HEISEL DIXIANA VILLALOBOS ALVARADO – TESTIGO
Cuando la última vela se extinga y la habitación se cubra con el manto uniforme de la noche el color de la piel no importará, ni lo alto que haya sido, ni lo bajo.
Recorro la casa que me vio partir; el televisor que estaba siempre encendido se ha manchado con el negro, el sofá en dónde tantos libros y programas pude disfrutar ahora están vacíos.
Sigo caminando mientras los cuadros llenos de casas y colores están ahí, decolorados por la tenue luz del amanecer que penetró las ventanas corredizas que jamás funcionaron bien. La silla y la mesa que me permitieron tener siempre un lugar cómodo para disfrutar cada sabor de la vida ahora eran usadas por extrañas sombras humanoides sin rostro lamentándose.
He llegado al último lugar en dónde he estado. Mi habitación. No era grande, pero qué espaciosa le veo ahora; mi olor sigue aquí y el espejo en la pared sigue roto, aunque ya no importa, no tengo nada para observar en él. La mesa pequeña, de esas plegables blancas con refuerzos de hierro y tornillos para ajustarlas; estaba llena de dibujos de todo lo que hace una vida amé. Los libros amontonados en el piso, los cuentos, las grandes historias y enseñanzas, los personas con quienes viví tantas vidas y que ahora yo partía sin ellos; mi dibujo en la pared representando toda la rebeldía de mi alma y la valentía para cambiar ante el miedo de la página blanca me miraba fijamente.
De color rojo vino eran sus músculos, rojo sangre el brillo en ellos. Líneas negras subían, bajaban e iban en todas direcciones formando una particular silueta del rostro dividido por el gris muro. No importa cuánto le viera, en donde me colocara siempre sus ojos llenos de vida me seguían anhelando caminar y dejar de ser un mero espectador.
Ahora esos ojos me ven con lástima, ha entendido que ahora yo también soy como él, una espectadora que ha quedado atrapada en una pared de la cual jamás podrá salir, nadie me verá, no podrán escucharme y los únicos testigos serán los ojos del monstruo que he creado.
Heisel Dixiana Villalobos Alvarado, nació el 05 de octubre de 1996 en el país de Costa Rica. Es graduada de la carrera de Enseñanza del Castellano y Literatura de la Universidad de Costa Rica y estudia saxofón en la Escuela de Música de Palmares, también, con su instrumento formo parte de diversos ensambles de música.
El arte ha sido parte de su vida desde temprana edad siendo la música, la literatura y el dibujo un escape ante la decadencia. Actualmente sigue desempeñándose en estas áreas y sigue amando cada momento con ellas.
Su primera publicación fue del texto “Soy” el cual se encuentra en la Revista Kametsa y vio la luz en abril del 2021.
Felicitaciones, sos excelente