible ilusión erótica, siento de manera integral que soy entonces la fantasía pendiente, en mí solo el tiempo correcto para revelarla.

 

*

Alargo el augurio hambriento de mujer insistente

mecerme encima de ti es un vicio

designio caprichoso de tus manos elevando mis caderas

soy todos los verbos gozando en mi fuente

olorosa fuente a diosa celebrada

el regocijo es ese instante húmedo por venir

frótame por debajo el milagro inevitable

continúa separando los pétalos que estiraste

y rózame hasta que broten todas las gotas a destajo

multiplica la intención de tus manos prendidas

que hoy siento el deseo confesarme

soy prodigiosa adentro

encima soy clandestina

*

 

 

  1. Has navegado por las corrientes del porno erotismo y porno terrorismo. Nos gustaría conocer su pensamiento respecto a estas expresiones literarias.

“El erotismo da miedo porque se lleva las palma en exceso, se abre a la superabundancia y en lo ilimitado. Eleva el instinto a categoría de un arte de amor y por lo tanto de vivir”. Sophie Chauveau. 

 

Solo pronunciar la palabra pornografía supone un gran alboroto, imagínate si le adicionamos un vaivén erótico o un paraje de terrorismo, bien sabemos que el sufijo “ismos” trasciende los límites de lo aceptado. Lo prohibido siempre tendrá un gustillo especial y también podrá ser percibido como un espacio sanador si nutre, inspira y satisface nuestras fantasías.

 

Siento que el posible extravío se manifestará cuando hacemos de la pornografía nuestro alimento cotidiano y vital para la supervivencia amorosa, exhibición envuelta en el libre albedrío, determinando cada uno dónde comienza la libertad del goce sexual de su cuerpo y dónde supone que se encuentra lo obsceno, impúdico y grotesco, si es que le interesa esta reflexión.

 

A veces considero que conversar sencillamente sobre sexualidad es como pasar la raya amarilla de seguridad, hay que hacerlo con un lenguaje elaborado, desde lo considerado y teniendo presente el cobijo sociocultural de la persona. La complejidad se afinca cuando sentimos plenitud crecida por el goce de esa sexualidad y sus prácticas, aunque tengamos de nuestro lado la línea de tiempo de la evolución del erotismo, los estudios sobre el placer y las libertades eróticas. Pareciera que la naturalidad y lo orgánico del tema todavía no ocurre sin ir contra las reglas, sobre la censura y la autocensura.

 

Desde mi compromiso licencioso y lascivo continuaré acariciando lo erótico del cuerpo y del alma del lenguaje explícitamente expresado con “voz fecunda” en mis poemas.

 

  1. Anais Nim, Almudena Grandes o Valerie Tasso. ¿Alguna de estas 3 escritoras de erotismo han influido en tu escritura o lleva una gran admiración de tu parte?

“Sólo el latido unísono del sexo y el corazón puede crear éxtasi”. Anais Nim

 

El camino explorado sobre las lecturas amatorias y pasionales ha sido considerable, para mí es un compromiso desafiante tener que referirme solo a dos o tres escritores y poetas. La primera lectura erótica expositiva que realicé fue el libro de relatos cortos  Venus, Pubísima y Castísima  de Raiza Andrade, narradora, cineasta y poeta venezolana. Lectura que abrió mi apetito sensitivo, incitándome a seguir revisando Las edades de Lulú (Almudena Grandes), y ampliando mi acercamiento a otras obras eróticas, como: Delta de Venus (Anaïs Nin),  La historia del Ojo (George Bataille),  El amante (Marguerite Duras), El amante de Lady Chatterley (D. H. Lawrence), La venus de las pieles (Leopold Von Sacher – Masoch),  Lolita  (Vladimir Nabokov),  Deseo (Elfriede Jelinek), Elogio de la madrastra (Mario Vargas Llosa), y, no menos importante, el Diario de una ninfómana (Valérie Tasso), con el pendiente en la agenda para revisar otras obras de la autora.

 

Es considerado comentar que vengo de la lectura insondable del Cantar de los Cantares como encuentro amatorio armónico y pasional, de la amabilidad de vincular lo espiritual con lo instintivo de Carl Gustav Jung, de la libertad construida de la mujer, referida por Simone de Beauvoir y, por supuesto, de lo acucioso de los impulsos sexuales no canalizados estudiados por Sigmund Freud. Estoy en constante repaso de la magna obra de Octavio Paz, La Llama doble.  Cabe mencionar de manera apropiada, las voces poéticas que me han acompañado en esta desnudez servida: Safo de Lesbo, Ana Rossetti, Gioconda Beli, Joumana Haddad, Idea Vilariño, Alfonsina Storni, Charles Baudelaire, Juan Gelman,  César Vallejo, Rubén Darío, Oliverio Girondo, entre tantos más.

 

Concluyo de manera amena este espacio de preguntas, enalteciendo a quienes han sido cimientos esenciales en mi escritura y que forman parte de la poesía venezolana, comenzando por María Calcaño, María Antonieta Flores, Armando Rojas Guardia, Ana María Hurtado, Rafael Cadenas, Ida Gramcko, Enriqueta Arvelo Larriva y Helena Vera, por destacar algunos nombres de virtuosos venezolanos diestros, quedando con el compromiso de aludir un listado extendido de otros poetas y de la influencia sentida que me habita por las inmensas obras poéticas realizadas dentro de un cosmos vehemente y erótico.

 

*

En florecido presagio

ruego

que se geste tu sexo

que se sostenga

que salive

que palpite su espuma

que se preñe

que retoñe

que se salve erguido

que sea eterno

*……..

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José Armant
José Armant
1 año hace

Más entiendo tu poética que
el discurso que la justifica. Sólo al
leerte te desnudas en mi imaginación
arropando con tu cueva húmeda y
golosa el cayado firme… a la sazón de
las espinacas y la paz de una noche de
ósculos almibarados…luciérnaga inolvidable.

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