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AÑO 5 - 2024

LUIS RODRIGUEZ JAGUAR – QUE SUEÑA CON LA POESÍA

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LA PARTIDA

 

Una a una 

el río lava las voces

que se adhieren a sus piedras,

llevándolas por una ruta lejana

al agua de la que nacieron.

 

Con la corriente 

me convierto en un fantasma

que es la morada de sus muertos,

y el ardor del agua 

golpea mi rostro;

ahora soy un canto que proviene 

de donde el río encuentra su creación

en la danza de los truenos 

y los árboles.

 

CANTO DE CURACIÓN

 

Dos aves cruzan el cielo

y dibujan espirales plateadas

en un lienzo manchado de sal

que es su campo de batalla.

 

Somos notas inconclusas

en la canción al trueno

y a la montaña que lleva tu nombre,

cada gota de sudor discurre por la roca viva

hasta el mar.

 

Hacia ti dirijo

la música de mis ríos,

pero me pregunto si al beberla

se agotará su armonía

en una quemada deglución.

En el torrente,

la piedra se toma el agua

el aire, el manglar y los peces,

luego los deja pasar

con un poco de sí misma

como regalo para el viaje

que no termina.

 

ÁRBOL

 

Anoche soñé que era un árbol

y por más que lo intentaba,

no podía moverme.

 

Mi rostro daba la espalda al sol de la mañana

llenándose de musgo 

mientras el cuello se me quemaba

desprotegido de mis ramas,

brazos que, de pesados, no podían obedecer.

Las raíces que había echado

me sujetaban infranqueables al suelo,

así que las tuve que convertir en pies.

 

Cientos de años pasaron

mientras esta metamorfosis se creaba

hasta que mis dedos se pudieron mover.

 

Entre la tierra húmeda,

las semillas de mis frutos

encontraron bienvenido asidero,

llevadas por el aire y las aves aquí y allá

todo un bosque crecía a mi alrededor.

 

Al dar el primer paso,

descubrí que ya estaba en todas partes.

Quisiera no despertar. 

 

JAGUAR QUE SUEÑA CON LA POESÍA

 

En mi cabeza tuve pájaros,

sobre mis piernas un jaguar.

El canto del Usumacinta – CARLOS PELLICER

I

 

En un rincón del bosque tropical,

oculto entre el alto dosel,

debe estar durmiendo un gran jaguar.

Lo arrulla el gorgoteo de la lluvia mañanera

y un coro de croares en éxtasis.

 

Sobre las ramas,

danzan los esqueletos de quienes fueron sus presas

rindiendo tributo al Señor de las Sombras,

última cosa que vieron en vida.

Hacen ronda en torno a su cama de hojas

dejando escapar un tintineo de huesos que chocan,

desnudados ya de carne por las hormigas y los escarabajos

volverán a su tumba vegetal

cuando la penumbra regrese y el cazador despierte.

 

El jaguar es un fantasma entre los bejucos,

un relámpago de tiniebla,

sin ruido ni huellas

solo una promesa de muerte que avanza y acecha.

 

II

 

Dicen que cuando el jaguar duerme

sueña con un poeta que corre por la selva

con la misma gracia que él lo haría.

El poeta lleva en su pelo

parvadas de pájaros que echan a volar

cuando abre la boca y lanza

estrellas nacidas de su palabra,

que crea y llena de espesura al sotobosque

y de hojas húmedas al suelo,

donde rondan las culebras y crecen los hongos;

palabras que oxigenan las aguas del río esmeralda

en el cual se alimentan los peces

del liquen que crece en las piedras ahogadas.

Un día conocerán la barriga del jaguar

para unirse a su compañía de esqueletos.

III

 

Y yo te veo a ti Creadora,

con tu cabellera llena de pirangas

mientras que al hacer palabra

destruyes y renuevas el tiempo,

derribas la montaña para alzarla más alta,

y no caminas, sino que vuelas sin poner tus pies en el fango

ni tropezar con la tarántula o quebrar el balance,

traes la tormenta que rejuvenece las raíces

enterradas muy profundo en la tierra

y las inútiles cuentas que hacen los siglos.

 

Y si así te sueño, Creadora,

debe ser, por tanto,

que yo he de ser ese jaguar

que quizás duerme

llenando sus manchas de madrugada.

 

FÁBULA DE LA PALABRA ESQUIVA

 

Matar es una habilidad que se desarrolla,

una flor solemne que vemos crecer,

que hacemos crecer.

 

Para el Jaguar,

quien nunca encontró la palabra esquiva,

es una danza entre víctima y destructor,

sangre desperdiciada que tiñe los helechos 

con el sabor que tiene la ausencia

de quienes asumimos sin contemplar, 

que todas las historias terminan.

 

BIOGRAFÍA

Nació en Costa Rica en el año 1979. Labora para el Ministerio de Educación Pública y forma parte del equipo de gestión cultural de Turrialba Literaria. En el 2020 participó del Festival Internacional de la Poesía de Costa Rica, y es gestor del Festival Presagio de Fuego en honor al natalicio del poeta Jorge Debravo.
En el año 2018 publicó su primer poemario: La voz que duerme entre las piedras (Nueva York Poetry Press).

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Minor Arias Uva
Minor Arias Uva
3 años hace

Excelente poesía, conectada con la tierra . Muchas gracias poeta Luis .

Oscar Chan Dzul
Oscar Chan Dzul
3 años hace

El poema del jaguar me traslada hasta mis ancestros. EL jaguar elemento simbólico y emblemático en nuestra cultura.

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