CRISTINA PENALVA PASTOR – EL RITUAL DEL MIRLO
El ritual del mirlo
Deseo la belleza
con la que se iluminan las gárgolas
cuando entonas estrofas de flautista,
sólo ellas te escuchan,
ninguno se detiene,
llevan su angustia a cuestas
y aceleran el pulso, igual que los repiques,
miran a la deriva,
nadan entre la bruma,
no regresan nunca al punto de llegada.
Sin un lamento,
el horizonte espera paciente.
Tú, con tus tonos lince, ignoras que
los dioses
también anhelan sumergirse
en nuestro miedo.
Oda al Hijo de la Palabra
Rasgueas las palabras
Y lo absurdo de las cosas germina
Ese cenáculo de realidades
Que brotan al sentirse descubiertas
Insiste, insiste
Y dinos cómo nos miran sin rencor
Cómo respiran en la mudez
Desde el doliente reino de los hombres
Más allá de ti
Insiste, insiste
Qué avistan esos intrépidos quinqués
Cuando hay mar de fondo
Insiste
y regresa
y cuéntanos
Tú que conoces el último recodo
De lo serenamente imborrable
Y pertinaz que es la noche
Cuando llega el rayo y la deshila.
Esta casa no es mía
Esta mesa redonda
de dulce leña,
tampoco es mía.
La pluma y el cuaderno
donde escribo revoloteos,
no, no son míos.
Solo son míos los libros.
En ellos nado y me reconozco.
Son corredores, explanadas,
ramblas que arrullan versos.
Me resulta difícil recordar
cuántos libros leí,
sus historias se cruzan.
La penumbra, los paseos, la calma.
Dejo encendida la luz cuando salgo
por si acecha la hierba tenebrosa.
Ellos me guían y me dicen
que todo fue, que es
y que será
hasta el final de la cosecha,
cuando regrese
arrancando las páginas y
soltándolas al viento del poniente,
por temor a que
si quedan recogidas
dejen de pertenecerme.
Mis raíces
Mover la masa de pan
de un lado a otro
contra las palmas de las manos
hasta que me bendice
Inspirar las corrientes del océano que
empujan las lluvias
antes que lleguen a tierra
Los matorrales desnudos de artemisa
el saxaul que abandona sus hojas y bebe del oasis
los cactus que acumulan relente en su regazo
la palmera con su penacho de abanico
que recibe la Pascua con salmos
y me abriga con su palmito de flor hermafrodita
Me cuelgo de sus filamentos entre Eritrea Djibouti Etiopía
me visto con el velo colorido de las damas del desierto
y cargo la esencial agua
orgullosa
con ojos que ya me han perdonado
Estas son mis raíces
A José Pejó Vernis
Vine para nombrar el nombre
que te nombra
Hoy
cuando empiezas a vivir en la ceniza
casi imperceptible
del recuerdo alrededor de ti
Con una ausencia tan presente
que estás aquí
donde nunca estarías
si no hubiera poemas y música
y los diosesamigos que nunca te olvidaron
Hubo un instante un lugar preciso
en el que nos encontramos pesando
el vuelo de los pájaros o
cómo se quiebra
la redondez perfecta de una gota de lluvia
Como si escribieras a mano
prepara tu cajita de lapiceros
escoge un lápiz definido
para los textos de lo que conoces
aunque sean del pasado
Cuida que en el papel no haya reflejos
que te confundan y aparezcan otros colores
como el cerúleo de la melancolía
y se mezcle con el desconsuelo
y el inconsciente te juegue una
mala pasada
Aventúrate en tus propios fantasmas
y escribe en un púrpura que te hechice
Escoge el color del viaje
al laberinto de la vida
tu propia vida
y avanza
El color de la escritura se desvanecerá como
una nube aunque controles todos los detalles
Cristina María Penalva Pastor, natural del Alcalá de Henares. Fascinada por la literatura y la música, hija y nieta de músicos alicantinos.
Técnico en Publicidad y Comunicación. Responsable de edición, de la revista escrita Perfiles, de la ONCE. Dieciocho años en la Unesco. Promotora del proyecto Alcalá y su Universidad como Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Actualmente productora, guionista y conductora del programa «LETRA Pequeña» de la Radio Universitaria de Alcalá de Henares, del programa de Radio Creactividad, «Desde la Plaza», del Evento «el 20 a las 20» Encuentro de Poesía, de Planeta Poético, muestra de poetas de Alcalá de Henares.
Toda mi poesía, cinco poemarios, uno de ellos de poesía mística, es inédita. (A excepción de alguna colaboración en revistas y antologías, el X en San Miguel de Escalada y la reciente antología, traducida al rumano «Horizontes Poéticos».
[Fotografía portada Jesús de Matías Batalla]