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AÑO 4 - 2023

¿POR QUÉ ESTA HISTORIA? [4] HOT JAZZ BAR

 

 

Por David Benedicte

Recuerdo, de aquel díanoche de 1994, que murió Bukowski. Y yo era un aprendizdescritor de veintipico y sentí aquella palmatoria como si hubiera fallecido mi abuelo. Y por aquel entonces yo escribinavajeaba en corto, como Bukowski, y trataba de colar mis relatocuentos en revistas y fanzines de todo tipo y condición. Decía Franciscumbral, otro de mis abuelespejos, que al escritor nuevo o rookie se le suele quedar corto el material. La novedad es impaciencia y la impaciencia lleva a resumir, naturalmente. Y yo resumí en este cuentocortirrelato, naturalmente, el dolor de una pérdida y me salió una elegía en prosa, aunque repleta de endecasílabos que anticipaban al poeta que vivía realquilado en mí. Recuerdo, y aún lloro, aquella resaca noventera. Vivo hoy repleto de penapenitapena. Frente a la chimenea desenchufada de mi lerele particular.

 

 

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HOT JAZZ BAR

 

                                                                               A Bukowski

 

A aquel tipo lo encontraron tirado junto al suelo del local, junto a mí, agarrado post-mortem a los posos de un bloodymary; mientras, dibujaba con los labios la estúpida sonrisa de los finados recientes, novatos (¿sería el jodido rookie del año?).

Todos los relojes de aquella mierda de ciudad, y no me preguntéis cuál, marcaban impuntuales el reinicio de esa hora infinita en que los penúltimos clientes se largan a sus cuchitriles en un llanto de congoja (09/03/1994), de eternidad del tiempo detenido.

A alguien se le ocurrió la gran idea de brindar por la memoria de aquel pobre diablo y todos, sin excepción, celebramos la iniciativa dándonos a la bebida. A mi espalda sentía los aullidos de una rubia flipada que, según dijo, vendía su cuerpo por un par de pavos. Y apareció otra copa vacía toda abierta a mi tristeza hasta que chamuscó el alcoholímetro de las penas.

Benny me sirvió otra ginebra a cuentea de la casa y Sam, el limpia, sonrió poco antes de contar a no sé quién que nunca vio un cadáver tan sediento.

Al fondo del bar, dos músicos negros, que iban ya para grises por la edad, soplaban una trompeta y un saxo con muchísima más pasión que acierto. Pensé en advertir a aquella pareja que no era muy apropiado tocar Bird of Paradise con muerto incluido, pero desistí. Me gustaba el tema y le pedí a Benny una nueva copa.

Además, justo entonces recordé que allá en Nueva Orleans facturan música, la mejor música, en los funerales, y brindé por el bird of paradise que cambiaba de color a mis pies, por su callar impuro aquella noche del día blanco en que sangró su vida y por el sol sin sombra que en mí ardía.

A eso de las cinco y media aquel tipo comenzó a transformarse. Su semblante se volvió azulado; y su dedo, tieso. «¡Eh, Benny, aquí te piden una copa!», reímos aquel chiste de borracho. Todos menos Benny, quien avisó al Depósito para que limpiasen su bar de difuntos. «Eran Hank, un viejo escritor de aquí», dijo la fulana del Marlboro ardiente y soltó una nube de humo al sonreír. Iba muy pasada.

Miré a Hank a la cara, que estaba azul cual lágrima ontherocks y lamenté su mala suerte antes de pedirle otra al gran Benny. Me sirvió un Bloody Mary esta vez y se hizo el silencio una hora. Y la noche quedé en él, fuego y sombra, muerte y gracia, en la dicha de la luz de los neones que engullen cerveza.

¡Si hasta los saxofonistas han muerto, cómo no voy a ponerme de luto!

Me gusta la gente sin un presente ya que no todos tenemos pasado. De los daiquiris al Cosmopolitan se oye el sollozo de hierro y se confirma que las tumbas se cavan en el serrín del suelo de las barras de los bares.

 

 

 

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David Benedicte (Madrid, 1969) Ha ejercido el periodismo en medios como El País, El Mundo, XLSemanal,

GQ y Don. Ha publicado las novelas Travolta tiene miedo a morir (Premio Francisco Umbral, 1997),

Valium (2001), Guía Campsa de cementerios (2012) y Tiempo muerto para Alí (2015). También los

poemarios Biblia ilustrada para becarios (2009), Maremágnum 44 (Mención de Honor Mejor Poemario

Revelación Revista Ágora, 2011), Poemarx (Premio Ciudad de Badajoz, 2013), Santa Claux va a rehab

(2013), Poesía eres tuit (2014) y AnoGrexia (2015). Ha ganado el I Concurso de Haikus Caleteros

‘Fernando Quiñones’ -convocado por la Fundación que lleva el nombre del poeta gaditano-, el I Certamen

de Poesía Erótica Galería-Taberna Ánima (Sevilla) y el I Certamen de Poesía Bárbara de Braganza de San

Fernando de Henares (Madrid). Ha participado en el libro/CD Panero, musicado por Bunbury y Carlos

Ann, y en la antología periodística Del boom a los recortes, publicada por Planeta (2012). Su último trabajo

publicado es Desgraceland, novela ‘noir’ y rockanrolera publicada por Baile del Sol.

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Renato Buezo
Renato Buezo
2 años hace

Excelente ritmo e imagenes claras.

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