Tania Pleitez Vela (Salvador/Barcelona) – CABLES POLVO VERDE
cables polvo verde
en las montañas bale de
etiopía
descansan cerca de un
arroyo
dos caminantes
el fuego arranca palabras a la
leña
la sartén se excita con el bullir del
aceite
vegetales se desdoblan para
calentarse
se rinden al ritual del
alimento
el pimiento prepara su
picante
explora un
paladar
comienza de nuevo la
caminata
curiosa por el lobo casi
extinto
hay flores diminutas
vigorosas
su pequeñez se prende a las
piedras
y si protesta el viento
visita la nieve
aúlla la sequía
su belleza es
imbatible
no necesita brillar
las montañas exhalan música
es una orquesta orgánica
se arma una fiesta por la sonrisa
en un rostro acostumbrado al
sabotaje
intervienen los ojos
tragan fatiga urbana
segregan
esa larga cicatriz
elástico el segundo
se extiende por un lago
contenido en un cráter
cuenco de agua & tiempo
tiempo & polvo aferrado a pies
descalzos
agrietados
de niñas etíopes
mis botas de montaña se
avergüenzan
entre piedras del camino
se asolea desnuda una botella de
coca-cola
y más adelante tienen sexo
fragmentos de
alambre & cable
abejas
exploran el reverso de la
alegría
son sonidos en un túnel
zumbido aullido escándalo de
cables
polvo
verde
mordiente
botas de montaña
ágiles
en la calle de polvo
dos cuerpos forasteros
seguidos por niños
hasta llegar a shewa
la aldea al completo sale
a su encuentro
en la plaza
la algarabía de casas
escobas verduras & perros
se concentran en dos sílabas
mo-ney
forasteros
confundidos
se dejan tocar & pellizcar
cincuenta personas
trastos de barro
utensilios de cocina
gritan al unísono
money money
forasteros
se dejan tocar & pellizcar
por las tretas del hambre
el bastón del anciano
amonesta a su gente
golpea
espaldas piernas brazos
y refugia a los intrusos
en un colmado
ahí
nadie giña el ojo
ni saluda
cuerpos
foráneos
recogidos
silencio desolación
mirada extranjera se
disloca
& en sus retinas se fijan otros tintes
refugio questa a 2388 m.s.n.m.
el lago portette
ahoga
los últimos trozos de hielo
la tarde es
engullida
por el vino
el aroma a polenta se
engarza
en el cuenco
el canto de alpinistas
materializa
al partisano
montículos de piedras
átomos
entraña de alpes marítimos
pólvora & guerra
la mujer caminante hospeda
moléculas
de otra guerra que
corroe
la tarde que el vino
engulle
& su cuerpo revienta en ola del
pacífico
piedra espesa
niebla sinuosa
el mozote, 1995
en la madrugada
caminan tres siluetas
desde perquín
hacia el mozote
entre montañas
calles rurales se jactan
de su polvo & lejanía
en el mozote
hay un eco exhalado
la aldea
vaciada
ni una persona
ni un caballo
ni una vaca
materia desierta
escombro
inmóvil
piel de caminantes se
retrae
enroscada en el
poro
& se refugia tras las
venas
el eco de jaurías
se mantiene
anclado a la tierra
agua lechosa emana del eco
manto líquido sobre
hierbajos
nadie aprende el
lenguaje
de los hierbajos
descarnados caminantes
regresan a perquín
cargando cubos de agua
lechosa
el atardecer se exilia en la
cueva
cansado de ofrecerles su
rojo & naranja
en las costillas
caminantes
no hay lugar para la
calma
el mozote, 1998
la brisa desequilibra
el vestido de
rufina
su cabello deletrea
fortaleza
sus cuerdas vocales
laboriosas
guían a la entrevistadora
por la corriente del
agua lechosa
incrustada en elementos
arcillosos
aquí me encerraron
apunta & su dedo desarma el silencio
me escapé & escondí
crujen sus pies sobre las hojas secas
allá mataron a mis hijos
un correr de lagartija protege su mirada
aquí enterré mi grito
un árbol cenizo apresura su voz
el cuerpo de la entrevistadora
se transforma en planta
machacada
su semilla es un paracaídas
la caída es diáfana
cuando hay arraigo
Tania Pleitez Vela
Salvadoreña, vive en Barcelona desde 1998. Doctora en filología hispánica, profesora universitaria, investigadora en literatura latinoamericana y directora de Otro modo de ser. Festival de poetAs. En poesía ha publicado Nostalgia del presente (Índole Editores, 2014) y Preguerra / Prewar (Kalina, 2017). Actualmente trabaja en su nuevo libro de poesía titulado “cables polvo verde”.
¡Maravillosa Tania! gracias por tu poesía.