MARIANA NARANJO – EL OJO FRÁGIL DE LA NOSTALGIA
Yo te salvo
No nos vamos a ahogar en este océano
donde el amor aprendió a nadar
y a hacer magia con nosotros,
no nos vamos a ahogar
porque si te hundes yo te salvo,
y si me hundo tus brazos donde
sueña mi ternura serán mi flotador.
No nos vamos a ahogar,
nunca nos hizo falta pensar
en amansar las aguas o en dividir los mares,
desde el origen fuimos el agua
y el agua una con nosotros,
desde el origen mis sueños
nadaron con los tuyos
y los tuyos en los mios.
Porque este amor ya era ola
desde antes de saberlo,
porque este amor ya sabía
a inmensidad, y a remanso, ya era alga y pez,
ya fluía por los caminos del infinito…
no nos vamos a ahogar amor mio
porque si te hundes
yo te salvo.
El ojo frágil de la nostalgia
Qué nos va a quedar en el espejo
de nuestros recuerdos cuando una noche
la luz difusa de nuestra siluetas
se convierta de repente en un árbol sin hojas,
qué será del rostro que se busca
entre los albores del ayer amado,
entre la casa que un día fue suya,
qué haremos una vez que
la última vela se haya apagado,
qué sentiremos cuando el resplandor
haya mudado su piel cansada.
El espejo no será más el mismo,
ni tampoco el reflejo
ni mucho menos lo querido,
que sin presentirlo habremos de mirarlo
a través del ojo frágil de la nostalgia.
Lo que dicen las palabras
Para liberar a las palabras
de la isla del olvido
no solo basta con desatar los nudos
que se ocultan en la garganta,
es preciso dejarles bien abiertas las ventanas,
entretejer los recuerdos
y desempolvar el alma.
Entonces los silencios
se descubren a sí mismos
cantando en voz alta,
susurrando besos
y escribiendo cartas.
Sospecho que algunas palabras
huyen sin decirnos nada o casi nada,
otras mueren en las bocas
llenas de culpa del que no las habla
algunas se nos clavan en el pecho
y nos roban la calma,
pero otras, las más astutas, las más osadas,
se derraman entre la tinta
de una pluma mojada,
para ser escritas en versos
en plena madrugada.
Reencuentro
Cuando el silencio tocó mi carne
aparecieron las palabras,
de pie ante mí, grandes como las ceibas,
me miraron a los ojos,
con el fuego en sus bocas
esculpían nuevos valles.
Éxodo
Partir; con la esperanza aferrada a la maleta,
con el corazón desnudo expuesto a la intemperie,
con la libertad exiliada, con la nostalgia viva.
Caminar recogiendo los pasos para no olvidar quién eres,
mirarle la cara a la incertidumbre abismal
e implorar que no te devore.
Escapar sin descanso, huir sin consuelo
del látigo de la muerte, de la sombra de la guerra.
Partir; ser ave extranjera, noche cansada,
tarde sedienta.
Partir; valiente y temeroso,
resistente y fragmentado.
Partir; cómo preludio irremediable
del devenir incierto.
Mariana Naranjo escribe poesía, crea collages digitales y hace teatro, tiene 20 años, es de Manizales Colombia, estudiante de lenguas modernas de la universidad de caldas, hace parte del colectivo El hervidero, de la Red departamental de mujeres escritoras de Caldas y del colectivo poesía del sur femenino.
Para Mariana escribir poesía es una manera de hacer catarsis,de encontrarse con ella misma, una manera de resistir y de denunciar, ha publicado algunos de sus poemas en dos antologías; su poema Eternidad en cartas al adiós con la editorial Ita de la ciudad de Bogotá, sus poemas Nación de orquídeas, para el amor quiero, en palabra-ando, en la antología mujeres sin molde, Manizales 2020, y su cuento El sueño rojo, en la revista El acontista de la universidad de caldas. Sus poemas también están publicados en redes sociales, principalmente en instagram en su cuenta de poesía La naranja poética.
Mi sobrina hermosa, cómo te admiro
Eres grande Mariana. Que orgullo tan grande tengo.
Como uno se da cuenta tan tarde de semejante talento de mujer
[…] Se trata de Mariana Naranjo, del colectivo Nuevas Voces. Ver: https://casabukowski.com/poesia/mariana-naranjo/. También: […]