WILLIAM ROUGE – UNA CIUDAD NO SE VA NUNCA
Échale fuego a todos los poemas que colgaste en el tendedero del sol
deja que la tormenta escriba algo
deja que te escriba el agua que sabe de fuegos
arrójale rechinantes zumbidos al silencio que creíste tuyo
tan mallarmeano como te soñaste
Lánzale al poema los huesos que te quedan
y verás qué tan poeta eras en tránsito de hombre
Con racimos de adioses levanta los muros
donde alguien dijo hola chorréate un chubasco
chapucéate clandestinas lágrimas de aeropuertos donde te hartaron de futuros
quédate hasta que salgan las ranas y audiciona para ellas el asco de tu heroísmo
después de cada verso
canta trenes en las recámaras donde alguien dijo “Sueña conmigo”
No por tener cama mereces poesía
No por mudar tres palabras cada cien años puedes inventar ventanas al poema
Crujen aplausos en tus oídos cuando caminas por la calzada de los poetas
ya casi pellicereas y crees que en la lengua sollozan pájaros y no agujas
Trépate a la cordillera de la techumbre inflamando músicas
en la azotea eléctrica de la memoria destila la simiente que lloviste en una muchacha
y que luego llamaste “Árbol”
condensa tornados de esperma en el cielorraso de las estrellas
un día la muchacha volverá a empinarse en la azotea cósmica
y preñada de vía láctea regresarás a su córnea
por fin alguien te traerá al mundo
aunque no tengas refugio
Despelléjate unas cuantas ciudades donde copulan desastres
de cúpulas el poema se hastía, pero que no te falte la cópula después de machacar museos y retornarte a las ruinas de la casa
repatriado todo es ceniza donde uno llama, golpea y pregunta quién vive
la puerta aprendió a ser barranco
ondulante hondura en el toc toc toc que nadie escucha
No por saberse monologante la poesía abre
No por arrebatarse alcoholes la poesía ampara
Las puertas fertilizan acantilados
y no he visto al primer poeta entrar como se entra moliéndose los nombres que algún día dijeron amar para un poema
pero tímbrate al escuchar el teléfono coreando un número marcado que no está en servicio
tan parecido a la vida
tan semejante al cuerpo
de números que no están en servicio se escribe
no porque seas la catástrofe la poesía contesta
Ya sabes que no entrarás este milenio
Escribe muy lento la palabra silla como si fuera a sentarse el naufragio
piénsate las frituras lingüísticas que no comerás
vuelve a escribir silla como si fueras a ser petroglifo
respeta tu vocación de fósil
que sólo sabe recitar el mismo número telefónico
No por zumbar afuera de la casa la poesía se conmueve
Arráncate lo que creías escrito
Chirréales a las visitas tus premios
sabes que no entrarás esta noche, pero balbucea la palabra Árbol
farfullante tampoco entrarás, aunque verdees en el jardín
diciéndote prepotente altanero soberbio
fatuo ya sin apuros
“Tan fácil hacer poemas que nada derrumben
tan fácil tan fácil”
Las cicatrices se heredan
por cicatrices chispeantes uno es algo
se nota quién es uno por el vestido que reverbera gemidos
el traje verdadero nadie te lo aplancha
uno va húmedo de heridas
secarse del todo nunca
heredamos cicatrizantes cielos
y uno los guarda en galácticos armarios
de vez en cuando nos descocemos la madre
y en gangrenas de silencio regresa un día un hombre
Abrazamos un virulento sueño
uno cree que su familia es una colmena de fiebres
que uno tiene nombre por lo que duele
Lo que duele no es la raspadura ontológica
Lo que duele no es la cicatriz que abraza
Lo que duele es no saber decirla
no saber hablarla
no saber ruñirla
no poder sacarla a pasear por los lenguajes
Molesta que no cuaje
en arquitecturas de luz
Molesta solo quejarse cicatrices sin licor
