Jennifer Rojas González Columpiamos nuestras sombras
La Llorona y otras Ameonnas
Una ninfa revolotea
en el cruce de caminos
sobre una piel analfabeta.
Al atravesar la costa
el dique se hace trizas de aguacero
para que Yōkai separe su lengua
de la mano del mundo.
El horizonte entre aldeas
cultiva pasos de lluvia
en la nube del cosmos
…
La Llorona y su furia
culpan al Monte Wushan,
por parir a la diosa…
que salva niños ahogados…
en los bordes de esta avenida
donde se acunan risas en pena.
Distorsión de reflejo
“Cuando el tiempo se contrae,
los espacios dilatan sus umbrales
y pierden a las sombras”
Yamamba arrulla serpientes
en paralelo
para descontar cabezas
en el monte Ashigara.
Ella una vez parió un hijo
que nunca necesitó peinarse.
Dicen que cuando un viajero
busca al oeste en los divanes,
la brújula le pregunta al camino
por zapatos y sombreros de otro bosque…
la ruta pone cara de desierto sin fotografía.
El vagón de las montañas
mece la leyenda,
el jinete se oculta de su madre
y llora… por ser el niño
que no supo coserse ojos
ni cepillar al vacío.
Su hacha flota en la costilla del manicomio,
va derecha al centro,
trenzando espejos de memoria,
sobre la costura de una página
donde se miran todos los cráneos,
pero ninguno reconoce la tinta de su culpa.
Las sirenas me habitan
El sol no cobija a Asradi,
seca sus escamas
para darle agua
al río sin sed.
En Yggdrasil
las pupilas de los hombres
diluyen a las sirenas…
y la luna les trenza los cabellos
en medio del iceberg.
La ruta del cielo,
con disfraz de día…
o de noche,
esparce la misma cantidad de sangre
sobre el rostro…
marinado con hueso y búsqueda
entre los iris del puño.
Siluetas desdobladas
“Te sientes más estadística que persona
la cifra que se cuenta
y el dolor que no se mide”
Jazmín García
No soy la mujer
que parió sobre la mesa
con las piernas cerradas,
los ojos abiertos,
los senos perfilados.
Mi útero no devoró la manzana
sobre las ventanas del cielo,
se hizo piel en el latido de una madre
que es nuestra,
mía y de todas.
Mi llanto fue naufragio en el desierto
al volverse sed
entre los gritos de este muro…
añejo de silencios
que buscan rugir para tener rostro.
Soy la pared que reclama los nombres
de lunas con faces sin completar
…
Todo por culpa de la máquina de cenizas
que obliga al mundo a persignarse
cuando la sombra de Hécate…
ilumina la tela de la memoria…
Como quien ya no recuerda si existe un Dios
o si tardará mucho
en devolvernos los pasos…
que arrancaron el bautizo
para mutilar los trenes de nuestra garganta.
Seamos invierno
“Seamos la fiebre de cenarnos los versos
en un impulso por devorarnos todos los disfraces
y soltarnos amantes al orgasmo”
Columpiamos nuestras sombras
sobre la derrota de mi cama.
El peso de mi desnudez
eriza la tesitura del aire que no respiras.
Se dilata la represa
sobre las sábanas de todas las habitaciones
donde gravita el deseo de entrelazarnos los vértices.
Trenzamos este movimiento
que es cabalgar
en el misterio del 6
que también es 9.
Rugimos para fusionarnos sin decoro
Mientras palpitan los números
que le inventamos al sexo.
Somos quienes transitan en el infinito…
Reescribimos la piel
cuando el pecado y el gozo
se hacen página inaugural
en el cuerpo de dos amantes
que se descifran sin nombrarse.
Jennifer Rojas González es una escritora y poeta en formación, oriunda de Palmares, Costa Rica. Nació el 07 de mayo de 1997. Es egresada de Bachillerato Internacional. Actualmente cursa la carrera Bachillerato en la Enseñanza del Castellano y la Literatura en la Universidad de Costa Rica (UCR). En 2015 obtuvo el tercer premio del Concurso Intercolegial de Escritura organizado por la Universidad Latina y la Academia Centroamérica.
Es cofundadora del Taller Literario Círculo Inguz, un proyecto dirigido a estudiantes de la UCR, Sede Occidente (2019).
Ha sido publicada en varias ocasiones: revista Las Brujas de la Comuna Maga (Costa Rica, 2018), revista Comelibros (Costa Rica, 2019), antología Mujeres Poetas en el País de las Nubes, XXVI Encuentro Internacional (Oaxaca, México, 2019), antología Coordenadas de voces femeninas XI (México, 2020), antología digital Nueva Poesía Costarricense (Costa Rica, 2020), Revista Kametsa (Perú, 2021), Santa Rabia Magazine (Perú, 2021) y Los Gritos de Medea: Violencia de Género en la Poesía Feminista Costarricense (Costa Rica, 2021).
En 2020 ganó el Concurso de Poesía “Con una palabra puedo alcanzarte” organizado por la Universidad de Costa Rica. Además, es miembro de la Unión Hispanomundial de Escritores en Costa Rica, donde cofundó los eventos literarios: “Brindis poético sin fronteras” (2020), “De palabras y otros senderos” (2021) y “Alas en verso” Recital poético en conmemoración al natalicio del poeta Jorge Debravo (2021).