FELIPE SAÉZ RIQUELME- EL SONIDO DE UN LEJANO PANAL
LO QUE UNO ES
Lo que uno es se rompe
se rompe
lo que uno es
es falla
de fábrica
calibrable
cada tanto
por tecnologías
bajo órdenes
de policías
secretas
controles
remotos
retocan
inadvertidamente
lo que uno es
pero
como toda cosa
dentro
del proceso productivo
en esta fase
del gran reino
animal
lo que uno es se rompe
se rompe
lo que uno es
es reemplazado
por otra
pieza.
EL RÍO
Despierto y soy el río
apenas abro los ojos
mis pensamientos que inician
el contacto / se los lleva
la onda corta del río
¿viajo o soy el viaje / del río?
voy de un lado a otro
/ de la señal
caudal invisible / del río
columpio en el que voy
en el que vengo
en el que muero.
Un instante o quizás menos
un segundo / una centésima
o el límite
de lo que es posible soportar
en cualquier orden
en cualquier momento
/ de la jornada
para apenas quedarse quieto
con suerte interrumpir
ir de uno a cero
en contra
en el río.
MANO QUE ESCRIBE
Mano que proyecta en el muro
la sombra de un perro que ladra
mano vegetal que crece con la lluvia
mano de greda que se triza lentamente
en la oscuridad de un museo
mano que saca otras manos del mantel
para lanzar las migas a los canarios
mano de cristal robada
mano que borra sin permiso
la idea que la otra mano había dibujado
mano mecánica que masturba
mano de marino sin dedo
mano enorme de basquetbolista
mano que corre entre los barrotes de las rejas
de las casas de los barrios
de la periferia
mano araña que espera impaciente
mano dura
mano de amada que escamotea
mano de amada anclada a cama oscura
mano que acaricia la pobreza
mano maquillada cruzada al pecho
mano de ciclista que indica el giro
mano de niña con anillo de plástico
mano que separa las manos juntas
de alguien que no quiere confesar
mano que escribe
la palabra comienzo.
LA BANDERA DEL PARAÍSO
Miro mi sombra y está cagada
de la risa porque ve
cómo me estoy quemando.
Sombra que acontece que
enceguece que aunque no
lo sepas permanece. Está ahí
a la espalda de las buenas
intenciones está ahí
en la cara no visible
de la cordillera es el hemisferio
del cerebro que no utilizas
es la línea que pariste cuando
simplemente te paraste y que
continúa la trayectoria
del recto es el viento
que tironea el vello púbico
del amanecer era esa puñalada
que significa nacer y venir a dar
a este lado del cielo
era esa bombilla de luz
que le faltaba a mi enrabiada
bisabuela entre animales sucios
y el pasto sin cortar es el dispositivo
programado a la hora del sueño
para hacerte dormir
como un cadáver. Está ahí
con su máscara brillante cuando
la niegas está ahí apretando las teclas
mientras voy saltando plataformas
en un juego de nintendo. Mi sombra
que acerca la navaja
de la ventana al cuello. Mi sombra
con forma de mi cuerpo
corriendo los 400 metros planos
en las olimpiadas de la pobreza.
Mi sombra clavando en una montaña
de basura la bandera del paraíso
LA SUSODICHA
Posterior a descubrir la transición
rojo furia
rosado
rojo opaco
embalsama la cicatriz
se reorganiza
en posturas solitarias y nostálgicas:
asistencia sin convocatoria previa a cafés y bares
concentración y búsqueda provisoria
de un clavo que saque a otro clavo
antepenúltima fila en vermut
por lo general
con la cabeza apoyada en el filo del respaldo
entre películas francesas
e iraníes
invención, sin mucho esmero,
de posibles situaciones hipotéticas
sobre hipotecas y cuentas de crédito compartidas
finalmente
tétricas
balances entre el aquí y el allá,
o entre hoy y ayer
es decir:
todo aquello que no es posible
sino imaginar
en el breve lapso
donde puede entrar
en una novela
acariciar el terciopelo y el resquemor de la lectura
y descubrir que se ha enfrascado
en evadir
la soltura de solfeo y humo
con que se presenta
en todas las páginas y próximamente
en todos los cines
la su
so
dicha.
PARA UN ÁRBOL DE MILAGRO
Con el botón abrochado
las manos juntas
sombrero de verano
en el transporte público
fresquito de un duchazo
temprano a la mañana.
Ni los grandes corazones
de este mundo
han podido desviar
el curso de este caudal:
qué fantástica la red
el poder de las costumbres
cuando se contagian.
Cuando tengo el botón
abrochado del pantalón
proyecto un pensamiento distinto
a cuando está desabrochado.
Solo en cierto momento
bajo cierta inspiración
el cuerpo
con que estoy yendo hacia el espacio
deja de parecerme una cápsula
de milagro
está el agua entre nosotros
en un círcuito
afilando sus bordes
y es una indecible tristeza
la situación de un arbolito
cualquiera
el de aquí enfrente
el de la cuadra
que si no lo has mirado bien
no sé qué estarías mirando
que si no te has preguntado
cómo sobrevive
no sé
qué te estarías preguntando,
que ir contra el caudal,
que una vida corta y salvaje
resulta más misteriosa
que esto:
pensamientos
entre grises bloques de cemento.
OBJETOS PÚBLICOS
Todo lo que se oculta
un día
llega a mostrarse
y todo lo que se muestra
un día
llegará a venderse
por tanto
lo que ahora flota
sin un precio sostén
lo que ahora se esconde
en flor
sin ser tocado
por el tacto ansioso
sin ser develado
a la visión-escorpión
sin ser mostrado
como representación de algo
aún logrará
conservar su cuerpo
hasta que un día
llegue a ser capturado
bajo el nombre
de algo que no es.