como si cada cicatriz fuera un ojo
Tratamos con sombras
a veces nos engañan
Creemos que nos lavan en sueños los ojos
El poeta es el médico inverso
Deja hablar heridas
Los cuerpos comienzan su coro
mientras algunos se perfuman las heridas
El poeta sabe de heridas que no cicatrizan
de cuerpos que no logran decirse
Llevo a pasear islas a los acuarios de internet
Dicen que no es bonito morirse en el Muro
Poco lindo buscar amigos en rostros que son
pantalla
Irrisorios hallazgos si hay que editarse el perfil
Cambiando de foto mi mujer sin mí se fue para
Roma
y el amor en el Muro no alcanzó a derribarle
satélites
Plañir en el Muro es bello porque de vez en
cuando
me digita mordiscos en ranuras ocultas
La veo poco de perfil en su foto, pero al menos le
recuerdo el sabor de sus ojos
cuando le masticaba el corazón
Para verme morir Ciento treinta y ocho amigos
olvidé agregar la muerte
ya le tengo veintidós solicitudes
Falta morirnos para que el Muro se confiese lo
prehistórico
El chip neolítico que llevo en la lengua sólo
Procesa fornicios
Poemas poco pero sabe actualizarse cuerpos que
me riman velorios
Mezcal poco
siempre poco para las muertes
que uno encuentra en el metro
En Barranca del Muerto falta alcohol
inundación para lo que hace una mujer con uno
te dejan vivo
te dejan jodido
naciendo te dejan
nadie acaba por completo con uno
cuerpos siempre poco
mujer poco
y le corresponde a uno anclarse otra vez en su
Muro
Afuera del metro naufragan lúcidamente los
peseros
pero al hombre una mujer ninguna muerte le
proporciona
y uno viaja para eso
es para morir en rojo que uno rasguña aviones
pero nada
sólo Muro sin demoler contactos
sólo Muro sin derribarse lo rupestre
sólo Muro sin sangre para destilar bisontes y
mamuts
lo demás diluvia
terceros zozobran
intacto siempre uno
culpa de mujer haber quedado ileso
es que no regresé muerto al Muro
salvo entero epifánico
nada con nombre de muchacha me astilló lo rojo
contra el Muro
su nombre era
Clemencia
Rosario
Guadalupe
Hasta ulcera recordarle el nombre
encona no saberse muerto por ella
Perder el viaje
Asaltar el poema
Otras me matarán tal vez
Otra con pájaros me lleva al matadero
Aladas muertes celebro
in memoriam mío
El hombre se raja lo poeta con una mujer así
Mejor ser sólo hombre
es poco, pero arden sus aguas
aguardiente uno con esta mujer que no comparte
toda su información con todo el mundo
Diciendo Muro quién pudiera rugir Muero
Lo poeta es olímpico
Mejor transeúnte por vocación
Navegar los confines de un ombligo
Mescalizar los verbos sin música
Piloto de la que sabe matar al poeta y nacerse
pedestre
Lo poeta es heroico
Mejor apachurrarse las alas
Pedirle a la muerte un aventón
Bufar resoplar bramar más amor sin mensajes
de texto
y luego encaramarnos
y juntos lanzarnos del Muro
Duele no ser alcohol
botella
barril
garganta
Duele no ser para ella
Duele en Medellín
duele en Guadalajara
Duele no arderle el amor
en su esófago solar
Odre
barrica
boca
lastima no ser
Doliente soy sin cúpulas verbales
sin copa dónde beberme el amor que no abrió
Trizando nubes
pulques nubes
coctelitos de truenos
pisco en la lengua intacta
ron y más ron
donde no acarició
donde ella no dolió
Antoja dolerse la sed
La aridez del que palabrea no me alcanza
Transpiro sed
yo que no bebí infierno
Bordeo un nombre
macizo y luminoso
como pezón para relincharse la memoria
y es que el poema no quiso decirlo
Un nombre ciprés
Un nombre farol
Un nombre brasa
para rechinar abrazos
lloviéndonos promesas
en lo tibio del pecho
Perdiéndola
uno aprende a platicar con
teléfonos públicos
Buscándola
uno aprende a combatir con
trenes subterráneos
Nauta de sus arterias
