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AÑO 4 - 2023

JOSÉ LUIS MORANTE – EQUIPO TITULAR (ANTOLOGÍA POÉTICA)

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HETERÓNOMOS

 

Dentro de mí conviven, abocados

a una inmensa rutina sedentaria,

el yo que pienso y otro, el que parezco.

Un pacto, que firmaran con los ojos,

les conmina

a respirarse en cierta tolerancia,

y ambos han sido absueltos

de mencionar, siquiera,

cuál fue la última causa

que les diera la vida.

 

Cada uno tiene ya su enclave exacto:

el yo que pienso

habita, día y noche,

la intimidad de estas cuatro paredes.

Es semejante a un niño que olvidara crecer,

y por lo mismo

nada en el mar de una sabia ignorancia.

(“Acaso sea el invierno…

es razón suficiente para explicar el cosmos “)

Y balbucea. Ríe.

Se pierde en los espejos. Gesticula.

Colecciona recuerdos como si fueran conchas

que ha enterrado el olvido.

 

A veces llora y viste el jersey gris

de la melancolía;

entonces toma un folio,

donde  inicia el galope un sentimiento

y se hace reo de pertinaz tristeza,

hasta que traspapela la mirada

y descubre, cansado,

que afuera cae la lluvia

y mojan su perfil

unas livianas gotas de mi nube.

 

El que parezco

está en la calle de continuo.

Todos le conocéis

pues con todos comparte ese pan y esta sal

que, bajo el brazo, trae la vida;

las cotidianas dosis

de angustia existencial, trabajo y ruido.

Con él tropiezo,

una tarde cualquiera,

al doblar una esquina,

y tras justificarme torpemente

(“hallé la puerta abierta

y me aburría…”)

me despido gozoso y luego marcho

-el paso lento, sepultadas las manos

en los amplios bolsillos del vaquero-

a ver, sin más, el mundo por mis ojos.

 

 (Rotonda con estatuas, 1990)

 

EL ARTE DE VIVIR LOS LUNES

 

El arte de vivir los lunes

requiere cierta práctica y algo de teoría,

saber de estratagemas y confabulaciones

y adjetivar la prosa cotidiana

con una terca voluntad de estilo.

Incontables acechan

los peligros desde el primer café,

crecen cuando un olor

anuncia escuetamente la leche derramada,

se reproducen con duración de días laborables

y en guardia se mantienen,

tal seguros precintos,

entre los pasajeros del tren crepuscular

que nos devuelve a casa,

al reclamo del lecho hospitalario.

El arte de vivir los lunes

sobrevive y se esconde

en vacuas reflexiones como ésta:

nada es eterno, salvo un lunes.

 

(Población activa, 1994)

 

MÁSCARA

 

Reposa en el sillón, inoperante,

mi trasnochada máscara de oficio.

Por su silencio asciende

la falsedad creíble,

el material que integra

lágrimas y sonrisas,

el que elude por miedo,

el que pone la brida en el galope,

el que nos colma el vaso

de sanas intenciones

y cordiales deseos,

el que deja razones suficientes

para justificar la amanecida.

 

Su logrado artificio

oculta las estrías.

Se hizo con materiales resistentes.

Con ella se completa mi disfraz.

 

(La noche en blanco, 2005)

 

NUEVA YORK

 

A la luz del invierno,

una estación de paso en el trasiego

de viajes y distancias.

Voces, bocinas,

y el lento caminar

con los sentidos llenos

de palabras babélicas.

 

Por un momento somos

esos desconocidos

que doblan las esquinas;

los ojos transeúntes que contemplan

un vértigo de frágil geometría

temblando en el cristal.

Complacido el recuerdo

traza breves apuntes

donde la imagen guarda

su mínima porción de eternidad,

la voluntad de sueño

que debe consumir, voraz, urgente .

El agua se hace puente en la bahía;

las gaviotas repiten vuelos bajos.

Errática nostalgia en Central Park.

 

Tregua de frío.

Tu mano entre las mías,

necesaria raíz, fuente nutricia.

Acaba en ti la plácida deriva.

Después de tanto andar

nunca sé lo que busco.

 

(Ninguna parte, 2013)

 

EL PICAPORTE

 

Casi nonagenario,

-después de quince años de ceguera-

la evocación a tientas del pasado

equivale en mi padre

a resistencia.

 

Colecciona el presente

amargas muecas,

una cronología derruida

de terapias y síntomas

que ignora el leve tacto, flor del almendro.

 

Mi sedentaria angustia

a cuerpo limpio

no deja de pensar en cómo observa

aquello que no ve.

Con sonrisa serena

clarifica detalles

que debieron ser ciertos

y yo escucho sonámbulo;

lo que narra sucede

más allá de mis muros.

Todo pasó; no importa

si es materia verbal

o la estricta verdad le contradice.

 

La forzada negrura

posiciona en un mapa

imágenes ilesas.

Con luz antigua emerge

ese tacto efectivo

que gira el pasaporte

para abrir desde dentro

la puerta infranqueable.

 

(Ninguna parte, 2013)

 

E-MAIL A DUBLÍN

 

Sin ti las dos agujas

se deslizan discretas,

igual que ese noctámbulo que busca

un reposo tardío

en la parada fuera de servicio.

 

Abre la claridad

y pongo agua caliente

en el insomnio.

Converso con mis libros;

la casa es la costumbre del silencio

y el pulso del teclado.

 

Cierro el ordenador

al final de la tarde

y en los telediarios

titulares en fila

semejan prisioneros

de un pesimismo atroz.

y admonitorio.

