FREDY TATO MEJÍA – DESDE UN EXTRAÑO Y PROFUNDO LUGAR, TE ESCRIBO
Fredy Tato Mejía. Santa Tecla, el Salvador (1997). Actualmente radica en Nápoles. Organizador de los ciclos de poesía en Sonsonate «La Función poética”. Miembro del Circulo Literario ” TecoloT” y del Colectivo literario “Zenzontle”. Textos de su autoría aparecen en antologías artesanales en El Salvador y en la revista de literatura “El Pez Soluble” de Costa Rica. Tiene publicado el libro “√441” , por Vocalibus editorial, México 2019. Esclaramonde (Sión Editorial, Quetzaltenango, 2020); El pez soluble (San Salvador, 2021); Sobre el entusiasmo y otros poemas (Incendio plaquettes, Quetzaltenango, 2021) y Piélago: El rostro que busca la costa (El Pez Soluble Ediciones, San Salvador, 2022).
DESDE UN EXTRAÑO Y PROFUNDO LUGAR, TE ESCRIBO
La visita
(Capítulo de novela)
Llamo a la puerta.
-Quién es, pregunto.
-Yo, contesto.
-Adelante, digo.
Yo entro.
Me veo al que fui hace tiempo.
Me espera el que soy ahora.
No sé cuál de los dos está más viejo
-Jorge Enrique Adoum
1.
Desde un extraño y profundo lugar, te escribo:
Nos separa un bordado de gritos y patadas,
recuerdo tu hogar con madrugadas cereales,
un vergel donde las hormigas suben y bajan
con las migajas dulces del viento.
Aquí los continentes son interminables,
témpanos de ira flotando en los ojos.
Desde que mi voz se volvió pedregosa
las palabras son arrojadas a los niños
las oraciones dejaron de iluminar la casa.
Hace años las mariposas no visitan el jardín,
entre la mudanza de los pájaros
permanecen perdidos los juguetes
desvanecidos en la pulpa de los aguaceros.
Desde la orilla de la existencia te escribo:
tengo 25 años y vivo en el mismo país de tus sueños,
maldito con la herencia de las palabras,
atorado en el fangoso síntoma del futuro.
2.
para Ámbar
No quisiera explicarte nada sobre la muerte
hay días de galletas y otros de gente matándome
hay sangre como una asalto de golondrinas escarlatas.
No quiero mostrarte los ojos ciegos del gentío
un maremoto inerte de gente que no acaba nunca de inundarte
No tienen razón
tienen manos y bocas
y latas de clavos
con ideas atrofiadas del universo
Hay paredes con anuncios donde la gente es feliz
y calles donde rompen océanos históricos.
Estos días anhelo que las voces del mundo
sean extraños oráculos de otros reinos,
un mundo raro de niños que luchan por la paz,
que en los amargos anaqueles del hambre
abriguemos la violencia del insomnio.
No quisiera hablarte sobre el destino.
3.
He amado mujeres y me han amado:
Toda la ternura recogida entre los brazos de un durazno,
la rabia penitente que sobre las generaciones durmió,
unos labios amargos donde descubrí los viñedos del olvido.
Palabras y palabras que fueron cinceladas, sobre el corazón:
jugar con la misma sangre de dedo a dedo, de labio a tímpano.
Me ha amado un ser solitario,
una invasión de versiones de una misma persona
Un mismo hueco al revés
y por donde todo el amor se destiñe como una nube.
He entrado a esos chubascos donde las aves buscan refugio
y sido el refugiado como un capellán entre las montañas del placer,
he apagado incendios, ordeñado fantasmas y oficiado misas negras.
El calor con el que conjugamos los días bota del bien al mal.
Uno resulta ser un fotograma en la parodia más íntima del amor.
4.
Hay algo oscuro en las mazmorras del aburrimiento,
una habitación cerrada al ojo amigo,
donde convivimos con las bestias.
Uno pretende domar las fieras oscuras
durmientes en los sótanos de la alegría.
Fui soberano de la risa,
pero una mudez de calvario
forjó las palabras prohibidas
que merodean las noches.
Llevo flores y bombones a los pórticos de la desidia,
canciones que te enseñaron en la infancia.
Ofrendo el sueño penitente para marchitar el llanto,
y la sed de las fieras.
Estas habitaciones oscuras
estuvieron vacías,
una vez ni siquiera existieron.
