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AÑO 4 - 2023

LUCIAN BLAGA (1895-1961)

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Manantial de la noche

Bella,
tus ojos son tan negros, que la noche,
cuando pongo la cabeza
en tu regazo,
me parece
que tus ojos, tan hondos, son el manantial
por donde la noche entera corre sobre las vallas,
las montañas y los llanos,
cubriendo la tierra
con un mar de sombra.
Tan negros son tus ojos,
mi luz.

Montaña encantada

Entro en la montaña. Una puerta de piedra
se cierra despacio. Pensamiento, sueño y puente me asaltan.
¡Qué lagos tan morados! ¡Qué tiempo tan alto!
La zorra dorada me ladra en el corazón de los helechos.
Criaturas más santas me lamen las manos: raras,
encantadas, pasan con sus ojos fijos.
Las abejas de la muerte vuelan zumbando
dentro del sueño de los cristales,
así como los años. Como los años.
 

La sombra de Dios

La sombra de Dios es todo lo que ves,
lo que en el espacio cuelga y se despide,
ella es tierra y arenas y onda,
un camino junto a su viajero,
fontana que protege una luna.
La sombra de Dios es más espesa en la luz,
más pesada que otras sombras. Y no se puede escapar.
Y puedes colgarla en forma de trigal y de jardín.
Y puedes beberla en forma de agua.
 

La línea

La línea de mi vida,
entre las tumbas serpenteando,
la hallo e intento comprenderla
abajo —por las flores, en lo alto— por las estrellas.
No en la palma de mi mano
sino en la tuya, Dios,
está escrita la línea de mi vida.
Ella pasa, serpenteando,
por estíos en llama llevando pesados frutos,
por años-domingos, otoños santos.
 

Salmo

Amando —nos estamos convenciendo que somos. Cuando amamos,
por más espesa que sea la noche,
vivimos en la luz del día,
somos en ti, Elohim.
Debajo de las lunas de oro de la tarde
nos ves caminando por los huertos.
Andamos por la gran semana
pensamiento con pensamiento y mano en mano.
¡Ay, cómo queremos glorificarte
para el amor que permites, Elohim!
Pero solamente una herida del silencio
es la palabra que pronunciamos

BIOGRAFÍA

Poeta y dramaturgo, filósofo y ensayista, Lucian Blaga es una de las figuras más importantes de la cultura y literatura rumanas de entre guerras. Su lírica, en sus comienzos expresionista en Poemele luminii (Las poemas de la luz, 1919), cultiva el vitalismo dionisiaco, de esencia nietzscheana, evidente en Paşii profetului (Los pasos del profeta, 1921) y está marcada por una permanente obsesión con la muerte, În marea trecere (En el gran correr, 1924) y, más tarde, por un sentimiento de añoranza (La curţile dorului – En el castillo de la añoranza, 1938). En principio, lo que el poeta intenta recuperar a través del sueño o del misterio (semejante un poco a la manera lírica de Fernando Pessoa), el filósofo lo salva con su regreso a la colina metafísica. El poeta no establece una marca de identidad en cuanto al sueño y lo trascendente. Para él estas dos entidades son parte del mismo horizonte del subconsciente, y las sitúa bajo el poderío único del determinante sofianico, lo que se puede ver con claridad en su libro Lauda somnului (La alabanza del sueño, 1929). Los objetos también son siempre los mismos en su escritura, pero al funcionar en espacios diferentes se intercambian sus cualidades características y transmiten la emoción que suscitan a varios niveles de la conciencia. En su último periodo de creación, el poeta canta el amor de la edad madura en versos de un sensualismo discreto, evidente en sus poemas póstumos: Cântecul focului (La canción del fuego)

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