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AÑO 5 - 2024

ANDREY GÓMEZ JIMÉNEZ – AFÓNICO

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Afónico  

 

“El mundo me parecía entonces, como

la obra de un Dios sufriente y atormentado”

Así habló Zaratustra. Nietzsche

 

 

 

 

Me he convertido

En un par de fragmentos

roto,                                               olvidado

 

Pero si aún sé

Que las cuerdas de una guitarra

 

me dejan                                           cuerdo

 

 

 

Por qué insisto en arrancar ese mayor

 

 

Volver

(me)                                                  loco

 

Por mi

               Sol

                       (y)   edad.

 

 

Mientras me desgarro las cuerdas

 

vocales

 

Y canto:                                               auxilio

 

 

Hojas abiertas

 

Es en el ayer de mi pluma

donde comprendo los surcos solitarios de mi frente.

Este sosiego de ansiedad.

Soy capaz de ver los caminos que me alejaron del otro.

Y saber, cómo este pacto con el conocimiento me devolvería mil tristezas.

 

Ser el animal triste y plutónico,

el ente metafísico del miedo,

la sombra del porvenir.

Y para amar

ser castigado:

el dios

el Yo.

Y mis mil tristezas que me llaman

para terminar, revolcándome en las piernas de algún estante y abrir

algunos libros de piel;

no encontrar un solo verso.

 

Seguir.

Caminar bajo el sol.

Bajo el mar.

Bajo algunos pechos.

Tomar hojas y ojos,

el no entendimiento

y la cárcel de personas.

 

Mis ojos sin prismas.

El brillo viril sin sentido.

El daño.

Y estas largas puertas/piernas

abiertas.

 

 

Ayer                                                                                             

Recordar: Del latín re-cordis, volver a pasar por el corazón.

Eduardo Galeano

 

Volver a ciertas imágenes

recorrer los ayeres y sus rostros.

Fragmentar, paso a paso, los capítulos del pasado.

Repasar aquellos fonemas…

-“Ven esta noche de nuevo”, -“inhala, despacio, (risas de fondo)”, “me duele el estómago de tanto reír”, “te quiero”.

 

Tomar en mis manos la materia corporal que se difumina entre mares.

Y ver, como arde tener estas agujas en mi muñeca,

no parar de dolerme por sus pasos de silencio

más fuertes que la ira de dios.

 

Muchos me dicen que lo deje en paz,

pero cómo no voy a estar obsesionado con el tiempo

si me ha arrebatado todo lo que alguna vez me ha hecho medianamente feliz.

¡Cómo no odiar al hijo de Urano!

si me arrebató su compañía,

si acabó con las risas y el humo.

Si terminó por vencerme

a pesar de que intenté mantener esas manecillas antes de las doce campanadas.

 

Entonces uno se da cuenta,

no existe pretérito perfecto,

ni porvenir en donde me habré salvado.

Solo existe un pequeño dios llamado presente,

y, sinceramente,

no nos llevamos bien.

 

 

Partitura

 

Trabajé las palabras incansables veces

les saqué filo a la punta de sus significados.

 

Trabajé el aire denso del hombre,

apuñalé historias una y otra vez

para comprender los puentes de tristeza

que comunican las estrellas con la tierra.

 

Observé reiteradamente los mapas de la piel humana,

los caminos que llevan al gran otro,

las palabras que contienen aquel sufijo,

¿acaso todas las “uras” no son interesantes?

Literatura, cultura, escultura, escritura…

 

Seducido,

viví las complejas novelas rusas,

el duro sturm un drang alemán,

la sencillez del haiku,

los difíciles poemas de Latinoamérica,

nuestro Popol Vuh.

Salté de página en página, de lengua en lengua…

 

Trabajé, en el ego máximo del erudito, otras palabras más secas:

Dictadura, sepultura, estructura

y qué palabra tan ingrata, sistemática, metálica, ¿es punto final?

 

Recorrí bibliotecas hechas de memoria,

busqué tantos conceptos, definiciones, concepciones;

fueron puertas ancestrales.

 

Trabajé las palabras,

le saqué tanto filo a la punta de sus significados

que me terminé cortando la lengua.

 

“Ura” es un sufijo que implica cualidad,

y a pesar de este viaje, nunca encontré en mí

ni un poco de “humanitura”;

puesto que el adjetivo nunca existió.

 

La cualidad de ser humano es tan solo un sueño gramatical

que no admitió sujeto nunca.

 

 

BIOGRAFÍA

Docente y filólogo costarricense. Miembro y coordinador regional de la Unión Hispano mundial de Escritores. Graduado con honores de la Universidad de Costa Rica. Estudiante de dos posgrados en el Sistema de estudios de posgrados de la Universidad de Costa Rica: Maestría en Enseñanza del Castellano y Maestría en Literatura Latinoamericana. Se desempeña como Asistente Editorial y Filólogo en la Coordinación de Investigación de su Alma Mater y como docente de literatura en Centro Formativo Nuevo Milenio. En 2019  publica sus primeros artículos investigativos-académicos. En 2021 empieza a dar sus primeras ponencias nacionales e internacionales en coloquios y congresos sobre el tema historiográfico indígena costarricense. Algunos de sus poemas aparecen en revistas literarias de México y Perú.

 

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Fernando Alonso
3 años hace

Hermosos poemas. Joven, promisorio poeta. El futuro está latente y cargado de poetas generadores de esperanza! Felicitaciones desde Uruguay.

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