EL SONIDO DE UN LEJANO PANAL
No importa dónde
hasta en la tele: volverte
a ver / aunque no coincidas
con la imagen que tengo
no importa dónde ni cómo: en
catástrofe natural
en catálogo de vuelo comercial
bordeando la orilla contaminada de un lago
(que antes estaba limpio)
o en un país nuevo
donde guirnaldas vinculen ventanas
campanas den fluorescencia al marfil
y el cuerpo de bomberos ilumine en la taberna
las canciones de juventud.
A veces
es demasiada tersa la piel de las preciosas
flores / ya no importa dónde ni cómo,
¿ni siquiera en el tedio de los martes después
del almuerzo?
¿ni en una noche saqueada
de astros o repleta de luces de neón
en la avenida donde mueren los teatros?
ni dónde ni cómo
pero cuándo
que no se trate solo de un estado mental
especial / aunque no coincidas
un aroma parcial / aunque en un colectivo
repleto, entre el movimiento serpentino
de los sucesos / ya no coincidas
no pudiera entre las almas que viajan
reconocerte
o en un país nuevo
donde en las sopas
se rearma la cara de la gente
que ya no está.
Aunque ya no coincidas
ni yo tampoco
el sonido de un lejano panal
que ablande la presión de este duro
oído rígido / el ayer
volverte a ver.
ENTONCES NO
Si no es con fuego, con llama azul
cielo / entonces no. Si no es con
ternura cuidar las flores del error
bolsas plásticas bailando en el viento
un plan que se cancela, poco y nada
bajo tu control, pero si no es
con calor tu voz / tu fricción
que se transmite por aparatos fríos
de materiales toscos
y si ese calor no llegase
al oído de quien / de aquella
de ello que llamas con fervor
entonces no /
mejor que no lo hagas
nada empieces
si no estás
para incendiarte
de un color que rebalse tus dígitos
si no estás
por derretirte
en eso que parece
un destino
mejor que no
no la sigas
no la toques
déjala así / sin humor
rumor del que nadie supo
déjala así
que así como estuviera
está así por algo
por algo que espera
por alguien
por algún fulgor.
TÚ QUE TE CREES TÚ
Tú que te crees tú
soñando el sueño de un monstruo flojo
que en su único ojo
repite la misma película:
tú que te crees tú
buscándote en tus padres
robándole al mundo una emoción virgen
pájaros de fuego
medievales / de papel celofán
anuncian el renacimiento
las góndolas del supermercado
se suicidan en cámara lenta
pero mientras tú te creas tú
quiero que
estas sean mis manos
esta sea mi sombra alargada por la luz eléctrica
estos sean mis lentes de sol ahumados.
Tú que te crees tú
recibe esto de ti: un libro que leíste
del cual no recuerdas
una sola palabra.
Revisas los subrayados / no fuiste tú
pero estás de acuerdo
como si hubieras sido aquel que se pertenece
como una isla futura
mundo-uno
donde esperas que alguien descubra
lo especial que eres
pero cada uno
en su hexágono espera
que alguien descubra
la dulce miel del genio
de cada mundo-uno.
¿De quién?
De tú / que te crees tú
con ligeras variantes que no alcanzan
a refutar la hipótesis de que eres
el mismo sujeto-sujetado
una cifra exacta
pero en disminución
un líquido que se consume poco a poco
a lo largo de un conducto
en el transcurso
día a día en la novela
el calendario
el río fluye como carnaval de máscaras
pero tú
que te crees tú
no estás más cuerdo
que el loco de Alsina y Sáenz Peña
que se cree Napoleón.
Tú que eres tú
soñando el sueño de un monstruo,
¿eres el jardín o el jardinero?
¿la montaña o el alpinista?
¿el cielo
o el piloto del avión?
Tú que te crees tú
recibe esto de ti: un empujón
y se cierra la puerta.
Estás en la casa de los espejos
oscuridad
preguntas por alguien
y su nombre rebota cambiando según
el reflejo deforme de cada espejo
y ya son tantos los nombres en el aire
que el oxígeno es escaso
parece una pesadilla
miras tu mano
descubres que no te pertenece
piensas: esta mano no es mi mano
es la mano de otro
y en realidad
no eres tú el que piensa
este pensamiento,
entonces corres
por la casa de los espejos
vas siendo todas las formas y cada vez
más deforme hasta que no eres
nada
y de pronto despiertas.
Está tu gato siamés
lamiéndote la cara.
Lo ahuyentas
pero se resiste,
te mira a los ojos
con su voz grave
te dice:
tú que te crees tú
no hagas de mí
que me crea yo.


Felipe Sáez Riquelme (1986). Poeta, artista de performance, escritor. Aborda la literatura desde una perspectiva interdisciplinar. Junto a la escritura su obra literaria es de carácter sonora y performática. Su performance Himnosis (2017) formó parte de la Bienal de Performance BP.17 (Buenos Aires) . En 2019 fue parte de la residencia literaria on-line „entreLíneas.Mistral“ organizada por el Goethe Institut. En 2020 participó con sus obras en el Festival Internacional de Arte Sonoro Tsonami y fue invitado a Latinale, Festival itinerante de poesía latinoamericana en Berlín. Web: lostamboresdifieren.xalpen.
por suerte todavia se encuentran estas cosas en la internet. gracia spor compartirlo Felipe