 

Un mundo en sombra

bulle y rumorea.

Gente fuera de encuadre

al borde del camino.

Todos estamos

bajo la tormenta.

 

Más tu recuerdo ejerce

efectos disuasorios.

El orden subvertido

no me afecta;

soy un tipo con suerte,

con una razón única

para seguir en pie.

Los dogmas se evaporan

en el afuera incierto

pero fui previsor

y el patrimonio

se mantiene intacto.

 

Nadie enciende la lámpara

porque en casa una luz

alumbra firme.

Vivo solo. Contigo.

 

(Ninguna parte, 2013)

 

HOMBRES COMUNES

Los que escriben autobiografías ajenas.

Los ambiguos y estoicos.

Los que inventan idiomas para callar a tiempo.

Los generosos en el error.

Los que incuban en el microondas

amanitas phalloides.

Los equilibristas.

Los que dicen palabras que pesan como piedras.

Los que guardan su yo

como santa reliquia

y se convocan como certezas únicas .

Los que dibujan contornos a charcos de cristal

en cuyo fondo limpio salta un haiku.

Los que, rotundos, se oponen por principio

y caminan en dirección contraria.

Los que corren tras el sombrero de la vejez.

Los ausentes

y  los que habitan fugaces y en voz baja

una conversación de sobremesa.

Los otros.

Los demás.

Hombres comunes de una desbandada

que dispersa el tiempo.

Lacónicas monedas de metal

que el aire cuenta

en el cielo cansado del domingo.

 

(inédito)

 

GRIPE

  

Un mal paso de gripe escamotea

la nube de optimismo

con una congestión desaforada

que inunda mi nariz.

De paso, comparecen

la otitis de rigor,

que envuelve las palabras

con sonidos difusos,

y una tos ronca y gutural,

como una queja sísmica.

 

Neurótico paciente, esta mañana

el mercurio del yo marca calor y frío

al mismo tiempo.

Tengo el humor sombrío de un cobaya.

 

(Inédito)

 

DEFENSA DE UN PAISAJE

 

Las formas y las luces de los atardeceres,

el silencio y las calles que velan lo escondido,

las esquinas proclives al paso solitario,

el sueño que esgrimimos como razón de ser

­­(Los sueños que moldean cambiantes espejismos),

la humedad de las manos, la decepción anónima,

la rosa que lacera

y la gota de sangre,

la inercia de mirar el vuelo de los pájaros,

aquello que perdura cuando cierro los ojos,

los hechos transmutados en memoria,

las manos que no piden nada a cambio.

la casa, el pan y el verso que me busca.

 

El pacto de vivir.

El párrafo en cursiva

sobre un tiempo que no es más que tiempo.

 

ESPAÑA

 

         De haber nacido, haber

         nacido donde estoy:

        en la España sombría

        y heroica de hoy

                    BLAS DE OTERO

 

En su largo trascurso reconozco

grava suelta y arena,

el andar negligente

de un viajero cansado.

España ya no existe como tema poético,

es  solo un sustantivo que dormita

en el viejo jergón

de un poeta social.

 

Quien se acerca al motivo desempolva

limos y arqueología,

el perfil cartográfico

de semántica triste

que rechazos y odios

confunden con espíritus tribales.

Su oratoria proclama

secesión y ruptura,

hierro firme

que punza voluntades.

 

Yo, sin embargo, encuentro

en las tres sílabas

esa tierra común

donde creció la culpa y la vergüenza,

pero también la luz

que desvela un principio,

una conciencia mítica,

unos itinerarios de regreso,

un bar abierto en el amanecer.

 

España es el ahora:

sombrío espacio y crisis;

la angustia de la grada y el aplauso

a un equipo de fútbol

de palmarés creciente y talla media;

una bandera, un himno y un idioma

para afirmar que sí,

que oculto en el poema sobrevive

un término gastado por el uso;

que a mí me duele España.

 

(Inédito)

BIOGRAFÍA

Profesor de C. Sociales. Su labor poética integra doce libros, desde  Rotonda con estatuas (1990) hasta A punto de ver (2018), con reconocimientos como el Premio Luis Cernuda, el Internacional de Poesía San Juan de la Cruz, o el Premio Hermanos Argensola. Una amplia selección poética se recoge en las antologías Mapa de ruta (2010), Pulsaciones (2017) y Ahora que es tarde (2020). Entre sus entregas en prosa están el diario Reencuentros, el libro de entrevistas Palabras adentro y Protagonistas y secundarios, selección de artículos y reseñas. Ha preparado las ediciones Arquitecturas de la memoria, de Joan Margarit, Ropa de calle, de Luis García Montero, e Hilo de oro, de Eloy Sánchez Rosillo; también prologó libros de Luis Felipe Comendador, Herme  G. Donis, Javier Sánchez Menéndez y Karmelo C. Iribarren. Ha publicado los volúmenes de aforismos Mejores días (2009) Motivos personales (2015), Planos cortos (2021) y la antología de aforismos Migas de voz (2021); también la edición de Aforismos e ideas líricas (2018) de Juan Ramón Jiménez. En 2016 puso voz a la primera generación poética española del siglo XXI en la antología Re-generación. Colabora como crítico en la revistas Turia y Elaforista.es y en el suplemento digital del periódico Infolibre.es

Desde diciembre de 2010, es responsable del blog literario Puentes de papel, cuyo enlace es  http://puentesdepapel56.blogspot.com

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