5.
Quise matar a dios con mi tristeza,
no creí y quise dejar de amar,
botar al sumidero toda esperanza
Al principio mentí,
dije que todo lo hermoso tiene sus gangrenas,
me tomé todos los vicios en serio
y lloré por cosas triviales.
Con luz que quedó del estallido,
creé mi nueva religión
Una marejada de contradicciones hermosas
que nunca llegaron al paraíso.
Quise creer que las personas eran dios,
pero las personas también me lastimaron.
Que dios yace en su ausencia,
en la libertad de ser uno solo y con los demás
Pero la espantosa distancia entre los fluidos,
me llevó a los desiertos de la pena.
Bajé por los caudales de la masturbación
a buscar un cristo absurdo
Al final creí que lo divino existe,
dentro de este templo en ruinas
Pero cuando vi la luz
en el reflejo de las vanidades,
todos rieron.
Todo lo divino era una estopa de malos entendidos con la belleza,
una rumia precavida de los manjares del deseo.
6.
Dejé una sílaba enterrada en el terreno baldío de la infancia
tú sabes el lugar exacto, donde una vez existió nuestra fe.
Era la tarde en la que los pájaros volaron desnudos
y con tus pares se metían en problemas de guirnaldas.
Ese grumo fractal en los ojos marrones de tu padre
aún debe estar soterrado,
esperando el día de la clemencia.
No sé cómo tuve el descaro de olvidarme,
de abandonar ese gajo de ternura
en la costilla árida de la memoria.
Con cada invierno se vuelve más difuso
el momento en que lo guardé.
Bajo esta lluvia quisiera que me arrojaras una palabra
/ como una piedra de hojaldre sobre la ciénaga de los días,
Para recordar la latitud obsoleta
donde perdí el último juguete de la memoria.
Bajar al gabinete donde aún florecen las canciones
y tener el valor de cantar.
7.
Hemos deshabitado todos los rincones,
todas las sombras y familias que conocimos
han huido junto a mí
y esas paredes donde pintas los bordes del sueño
ya son otros umbrales para otro rebaño en fuga.
De las montañas a los pantanos de la violencia
y entre los matorrales del vicio, hemos andado.
El éxodo del mundo entero camina sin piedad
a través de mis heridas.
Un eco de cada lugar y la silueta de toda desgracia
acecha en todos los que habitan mi memoria.
Allá, contigo ya está enquistada cada palabra,
todos los bosques que ahora son ceniza
ya germinan en las parcelas de tus juegos.
Aquí, conmigo empieza la estela de otra llaga.
8.
Recuerdas las palabras de los adultos,
que manejaron esferas apáticas
y te condenaron a las enredaderas de los traumas.
Quisieron calcar sus manos en tu alma
y matricular un sendero muerto
donde acudir al terror.
Pero tú tenías las manos limpias
y los ojos como mares en calma,
donde las ballenas aún cantaban.
Había naves espaciales y dinosaurios
antes de las escamas de la culpa
con las que te traicionaron lo padres.
Las batallas nocturnas de la llamada a larga distancia
lograron calar en el sueño
y son un alud de barajas perdedoras,
la perpetua obsesión de arrancar las flores.
Hubiéramos huido ese día
que te presentaron a la desgracia
y nos bautizaron en la edad del pecado.
9.
Cuando llegues a la espuma del mar
no podrás recordar las palabras que ahora te ilusionan,
buscarás la luz y el son de los cascabeles del tiempo.
Cuando zarpen las golosinas de la inocencia
y las madrugadas drenen los momentos de superhéroes y dragones.
Cuando empiece a gotear en la catedral de los santos.
Cuando entiendas por qué después de los estallidos
se escondían con tu madre bajo las mochetas
y porqué tu prima lloraba en los buses
después de hablar con hombres extraños.
Cuando se amarguen las caricaturas detrás de la pantalla
y solo haya quedado un basural de objetos queridos.
Después de la fiebre abandonada en las ferias
y cuando los muertos pueblen una ciudad cada vez más oscura.
Después de perderte en los mercados del vicio
y abrazar unas piernas esmeriladas
por el llanto de tus otros amigos.
Después del baile de las calamidades,
habitarás la arboleda de la angustia
donde entre el pan y la memoria
serás la malahierba brotada
entre los rosales del futuro.