JORGE ARMANDO ESCOBEDO PÉREZ – RELOJ DE ARENA

Mañana

Me levantaré temprano

y haré la cama de mis desvelos.

Barreré de mi cuarto todas las inconformidades,

sacudiré el polvo de los propósitos y de las promesas,

limpiaré el pasado de las ventanas para poder ver el porvenir

y lavaré el cansancio de la ropa y los malos hábitos de la vajilla.

Acomodaré los libros por leer,

los lugares por visitar, las cosas por aprender.

Me alejaré del sillón de las costumbres

y de la pantalla donde sólo aparece la serie de mis recuerdos.

Todo eso y más haré mañana…

si sólo consigo levantarme temprano,

si sólo consigo dormirme de una buena vez.

Oasis

Después de la tormenta queda

un trozo de cielo en la calle,

reflejo de altos edificios,

de tacones apresurados,

de aviones que olvidan el suelo,

de llantas que avanzan despacio.

Oasis perdido en la grava,

¿cuánto puedes durar ahí?

si el perro ya quiere beberte

si la nube aspira tu hondura,

si la tierra absorbe tus bordes,

si cada paso te fragmenta.

Reloj de arena

Fluye el río descendente de arena inagotable en la prisión de cristal

se escapa entre los dedos de la memoria   segundo a segundo

Cada gota arenisca es un rostro un lugar una palabra

consumida por el viento   quizá se repita

pero no sonará igual

Cada vibración

es única

un

solo

instante

irrepetible

en las olas del desierto

Se intentará capturar las palabras

recrear los lugares   revivir los rostros

hacer girar el reloj con la mano vacía de recuerdos

pero cuando el ciclo se renueve no será para nosotros que

fluya el río descendente de arena inagotable en la prisión de cristal