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AÑO 4 - 2023

LUCÍA MOSCOSO RIVERA – DOS RUEDAS PERSIGUEN AL OJO

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Derzú Uzalá,

Akira Kurosawa, 1975

 

Uzalá,

animal que habla

saborea el disfraz

y prueba el artificio

 

la palabra

 

y el silencio

cazador que arrulla a su presa

animalito de ruido

 

Uzalá

animalito atento

a un discurso que no entiende

la dictadura de la memoria universal:

 

ahí estaba el hombre

después de la invasión de los gigantes

y del caos de origen volcánico

que lo dejó abandonado

en esa edad de la tierra

 

entonces fuego canto y piedra

entonces lanza cueva y leña

entonces dios decir dios

crear un dios fue cubrir el cielo con espejos

y vivir con miedo de la imagen reflejada

y contar la crónica del barro

tallar en piedra los ídolos del amor

naufragar en balsas de nuevos imaginarios

rezar con la voz abierta a las estrellas

trazar líneas invisibles y fundar territorios

creer que algo de todo esto nos pertenece

temer temer temer / pólvora y genocidio

danzar desde el tambor hacia el gramófono

pianos parlantes esquizofrenia

brújula vidrio vapor anestesia

perpetuar la palabra y esclavizar la memoria

ser de dos patas y tener imaginación

 

Uzalá

hombre agazapado en su animal

en su piel la historia del mundo

conjunto de todo lo que existe

y existe porque se pronuncia

 

se hizo el mundo en el lenguaje

 

después vino el caos

el caos y los diccionarios

el caos y las partituras

el caos y los calendarios

el caos y un mal con su propia cura:

la palabra que mata y resucita.

 

Ladri di biciclette

Vittorio de Sica, 1948

 

Dos ruedas persiguen al ojo

 

Un hombre se reconcilia con la sombra

importuna a la mala suerte

y escapa de sí mismo hacia sus otros

su fortuna desciende en desgracia

 

todo riesgo en la piedra de moler

por demoler una tragedia heredada

si la ternura fuese el epitafio de un grito

si el grito de un niño no mordiera la lengua de la mujer que observa

al pedal robar los pies del hombre que busca salvarse

 

el arte es delincuente

la historia engaña al ojo condenado

por la palabra mil veces repetida:

 

robar en un impulso de creación

robar la paciencia del tiempo

robar la calma de un árbol

robar el lunes del calendario

robarle al espejo su infancia

robar la duda y quemarla

robar el calor de una mentira

robar la luz abierta de la noche

robar el no de la conciencia

robar el destino de otros

robar el hambre en una bicicleta

robar palabras para ser absueltos

ante un juez de mil rostros.

 

Blow in the wind

Bob Dylan

1962

 

Carta a D. de 1975

 

Una canción también

es un animal de instinto

que entre silencios galopa

y traza certezas en el aire

 

respuestas a preguntas de otros siglos

 

una canción también

es un poema de paso

o la voz emplumada que corta

el ruido común de una vida

 

en la tumba de una generación

sobre el mundo estancado

en una idea entre balas

y flores se posa la pasión

 

cuerdas y flores

 

túneles y flores

 

pastillas y flores

 

conciertos y flores

para los siervos de la ternura

 

refugiados como vos

detrás de un trueno

en el salvaje sonido

de ser ellos mismos

de ser la canción

que flota resignada

 

porque una canción, Dylan,

también está encadenada al cielo.

 

 

Puedes hablar con las piedras y los muertos

 

el muerto es también una piedra de fundación

construimos espejismos verticales

sobre fósiles y tumbas

extendemos la estirpe del fuego

sobre el fango y la fe

en la oreja de todo muerto crece una plantita

de carbón, memoria o ceniza

y el universo vuelve a apostar

por uno de nosotros

 

puedes hablar con las piedras y los muertos

 

el amor siempre fue nómada

destruimos amuletos y ofrendas

sobre cuerpos que se sueltan

destruimos la palabra amor con los dientes

y el amor se marcha hacia otras bocas

cargando el gélido peso de su belleza

dejándonos llenos de furia

y de animales imposibles

que apenas mastican aire

 

puedes hablar con las piedras y los muertos

y puedes perder la vida en la orilla de un río

si tu sombra toca el agua.

 

La escritura es una prótesis

 

extensión artificial que me sustituye

cuando la voz se tuerce para adentro

y el cuerpo se convierte en pretexto

 

pretexto de la sombra

 

escribo la defensa de las flores

en contra del lugar común que las marchita

escribo para reparar el aire

escribo un comunicado sobre el miedo

 

En el principio fue el miedo

 

escribo una carta sobre la enfermedad

firma una autómata del abismo

escribo listas y manuales de instrucción

recetas, contraindicaciones, posologías

escribo en el origen de una gotera

y cada gota es un sonido más agudo

 

hasta romperse

 

hasta romperse

 

has

ta

ro

m

pe

r

se

 

 

la escritura, sí,

una prótesis de ausencia.

 

Templos de retórica y poesía

alrededor de la muerte

 

nadie nos enseña

a morir

dejar morir

o matar

 

yo prefiero peinar esta muñeca

que me devolvió la infancia

cuando mis sentidos cayeron

en un charco de sedantes

ya casi no le queda pelo

¿también tiene cáncer?

No existe la muerte de plástico

no existe la muerte si no la nombras

decir es una forma de perder

el miedo lo sabe

lo sabe porque yo lo sé

así empieza la retórica

 

la muerte es una tregua

entre el quirófano y el jardín

y no importa en qué lado estés

 

siempre habrá flores.

 

Tanta palabra manchada, abusada, rota

tanto absurdo, doméstico y rutinario círculo

tanta nostalgia crisálida en la boca

tanto brillo haciéndose maleza

tanta injusticia convertida en pan

tanto bicho en todas las lenguas

tantos nidos de ceniza

tantas muertes perfumadas

tanta palabra golpeada sin sentido

tanto sentido dejarnos para siempre

tanta rabia y tanto ruido

tanto quebrar uno a uno los latidos:

 

la revolución se funda en el fracaso.

 

A veces uno huyendo llega

¿dónde se legitima la soledad?

 

puedo empeñar este dolor

y comprarme una cajita

musical hecha en Taiwán

y darle la vuelta para que suene

una canción con la que siempre soñé

 

somos niños espantados

ante una guerra casi invisible

somos niños espantados

de las bombas que cavan

nuestros escondites

los huecos en los que reímos

 

somos niños espantados

del futuro

 

por eso

lo nombramos tanto.

 

BIOGRAFÍA

Lucía Moscoso Rivera (Quito, 1983)

Poeta y editora. Es creadora y productora del disco Fonografías: Registro de la poesía ecuatoriana a través del rock (2013). Publica Dictado de la mano izquierda (Casa de la Cultura, Núcleo del Azuay, 2015). Sus textos aparecen en Harawiq, muestra de la poesía joven boliviana-ecuatoriana (Murcielagario, 2015). Publica Uzalá&El ruido rojo de las flores, libro de poesía y disco con la musicalización de los textos a cargo de Icazas Trío (Kikuyo, 2020). Colabora con letras para la banda de rock La Doble. Dirige la editorial independiente Mecánica Giratoria dedicada a publicar poesía y no ficción en Ecuador. Actualmente reside en Barcelona como Responsable Editorial de Babelio, red social de lectores.

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