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AÑO 5 - 2024

ROSAMEL DEL VALLE – VOLUNTAD

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VOLUNTAD

Esta primavera de frías paredes y de presencias enfermas de sombra
es el ruido secreto que desata los pies en el clima largo tiempo nocturno.
Una paloma en el aire de la nada del pecho
derrama el mensaje sospechado en el temblor de alambre del sueño.
Que el libro de invisible escritura que nadie abre en el miedo de las venas
muestre por fin su dichoso o terrible resplandor de lengua desgarrada.
Que esté oscuro el hombre como el mundo está oscuro,
pero que abra para siempre sus inmensos ojos de viajero que regresa en el día.

 

CARMEN
Color del paisaje sonámbulo de mis huesos
Sin amarras de nidos que destruyan la angustia.
La sal alza su mundo de estatuas en un ruido de manos.
Columnas desde los dedos hasta el centro de espacio
A quienes se obedece como a un ritual que impone su imagen.
Todo crece demasiado cerca y el eco que se debe ser entre objetos y personas
Sangra el cuerpo de un mar huidizo y negro
Mientras peces, los animales, los insectos y los signos dormidos
Rodean el lecho en cuyo césped la muerte escucha mi viaje.

 

VISITA
Por fin los corales han dado con las piernas y mecen rumores
En el lecho de la soledad hecha de nidos.
Cuando los sueños flotan y el hombre desinfla el aire que pasa
Saben que alguien despierta en el ruido de la noche terrestre.
Amor del océano que escribe con uñas en la arena apagada
Lo que la ola reduce a cuerdas líquidas.
El mensaje impone un orden en que los peces se detienen y naufragan.
Y algo de lo que toca se ilumina y algo de lo que no se ve deja caer su escama.
Porque los corales visitan un cuerpo y conocen lo que significa si el sueño
Toma la forma de un signo que desciende entre húmedos dedos marinos.

 

 TRANSPARECIA DE LA SANGRE
Tarda en seguir la línea entre los apagados cristales de las venas
Sin marcar el sonido que nace en el árbol del alba.
Algunas nubes se agitan en trance de imágenes sin saber donde dejar caer sus hijos.
Cielo ceñido de hierbas y alcoholes sonámbulos.
Lasa manos se agitan al lado del lecho donde la memoria vierte su líquido.
Pero lo animales descansan en un follaje de brasas
Sin dejar pasar el signo que la tierra destruye en su tumba.
Espacio de los mitos y de los jóvenes dolores que llegan.
Aliado de los peces que cimbran lámparas llamándose en el ojo de la noche.
Alguna vez será difícil descifrar lo que el sueño quiere decir con su golpe en la puerta.

 

PASEO

Desde los pies azules con su traje de lámpara,
Desde los cabellos que caen de los árboles en un sonido de olas,
Nada más que en el punto donde debo reconocerte despierta o dormida.
A veces como una copa de angustia donde se ahoga el aire que te guarda.
Si mi memoria sumergida en su horno de sueño se despertara
Sin turbar los ritos que la rodean, los ritos de verdes temblores.
Desde el humo que levantan los deseos en su casa.
Desde los sonidos que vienen desde el obscuro oído de la tierra.
En verdad, no siempre es tu paso lo que flota sobre el césped,
Ni tu pensamiento lo que tiembla con cierta dificultad en el aire.

BIOGRAFÍA

Rosamel del Valle, seudónimo de Moisés Filadelfio Gutiérrez Gutiérrez (*Curacaví, 13 de noviembre de 1900 – †Santiago de Chile, 22 de septiembre de 1965), fue un poeta vanguardista chileno.

De origen campesino, se marchó a Santiago siendo aún menor de edad. Debido al temprano deceso de su padre, en 1918, se vio forzado a dejar sus estudios para mantener a su familia numerosa. Trabajó de obrero linotipista durante un largo periodo.
Publica poemas con diversos seudónimos en diferentes revistas y periódicos hasta que en 1920, saca a la luz su primer libro, Los poemas lunados, en donde adopta su seudónimo tomado del nombre un romance juvenil: Rosa Amelia del Valle.
Estos primeros textos son de una estética marcadamente modernista y postromántica, muy diferente de la escritura que lo hará reconocido, más ligada al surrealismo y la poesía metafísica. Apenas publicado Los poemas lunados desaparece de las librerías, probablemente por intervención del propio autor, que se sentía insatisfecho por el resultado, influido por los movimientos vanguardistas. El texto incluso es sacado de las listas de «obras del autor» que posteriormente se publicarán.
En 1923 conoce al poeta Humberto Díaz Casanueva, de quien será amigo toda la vida y con el que compartía una estética muy similar.
La escena cultural de Santiago en la que participaba con otros artistas lo lleva a fundar dos revistas de corta duración Ariel y Panorama, las que sólo tendrán dos números cada una.
En 1946, luego de trabajar más de dos décadas de linotipista y funcionario de Correos y Telégrafos, partió a Nueva York, gracias a un trabajo que le consiguió Humberto Díaz Casanueva como corrector de pruebas de la oficina de publicaciones de la Organización de Naciones Unidas. Allí conoció a Thérèse Dulac, con quien se casó en 1948.
A fines de 1962 regresó a Chile y se radicó en Santiago hasta su muerte en 1965.
Rosamel del Valle está considerado por la crítica como uno de los poetas fundamentales del periodo vanguardista en Chile, junto a Vicente Huidobro, Pablo Neruda, y Pablo de Rokha.

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