Fernando Vérkell – El fuego y su engranaje
Ciudad de Guatemala, 1989. Desde 2014 su trabajo literario ha sido incluido en medios impresos y digitales iberoamericanos. Actualmente mantiene la columna «El astrolabio de Copérnico» en el medio gAZeta. Ha publicado _Nebulosa_ (Mandrágora, 2014), _El sendero del árbol enjaulado_ (Tujaal Ediciones, 2019) y la novela _Káplan_ (Loqueleo, 2020). Su libro de relatos _Problemas de una ciudad sin trenes_ obtuvo la CLI 2020, auspiciada por la Coordinadora de Editoriales Independientes de la Universidad Autónoma de Baja California, y fue publicado en Tijuana, México, por Malvia Editorial. Su relato «La recaída» ganó, por unanimidad, el III Certamen de Cuentos El palabrerista 2020. Su poemario _Aguas territoriales_ fue elegido para integrar la colección «El fuego perdido» (La Chifurnia 2021). _Hasta que todas estén muertas_ obtuvo el I Certamen de Novela Corta Sión Editorial/Serie Periferia en octubre de 2021.
El fuego y su engranaje
I
El océano amarillo
fondeó por la ciudad de los cipreses
desdibujando las fronteras,
y antes del amanecer
la caravana de plumas y colmillos
besó la tierra quemada:
las nuevas columnas de humo
rasgaron un rastro de sangre de tormenta
como guías celestes.
Fuego, destructor de las montañas
extranjero de elementos,
capataz de una cuadrilla de piratas luminarios,
paisaje lindante de la aurora boreal,
rey de antiguos tiempos,
huérfano de sol y de montañas,
asfixia de flores amarillas,
detén tu marcha sin memoria.
II
Mi madre creció en estas tierras del litoral,
su cuerpo fue nave y semilla.
Y yo germiné, hijo del viento y las corrientes;
retoño soy de la tierra y del viento,
mitad árbol, mitad pájaro
cama, hospital y resguardo para aves de paso:
hortelano de la costa.
Viento, ¿por qué siempre
suspiras malas noticias
y bramas una sinfonía de tribulaciones?
Has transportado, al amanecer,
dos nubes de polvo y destierro
y con ellas el fuego.
Nos han negado el sol
donde antes hubo clorofila y blancas carriolas,
hoy la cordillera de lumbre
crepita mil lamentos:
torotumbo de conspiraciones volcánicas,
fuego enemigo, lleno de imágenes convulsas
y un millón de árboles con nuevos penachos
de fuego carbónico.
III
una manada de fuegos salvajes
destruye todo a su paso y
el fuego desconoce el universo,
combustible de energía, ángel exterminador,
su engranaje: incendios provocados,
hambre de plantas y animales
crepitación de la campana
multiplicación de la luz:
un ciempiés rojo y una sierpe azul.
IV
mi brazo derecho
por todos los árboles intactos;
mi lengua,
por la multitud de aves desaparecidas;
mi voz,
por el reaparecer de la tormenta;
mi salvación,
por un bosque restaurado;
condenación eterna,
por una lluvia salvadora.
V
Con la luz, el milagro: el invierno recordó mi rostro
y descendió, furioso e imponente. y el río Negro,
batracio de las constelaciones
abrió sus brazos sumergidos
dejó salir sus amapolas,
y fue.