SALVADOR ZAMBRANA – SAUDADE

Saudade

a Thais Sandoval

Tal si le arrancasen los pétalos

a un lirio

a una rosa

o las cuerdas a un violín

así se siente como tú

flor de lis marchitada y en exilio

nostálgica pero fulminante

como la noche en la que de amarte

me arrepentí;

pues de mi silencio

ya no queda nada ni carcajadas humeantes

ni besos esquivos,

solo Spleen.

Yo que creí

a Hazel Reyes

I

Yo que creí burlar el inexorable y brutal

poder del Amor

heme aquí

c o n d e n a do como la piedra a ser

piedra, como la flor a ser flor.

Tú que sobre todos los hombres

me elegiste a mí

vasta e inimaginable sensación elevada

a la potencia del corazón raudo:

Mirada, gesto, palabra

Así un secreto ceñido a los labios.

¡Oh! Las líneas de tus manos como un epigrama.

II

Hay días en que aborrezco mi sobria existencia.

Días que son para mí un espejismo

pero no hay noche en la que no te vea

como un pensamiento que, de pronto, olvido.

Días y sin aviso se cae la casa,

se incendia, y a empezar de nuevo

desde el jardín hasta la puerta de entrada.

Al menos te di:

Un pedazo del mar.

Un poema de amor.

Un libro.

Establecidos

a Tamara Espinoza

1

Ella era maga

ser amable: oropéndola

de mirar fijo.

2

Árboles de ancestral esfinge

astros en sus góndolas

un hombre suponiendo que no sabe

del universo dentro suyo, del Amor.

Ni la oropéndola más excitante sabría

bullir el bosque aún disuelto abstraídamente

en el sudor que bebíamos desde la piel

que tiene memoria. Toda la sangre del útero.

Alter ego

«Hay que rebelarse de forma anárquica

ante cualquier tipo de identidad».

Antonin Artaud.

Gran suicida ¿por qué

dejar la puerta abierta

entre cipreses?

Llévate lejos

por favor toda angustia

junto contigo.

Corazón, toma

toda la magia oscura

que practicamos.

Llévatela

mi amor, toda ceniza

y estos conjuros.

Todo lo muerto

cabe en la boca, barro

y girasoles.

Anocheceres

¡Vigilantes extraños!

Delirium tremens.

Yo que vi tus ojos inolvidables

y hechizos bajo lluvia agustina

tras la suma de todas tus caras

tras tu sombra disonante

cuando viví contigo, entre otras tú.