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AÑO 4 - 2023

ARMANDO CALVO – MEA CULPA

Armando Calvo (1996) Hatillo, San José, Costa Rica. Estudiante de psicología, poeta introducido al mundo de las letras por casualidad y por herencia de familia artística. Basa su obra en temáticas de desamor, existencialismo, mística, su crianza en un barrio marginal y crítica social; Es subdirector del «Escenario Poético Viento De Cristal», host de un podcast y miembro de la editorial «Astillero «. Trabaja actualmente en su primer poemario «Muy viejo para morir joven» el cual aún no tiene fecha establecida.

Mea Culpa

En mi primera confesión el padre Nacho no escuchó mis pecados
Solo me dio la absoluciób n y me dijo que era un niño bueno.
Me pregunto si el padre Nacho aún pensaría lo mismo de un hombre con un
intento de homicidio
Con el tiempo le encontramos el gustillo al mal
Primero aplastamos una hormiga
Exprimimos una pulga
Matamos de un flechazo a una paloma
Para luego romperle la cabeza a un bully con una piedra.
Nos hacemos francotiradores de las palabras y los modos, aprendemos como
romper espíritus
Todos somos homicidas.
Nuestra culpa
Nuestra culpa
Nuestra conjunta y grande culpa
He matado mucho de palabra
Sepultado niños hambrientos en la fosa común con la omisión de un litro de leche.
En mí última confesión el cura se sorprendió de mis pecados
Pensó dos veces darme la absolución y me dijo que en penitencia acudiera a la
comisaría más cercana.

Edwin

Mi primer bully está en la calle
Mí primer bully tiene hambre
Yo le devuelvo la agresión ignorando su existencia
Tal vez sea un empedernido rencoroso
O peor aún, un clasista más.
Mi primer bully tiene hoyos en las manos
Mí primer bully tiene sed de cigarro contrabandeado 
Tal vez sea un pertinaz cementero
O peor aún, un descuido de la empatía cristiana.

Hombre de Nicaragua

Yo soy de nadie
Ni siquiera soy mío

Me siento en la merced a esperarme, a ver cuándo aparezco, aguardando un
destello de mi para pescarme con el anzuelo del ojo.
Yo no soy de nadie
Ni siquiera soy algo
Máquina era cuando tenía una utilidad, fui fin de explotación, 12 horas de jornada
lunes a sábado sin derecho a gripa o a la mínima de las diarreas.
Yo no soy algo
Ni siquiera sé si existo
Pobre, mínimo e invisible, divisible en la ecuación de la oportunidad, negado en el
salón de clase y en el préstamo del banco.
Yo no soy de nadie
Ni siquiera soy mío 
Permanezco como cachivache de compra venta furtiva, de esas que se ponen
sobre una tela en la acera, vomitando ebrio al lado de zapatillas robadas, siendo
pateado a mansalva por haberlas ensuciado.
Yo no soy alguien
Ni siquiera estoy vivo
Se almacena mí cuerpo en un cuarto frío con una etiqueta que reza: hombre de
Nicaragua, desconocido, 45 años.

¿Quien quiere pizza? (3636)

En mí vida siempre se ha relacionado la pizza y la explotación 
Masas siendo manipuladas
Golpeadas de un lado hacia otro y lanzadas al aire
Siendo nuevamente tomadas para ser golpeadas otra vez.

Masas anónimas
Masas amorfas
Masas que serán aplastadas
Que son eso y nada más…
Pues en el conjunto no se mira gota de agua

No se mira punto de harina

Tan solo masas que son masas

Masas que se les extrae una ganancia
Una plusvalía a través del sofocó y el bochorno

Son vejadas por los elementos más caros que lleva una pizza
Pepperoni
Pimientos rojos y verdes
Aceitunas y cebollines
Vegetales del último recoveco itálico
Jamones del último cantón ibérico 
Más no importa, en todo caso siempre sobresale el chorizo.

En mí vida de trabajo siempre se han relacionado las horas extras no pagas con
una rebanada de pizza de algún supermercado de ganga
O de alguna cadena de mezclas acartonadas 

Y me entero entre mordidas
Que soy la masa
Siendo mangoneado por la arbitrariedad de un patrono bipolar

Cumulo sin nombre
Cumulo que llena una vacante
Un cumulo que es un cumulo nada más

"Podría ser aún más nefasto"

Me repito en mis adentros este falso consuelo al presenciar los ojos locos del
misógino empleador moviéndose al rebote del escote de una compañera.

Y ahora yo les pregunto…
¿Quién quiere pizza?

Robinson Cruzó (La Calle)

Robinson cruzó, la calle
Loco, contento dientepelao
Sonriendo con los dientes que aún tiene.
Desojado, refinado.
¿A dónde tan peinado y sin llevarme a mí?

Cantando con una bolsa canguro al hombro
Anoche
Anoche Soñé contigo
Soñaba que me querías
Que cosa maravillosa
¡Ay cosita linda!

Salía soplado a mirar que se fuera el bus del 50% porque luego el peso de los
átomos difería
Y tenía que guindar los neutrones para que se secaran.

Porque podía que nos fuéramos de la tierra para cantar en una fogata
arrecostados en la corteza de la luna.

Siempre dijo: "en el futuro puede estar uno nunca sabe nada"

Ponía hechizos en la gente que los hacía reír locos.  
El velador de las almas, guardián nocturno de San José cantando canciones que
ya nunca escuché.
Solo a Matilda que cogió una plata y se fue a Venezuela.

Alberto rezándole a un billete de 5 colones
Para que saliera el hombre del papel a coronarlo
Cómo rey del cielo, hijo del sol.
Nadie lo comprendió hasta que lo vieron del pavimento volar al cielo.

Se puso a correr entre nubes reflejadas en charcos mientras lo perseguían los
espíritus.

Y Robinson cruzó…un junio, y no lo volvimos a ver más.
Solo a veces vemos su sombra sentada y una canción.

Mientras el corría de los espíritus alguien lo espero en casa, alguien siempre lo
amó

Robinson cruzó…para cantar en la luna.

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