Harvey Townshend – «los cantineros barren restos de historias»

Harvey Townshend (Albert Lea, Minnesota, 1971) aprende, con apenas cinco años, a tocar de oído Red River Valley en una flauta Honner de madera de cedro. Este hecho, junto con el de no ser capaz de mantenerse erguido sobre unos patines, marca el devenir de buena parte de su infancia y adolescencia. Superada la educación secundaria, marcha a Boston y consigue una licenciatura en Literatura Inglesa por la Universidad de Massachusetts, tras la que pasa de puntillas por diversos trabajos de dudosa proyección, hasta verse envuelto en un escabroso suceso que no viene al caso. Hastiado de caminar sin dejar huella, decide regresar a su pueblo natal para establecerse de manera definitiva en la casa que perteneció a sus abuelos, no sin antes despedirse de la realidad underground, junto con Dean Moriarty, en un viaje de costa a costa del país, atravesando la práctica totalidad de estados norteamericanos. Es en el trascurso del mismo donde se inicia en el mundo de los viajes astrales.
Su carrera literaria, totalmente inédita, comienza a tomar forma precisamente en uno de esos desplazamientos incorpóreos, tras conocer a Javier Tortosa (España), persona afín a Harvey en devociones e inquietudes. Después de varios encuentros astrales, en los que terminan forjando una entrañable y confidente amistad, ambos reconocen sus limitaciones como literatos de manera individual y sellan un acuerdo tácito por medio del cual Harvey trasladará sus ideas y experiencias a la tinta y al papel de su alter ego en el otro lado del charco. Trazos en falso (2017, Boria Ediciones) y el presente Here’s looking at you son el resultado del citado acuerdo hasta la fecha.
el veneno que caía gota a gota
los planes deberían cumplirse
siempre
si son buenos
si son ocurrentes
si no hay motivo para lo contrario
los planes deberían cumplirse siempre
el mío también
el mío era reírnos
¿qué te parece?
como dos locos
como niños
como si nunca
hubiésemos perdido la maldita inocencia
reírnos
de la situación
de nosotros
de la puta vida
reírnos
del suelo encerado
del ambiente aséptico
de las noticias de aguja
del miedo a despertar mañana
los planes deberían cumplirse
si no hay motivo para lo contrario
¿piensas lo mismo?
el mío era perfecto
pero en un segundo
se tornó en espinas
la evidencia giró sobre sus pasos
nos quebró la cadera
y cejó en el empeño
de mostrarse reversible
¿lo recuerdas?
contuvimos la respiración
tragamos saliva
aquella mañana
yo sólo pretendía permanecer callado
aguardando sombras
afuera
las cuevas húmedas ofrecen cobijo
a los desheredados
los cantineros barren restos de historias
el diablo recorre las calles
y la muerte ronda los hospitales
todo en orden
tal como dijo el viejo Hank
el mundo gira sobre un eje podrido
aquí dentro
tampoco repican campanas
la oscuridad ilumina la casa
suenan relojes
el miedo
cubre las paredes
abre las cerraduras
el miedo
sabe cómo joderte
sabe hacer bien su maldito trabajo
se mete en la cama
como una serpiente
como un iceberg
es una madeja
es una soga en tu cuello
es un ataúd
sabe cómo atraparte
sabe hacer bien su maldito trabajo
el miedo es un grito en mitad de la noche