Ella que sabe alimentarse de uno
Ella alambique del sol
Una sanguínea cantina con plazas para el fornicio
de las derrotas
Médula del poema que galopa regresos
Revienta decir ella
vocearla coagula el tiempo
cantarla es machacar al cielo
Cómo decir ella sin perder
sin perder el cuerpo
sin flamear en ella uno es un ensayito de trinos
Inframundano en ella
Malecón donde aún no se es bebido
Tonel vaciado
Destilante lengua ella
cantina torrentosa
donde no se alcanzó a ser alcohol
Se regresa para fermentarse los ojos
Se regresa para ser alcohol un día
para ser bebido en ella nos vaciamos
Se regresa para levantar lo que el poema no pudo
lo que esta vida martilla
Corazón macerado
Corazón silabeante traemos
Ronco corazón
Corazón para ti ciudad
socavando cúpulas
Enhiesto el corazón
en sus cordilleras el corazón alumbra
en su hormiguero de muertes desgajamos el
corazón
y es que el poema no pudo decirlo
y el viaje retornarlo tampoco
Es corazón lo que faltaba
un último desastre
un último parto
un novísimo trago
Ella hotel de paso
en Caracas y Managua
En El D.F y Buenos Aires
de nuevo taberna
Bodega de prodigios
Pulpería de visiones siempre
en San José y La Paz
En ella derrotas y glorias en mediodías de luto
En Lima y Quito
ermita donde se cuecen heridas
En San Juan y Montevideo
astillero de cuerpos y canciones de cuna
Ella cantina
sobre tumbas y jardines
Era corazón
lo que faltaba para chasquear su
nombre
Era corazón
lo que faltaba para relampaguear
su voz
y es que el poema no supo decirlo
Urbe mujer
Agave madre
Orbe señora
vinimos a sazonarte el corazón
a urdir el último derrumbe
a fecundar asombros
es que duele no ser alcohol
Portento nuestro corazón
Última trizadura
aserrín
Cuchillo el corazón
Vengo rasante
borrascoso
Vengo diáfano también
lascivo y longevo
Encabritado regreso a sembrarte amor
despanzurrado amor
hendido
hundido por amor
He visto un cuerpo escribiéndose
Huracanado torrentoso
Se escribía raíces truenos licores
Vi un cuerpo deletreándose
Vibratorio
percusionante
Deletreaba tactos de luz aire nieve
Visto por casi nadie
Ese cuerpo oscilaba ritmos
Leía las cadencias del frío
Ese cuerpo blandía roces cósmicos
Lo vi entrevistarse con el trueno cerrando los ojos
Se hizo luminoso
refulgía su lengua
concertaba con la luz
mirando hacia dentro
y allí había algo
como trombón o tuba para interpretar colores
El rojo era un árbol sinfónico
El rojo era un cielo ebrio y danzante
El asunto del cuerpo era capturar lo audible
Escucharse los cuerpos antes de él
Traducirse la piel de una estrella
El peso de unas gotas de agua
Transcribir para el tacto las conversaciones de las
cosas
Duplicaba lluvias que tenía adentro
Todo tan húmedo en él
Goteante en sus visiones podía verse
Visto por casi nadie él era un concierto
Ácido almibarado boscoso crujiente
Sabores había si cerraba los ojos
Lo vi lamiéndose los ruidos del sueño
Olfateaba la luz como si estuviera hecha de
puertas
Y allí había algo
Como bandoneón piano para las cadenas que lo
vestían
Rojo todo el fuelle de su tacto
Bandoneador de misterios
Acordeonista de asombros siempre rojos
En la regadera del sol siempre cuerpo
Visto por casi nadie él era un concierto
Y el mundo casi nada sabe de milagros
Excepto en la sala de cine
Y su oído supo del chorro de luz reproduciendo
los filmes que no alcanzaron a los otros cuerpos
comprendió que los efectos especiales no estaban
en los ojos
He visto un cuerpo leyéndose
en el festín de los miedos
casi por nadie visto
casi por nadie desvestido todavía
Un cuerpo de vidrio contiene el mar
En él amenazan mareas altas
Fieros asaltos lo cimbran
Corsarios de hotel de paso acechan sus babas
