JULIO SAN MARTÍN ÓRDENES – GAVIOTAS EN CONCEPCIÓN
Tirano opresor
Ayer, un sujeto trabajaba sin tregua, amigo
no debía perder más el tiempo de diamantes
solo el trabajo hizo ricos a unos pocos, no a los pobres.
Con un cincel del hierro de cadenas, con sus miedos
la frase “sí, se puede”, se grabó en su epitafio.
Se esculpió como Apolo deslumbrante, su disfraz
su rostro sonreía a través de un ventanal panóptico
un modelo musculado en belleza y deseos frustrados.
¡La imagen es todo!, eso dicen, y se vende, amigo
como el sucedáneo del jugo de limón o la sucralosa.
En estos tiempos de emprendedores exitosos
no faltaron nunca los números más excitantes
le gritaban―: ¡vamos, vamos!, eres el mejor
y todo el mundo le debía una vela a tal santo.
Tenía la agenda tan ocupada de datos, amigo
se olvidó de recibir el sol y mirar las nubes en el cielo.
Al quebrarse la escultura y su sonrisa frente a un espejo
vio el hombre sin sentido a su tirano opresor.
[“Entre el rayo y el fuego”, San Fernando Literario (2018)]
Gaviotas en Concepción
Esa tarde mis pensamientos
se concentraron en el cielo y miré
aquellas alas de blanco y negro trepidante.
¿Qué buscan en círculos innumerables?
es un motivo oculto ante mis ojos.
El ruido atosigante del constructo humano
y el zumbido de múltiples bocas
no competían con sus varios vuelos
sobre el cemento de Concepción.
Eran gaviotas cómplices de gorriones
acompañadas de palomas osadas
en la azul gris bóveda penquista.
Gaviotas en desbordante dicha
exudan libertad de ser por solo ser
y sin esperar el momento apropiado
me enseñaron mi anhelo escondido…
Ellas, sin palabras, gritan su mensaje:
−¡Abandona la prisión de los miedos,
desempolva tus alas del olvido,
en este sueño nebuloso, fluye libre!
¡Volar, volar, quisiera volar!
es mi deseo más acallado
es sueño incrustado en mi cofre.
Volar, volar para sobrepasar mis amarguras,
a través de las corrientes, vislumbrar más alto.
Quisiera ser gaviota de los vientos…
[De “Con Alas de Olvido”, antología, Ediciones Biblioteca Municipal Volodia Teitelboim (2017)]
Dulce momento
Los castillos bailaban sobre el viento
la sonrisa del alma fue distante,
malgasté anteayer algún diamante
aguardando un antiguo juramento.
Un suspiro de sol nace en el sueño
de este reo en recuerdos y en la espera
los fantasmas oscuros son de cera,
un ocaso amanece y soy su dueño.
Juguetean las nubes en la tela,
un portal para verte ya está abierto,
un segundo inspirado es mi alimento.
Y mi esencia en el aire se revela,
añañucas germinan del desierto
y me fundo en el más dulce momento.
[De “Con Alas de Olvido”, antología, Ediciones Biblioteca Municipal Volodia Teitelboim (2017)]
Water and fire
The body is water of drowning desire,
still in preamble of a living birdcage,
in tears and more kisses of epiphany.
Body is burning fire of memories
of entire nights of non-rest between your hands,
we were the pyre of shames in the loving act.
Water and fire coexist inside me.
My flesh this time boils defenseless without you.
[“Contemporary poetry”, vol. 4, antología, (2017)]
Un cántico de éxtasis
Ilusiones minúsculas tapizan el lecho amoroso
la sequía abrasa pieles sedientas de los cuerpos
corre un río festivo, antes perturbado en su demanda.
El tiempo escasea en momentos sujetos a los yugos
por el instinto en los contactos y humores añorados.
La infinitud reconoce su pesquisa lánguida
desde la caricia sutil a una semblante contigua
hasta los mordiscos perjuros a relieves erguidos.
Las uñas rasgan la greda enrojecida, una y otra vez
las pupilas extienden su negro en el umbral sin retorno
los dedos tocan el azul del cielo como agua clara.
Los labios escuchan los latidos atormentados,
¡es la música con su reclamo de libertad!
Mientras las abejas gozan los cardenales.
Tras la agitación en la meseta temblorosa
los ojos cerrados ven la muerte, sin negarla
se acaban las fronteras para credos y conflictos
en la dualidad del tú y del yo, de hombre o mujer
se instala la poderosa eternidad como un tutor
sobre las palabras, por fin, silenciadas.
[“Entre el rayo y el fuego”, San Fernando Literario (2018)]
Julio San Martín Órdenes (1977) nació en Chimbarongo, ciudad artesanal de Chile. De profesión es Médico
Veterinario de la Universidad de Concepción, Magíster en Ciencias con mención en Recursos Naturales
(Universidad de Los Lagos) Sus poemas han aparecido en algunas compilaciones, entre ellas, “Anti-terror y
paz” (IFLAC; A. Aharoni y otros, 2016), “Hemisferios / Alianzas de la táctica a la práctica” (U. de
Guadalajara & U. Austral de Chile 2017), “Contemporary poetry (Volume 4)” (P. Chaswal & D. Chaswal,
2017), “Con alas de olvido” (Lionel Henríquez & Biblioteca Municipal Volodia Teitelboim, 2017) y en
“Ciencia en décimas para Violeta” (Recrea Libros, 2018) Este último trabajo fue resultante de la
convocatoria “Pájara Voladora, Violeta Investigadora”, dirigida a científicos, y de la cual fue finalista.
Publicó su primer trabajo “Entre el rayo y el fuego” como parte de un proyecto del Centro de Extensión
Cultural LibreArte de San Fernando, financiado a través del Fondo Nacional de Desarrollo Regional
(F.N.D.R.) de la Región de O’Higgins (2018) También, obtuvo una mención honrosa por su participación
en el slam de Poesía: Agua, biodiversidad y pueblos originarios (2020)
Participó en la edición del poemario “Territorio del Tiempo” de la poeta chimbaronguina Olga Aguilera
(2019) y de los libros de relatos “El hombre que comía espinas y otros relatos excéntricos” de la cuentera
Loreley (Sebastiana Editorial 2018; 2019) y “Cuentos de ñuble para Ñuble” (Opalina Cartonera, 2019) del
grupo literario Conversando Con Versos y Cuentos de la Biblioteca Municipal de Chillán, publicación en la
que incluye algunos relatos ecodistópicos de su autoría.