CAROLINA CÁRDENAS JIMÉNEZ

Carolina Cárdenas Jiménez Narradora, poeta, columnista, docente y editora colombiana. Licenciada en Humanidades con énfasis en Lengua Castellana. Postgrado en Creación narrativa de la Universidad Central. Su obra Caen cenizas sobre la ciudad fue publicada por la editorial chilena por Conhueno (2021). Finalista en el Concurso de poesía Nueve editores con la obra Después de la nada (2021). Premio Internacional de Poesía, Rostros para autores con un rostro. Accésit, con las obras Ninguna tierra me habita Y sin embargo soy (2018). Ganó el concurso de cuento Estímulos a la Creación Artística con el libro Parajes inesperados. Ganó el segundo puesto en el II Concurso Nacional de cuento El Túnel (2011) con el texto A la deriva. Finalistas en el Concurso Nacional de Cuento La Cueva con el texto Mañana será otro día (2012). Publicó Somos náufragos (2013). Actualmente, columnista de un blog en El Tiempo, periódico de Colombia y colaboradora del Portal Cultural Quira medios.
Bogotá, 06 de agosto de 2020
A mí que tengo ideas repetitivas
Mi pensamiento es una nebulosa de moscas
donde converge la misma idea
en estado larval
Me sumerjo en el paisaje de un edificio que se repite
entre avenidas de nubes que exhalan olor a cadáver
y me hacen creer que vivo al interior de una cloaca
donde brotan rosas y tulipanes como enredaderas
En la que el silencio no existe a menos que sea ruido
Soy estruendo en una estancia donde el grito es lo único posible
para romper con la mirada fija la misma cavilación
y la palabra que como una ola vuelve
a la orilla del tiempo
Bogotá, 24 de agosto de 2020
A mi temor de nunca despertar y en el sueño volverme nada
Las noches presagio de nunca más volver a despertar
por la ventana un columpio aparece trae sobre él a una criatura
Me observa a través de ojos que han visto el primer día de la
humanidad
La veo burlarse de mí sabe del temor al grito de la oscuridad
a encontrarme con un abismo en el sueño
que no me deje regresar
Afuera hay una perra con sarna presiente a través del aullido
que existen diversas formas de morir
una de ellas es el sueño
como respuesta a la muerte leve que padecemos cada día
En la profundidad del asfalto crecen palomas, copetones y unos pájaros
azules
Bogotá, 09 de agosto de 2020
Soy mosca rodeada por miles de moscas algo afuera exuda
podredumbre la ciudad es cuerpo desconocido donde convergen los
gritos de la prostituta el indigente el obrero y la pobreza un
murmuro me dice que no estoy sola las palomas copulan en los
techos afuera somos repetición de tejas y calles averiadas de las
semillas de cemento nace musgo el silencio no existe nunca ha
existido un olor a incinerado abarca un paisaje de muertos afuera
las cosas desaparecen la inexistencia es lo único que nos precede
hasta el silencio ha dejado de ser sonido mientras nos vamos acercando
a ser despojos
Bogotá, 20 de agosto de 2020
El fanático el exiliado los campesinos todas las muertes me transitan
en este tiempo soy solo eso afuera el mundo se ha hecho rojo es una
mosca monstruosa vuela sobre mi cuerpo de cemento una palpitación se
oye en la piel de la ciudad que se une a la mía del abismo-estómago de
las calles sale un grito torturador en un árbol brotan nidos muertos que
se precipitan a un espacio vacío ningún habitante del mundo podrá decir
que no ha padecido locura en medio de una tierra infestada de insectos
en el silencio-nada un copetón se balancea en una rama de metal que
tiene por hojas almanaques de Bristol derretidos por el sol y
desvanecidos por la lluvia
existe una nada que consume lo que va tocando
una nada
Bogotá, 26 de agosto de 2020
De mi cabeza salen lenguas
Soy solo cuando hablo con las otras me moran y alejo de mis vísceras
las larvas hay un paisaje de cemento que llora mi silencio-grito-
aullido vive entre mis sueños y los estados de trance en los que soy
otras debajo de las sillas de madera y metal salen enormes dientes
de león los desamparados travestis y los que no sueñan se desvelan
pensando que sus átomos
se evaporan al ser evocación de exilio
pensamiento
que nadie
piensa y se vuelve
al no ser pensado
n
a
d
a