LUCÍA MOSCOSO RIVERA – DOS RUEDAS PERSIGUEN AL OJO
Derzú Uzalá,
Akira Kurosawa, 1975
Uzalá,
animal que habla
saborea el disfraz
y prueba el artificio
la palabra
y el silencio
cazador que arrulla a su presa
animalito de ruido
Uzalá
animalito atento
a un discurso que no entiende
la dictadura de la memoria universal:
ahí estaba el hombre
después de la invasión de los gigantes
y del caos de origen volcánico
que lo dejó abandonado
en esa edad de la tierra
entonces fuego canto y piedra
entonces lanza cueva y leña
entonces dios decir dios
crear un dios fue cubrir el cielo con espejos
y vivir con miedo de la imagen reflejada
y contar la crónica del barro
tallar en piedra los ídolos del amor
naufragar en balsas de nuevos imaginarios
rezar con la voz abierta a las estrellas
trazar líneas invisibles y fundar territorios
creer que algo de todo esto nos pertenece
temer temer temer / pólvora y genocidio
danzar desde el tambor hacia el gramófono
pianos parlantes esquizofrenia
brújula vidrio vapor anestesia
perpetuar la palabra y esclavizar la memoria
ser de dos patas y tener imaginación
Uzalá
hombre agazapado en su animal
en su piel la historia del mundo
conjunto de todo lo que existe
y existe porque se pronuncia
se hizo el mundo en el lenguaje
después vino el caos
el caos y los diccionarios
el caos y las partituras
el caos y los calendarios
el caos y un mal con su propia cura:
la palabra que mata y resucita.
Ladri di biciclette
Vittorio de Sica, 1948
Dos ruedas persiguen al ojo
Un hombre se reconcilia con la sombra
importuna a la mala suerte
y escapa de sí mismo hacia sus otros
su fortuna desciende en desgracia
todo riesgo en la piedra de moler
por demoler una tragedia heredada
si la ternura fuese el epitafio de un grito
si el grito de un niño no mordiera la lengua de la mujer que observa
al pedal robar los pies del hombre que busca salvarse
el arte es delincuente
la historia engaña al ojo condenado
por la palabra mil veces repetida:
robar en un impulso de creación
robar la paciencia del tiempo
robar la calma de un árbol
robar el lunes del calendario
robarle al espejo su infancia
robar la duda y quemarla
robar el calor de una mentira
robar la luz abierta de la noche
robar el no de la conciencia
robar el destino de otros
robar el hambre en una bicicleta
robar palabras para ser absueltos
ante un juez de mil rostros.
Blow in the wind
Bob Dylan
1962
Carta a D. de 1975
Una canción también
es un animal de instinto
que entre silencios galopa
y traza certezas en el aire
respuestas a preguntas de otros siglos
una canción también
es un poema de paso
o la voz emplumada que corta
el ruido común de una vida
en la tumba de una generación
sobre el mundo estancado
en una idea entre balas
y flores se posa la pasión
cuerdas y flores
túneles y flores
pastillas y flores
conciertos y flores
para los siervos de la ternura
refugiados como vos
detrás de un trueno
en el salvaje sonido
de ser ellos mismos
de ser la canción
que flota resignada
porque una canción, Dylan,
también está encadenada al cielo.
…
Puedes hablar con las piedras y los muertos
el muerto es también una piedra de fundación
construimos espejismos verticales
sobre fósiles y tumbas
extendemos la estirpe del fuego
sobre el fango y la fe
en la oreja de todo muerto crece una plantita
de carbón, memoria o ceniza
y el universo vuelve a apostar
por uno de nosotros
puedes hablar con las piedras y los muertos
el amor siempre fue nómada
destruimos amuletos y ofrendas
sobre cuerpos que se sueltan
destruimos la palabra amor con los dientes
y el amor se marcha hacia otras bocas
cargando el gélido peso de su belleza
dejándonos llenos de furia
y de animales imposibles
que apenas mastican aire
puedes hablar con las piedras y los muertos
y puedes perder la vida en la orilla de un río
si tu sombra toca el agua.
La escritura es una prótesis
extensión artificial que me sustituye
cuando la voz se tuerce para adentro
y el cuerpo se convierte en pretexto
pretexto de la sombra
escribo la defensa de las flores
en contra del lugar común que las marchita
escribo para reparar el aire
escribo un comunicado sobre el miedo
En el principio fue el miedo
escribo una carta sobre la enfermedad
firma una autómata del abismo
escribo listas y manuales de instrucción
recetas, contraindicaciones, posologías
escribo en el origen de una gotera
y cada gota es un sonido más agudo
hasta romperse
hasta romperse
has
ta
ro
m
pe
r
se
la escritura, sí,
una prótesis de ausencia.
Templos de retórica y poesía
alrededor de la muerte
nadie nos enseña
a morir
dejar morir
o matar
yo prefiero peinar esta muñeca
que me devolvió la infancia
cuando mis sentidos cayeron
en un charco de sedantes
ya casi no le queda pelo
¿también tiene cáncer?
No existe la muerte de plástico
no existe la muerte si no la nombras
decir es una forma de perder
el miedo lo sabe
lo sabe porque yo lo sé
así empieza la retórica
la muerte es una tregua
entre el quirófano y el jardín
y no importa en qué lado estés
siempre habrá flores.
Tanta palabra manchada, abusada, rota
tanto absurdo, doméstico y rutinario círculo
tanta nostalgia crisálida en la boca
tanto brillo haciéndose maleza
tanta injusticia convertida en pan
tanto bicho en todas las lenguas
tantos nidos de ceniza
tantas muertes perfumadas
tanta palabra golpeada sin sentido
tanto sentido dejarnos para siempre
tanta rabia y tanto ruido
tanto quebrar uno a uno los latidos:
la revolución se funda en el fracaso.
A veces uno huyendo llega
¿dónde se legitima la soledad?
puedo empeñar este dolor
y comprarme una cajita
musical hecha en Taiwán
y darle la vuelta para que suene
una canción con la que siempre soñé
somos niños espantados
ante una guerra casi invisible
somos niños espantados
de las bombas que cavan
nuestros escondites
los huecos en los que reímos
somos niños espantados
del futuro
por eso
lo nombramos tanto.
Lucía Moscoso Rivera (Quito, 1983)
Poeta y editora. Es creadora y productora del disco Fonografías: Registro de la poesía ecuatoriana a través del rock (2013). Publica Dictado de la mano izquierda (Casa de la Cultura, Núcleo del Azuay, 2015). Sus textos aparecen en Harawiq, muestra de la poesía joven boliviana-ecuatoriana (Murcielagario, 2015). Publica Uzalá&El ruido rojo de las flores, libro de poesía y disco con la musicalización de los textos a cargo de Icazas Trío (Kikuyo, 2020). Colabora con letras para la banda de rock La Doble. Dirige la editorial independiente Mecánica Giratoria dedicada a publicar poesía y no ficción en Ecuador. Actualmente reside en Barcelona como Responsable Editorial de Babelio, red social de lectores.