Rebosan piratas en el cuerpo
Un cuerpo de vidrio de filibusteros está hecho
Bandidos del deseo fundaron en él aguas turbias
Turbias las aguas del que se quedó solo una hora
Turbias las aguas de una sola noche
Agua estancada la del cuerpo por lo hoteles sin
pasos
Turbias las húmedas derrotas del que no pudo
venirse
Del que no fue vino en su cuerpo de vidrio
En él se miran las olas que prometieron regresarle sus viajes
La sangre espejea
Grazna el sol en sus cristales
Un cuerpo es botella para las dulces aguas
Que no mojaron nuestra sed
La garrafa del cuerpo se llena de hogueras
Arden los alcoholes y casi nadie nos naufraga
Garganta el botellón que casi nadie se lleva a la boca
Un cuerpo de vidrio se rompe al ser bebido
y uno va bajando
Zozobra cuando uno baja
y uno va bajando
Brama uno en el cogote
de los deslizamientos
y uno va bajando
Hasta descorchar la lengua
Hervimos salivas nuevas
Porque uno va bajando
y se baja hasta las hierbas más primitivas
Todo se cuece en un cuerpo de vidrio
Con fruición las aguas más espesas
van bajándose la sed
y de bajar con tanta altura
Uno es cuerpo espuma
Cuerpo bebido en su botella
Cuerpo hecho por una lengua en sus olas
Para romper cuerpos
Para desgajar el cuerpo
Uno es marea baja
Altísimo encumbrado portentoso
en las aguas que bajan
Una ciudad no se va nunca
el equipaje lo pierde y entonces no se va
Una ciudad no cabe en un mensaje de texto
mandamos ataúdes, pero el muerto nunca
una ciudad no cuelgo
todas se derrumban
bellas son las ciudades que se vienen de rumba
Estrellar una ciudad contra el muro
es oficio de difuntos
Una ciudad no se descarga
vamos cargando una zumbante ciudad en los
pabellones de la carne
zumban sus motores si alguien se la lleva puesta
No cabe una ciudad en discos duros
ella tan blanda en sus danzas
ella húmeda en sus canciones ambulantes
Una ciudad no acaba nunca
sabe nacer para sus derrotas
siempre está naciendo en otra nube
sabe de velorios en sus cúpulas
Una ciudad no termina
nos hunde
nos gasta
nos parte
la cópula que creíamos solo nuestra
una ciudad sabe de cópulas que no se acaban
acabamos en ella
pero ella siempre intacta
en adioses persiste
en terminales de autobús se funda
en salas de espera una umbilical ciudad
vuelve a parirnos
y uno nace para irse
de su matriz aprendemos la errancia
pero uno no se va
uno descubre que vivir es venirse
la lucidez es eso
venirse en ruinas
vivir fermentando
a chorros añejarse
regresar a un etílico destino
bellos rumbos
ciertos paisajes
luminosos
Una ciudad es placenta para sus peces
Una ciudad es río para sus barricas
Una ciudad nos abre
es una pelvis que nos esancha
nos recibe
nos contiene
nos recoge
los 750 mililitros
los 40 grados de universo
que uno derrama por ahí
en sus rotondas con palmera
en sus siderales calles
en sus obeliscos ciegos
Derramarse uno otra vez
derramarse en alamedas
hacerse uno muchacha que lo contenga todo
cabernos en ella
acabarnos otra vez
como un valle derramarse más
hacerse uno hombre que lo beba todo
caber en lo líquido
acabarnos en una boca
de regresos nuevos llenar una garganta
anfibio de toda agua en una ciudad
recobrar la embriaguez de la primavera
en paisajes que doblan los años
en la desnudez que el desastre envidia
en la piel de los edificios públicos
en los ojales del deseo que salvaguardan las
cajeras de los bancos
pero yo disfruto que me mientan
mientras alguien me desnude
mientras me siga bebiendo una muchacha
que me mientan disfruto
porque comprendo que solo en una muchacha
una ciudad logra caber
casi toda
unánime en sus derrumbes
y entonces sí
solo de tal forma
una ciudad puede irse
a tiempo puntual con sus milagros en las maletas