Yohei Moriya Miyakawa – NO, NO TENGO EL HONOR

Yohei Moriya Miyakawa, abogado peruano-japonés por la Universidad Nacional de Trujillo, con maestría en derecho por Universidad Clemson. Se desempeñó como docente de gestiones judiciales en Universidad Austral, Argentina y argumentación jurídicia en Universidad San Francisco de Quito. Además ha sido el director de Fundación Biblioteca Virtual El Último Bastión y el Fundador de la Cátedra Internacional Antonio Cillóniz De la Guerra. Ha brindando conferencias en foros de América Latina sobre temas políticos, filosóficos, históricos y literarios. También es miembro del equipo de entrevistas del Movimiento Cultural Internacional Ergo. En la actuaidad es crítico literario y brinda servicios de asesoría literaria.
No, no tengo el honor
Interrumpí mi viaje a los pueblos de mi Perú
por el mejor trabajo
fue un encontronazo con el recuerdo
fue empezar de cero,
privado de la mejoría
de esos paisajes, de esos hechos
como un despertar estrellado.
Quería terminarlo,
precipité mi sepelio
y me volví a observar
como quien mira un Machu Picchu
perdido tras las mamparas
de una infancia sombría.
Y las páginas en blanco
Si las lleno alguna vez
que sea registrando
célebres ocurrencias:
secretos de la arquitectura inca
o el preciso instante en que el cóndor andino retorna
a sus territorios ancestrales.
Las murallas de la profusión
Estoy en la oficina de la gerencia aguardando por el máximo ejecutivo.
Una pintura de la escuela cuzqueña quejumbrosa desborda el área privada
conjuntamente con un retablo ayacuchano y el diseño
del mundo del propietario de la compañía flota como el vitral del Mapparium, Biblioteca
Mary Backer Eddy en Boston
que filtra las legiones de sus demonios.
El relato una seguidilla de viajes y personajes famosos que me aturden,
en una llamada importante
abro El andarín de la noche: obra poética completa de Eguren.
Quiero leerlo y no puedo. Entonces
lo verbalizo, lo rezo,
me lo quita abruptamente y el verso
se estanca y alcanza el vigor de la antimateria.
Soy el monarca más rico del mundo que entona y descubre
la médula del silencio. En lo deshabitado
subo hasta mi música celta y me vuelvo
sacro, auténtico,
macizo,
como la espuma.
Obtendré
A donde irá esa vorágine de sensaciones
Sin embargo, la voluntad no se quedó en la acera de la
avenida
Qué realizar para apartar abruptamente esta enorme
desdicha
En ese instante trastabillaré por desvanecer tu aroma
en uno de los harapientos barrios de Pisac
Fue un remolino de coca cuando debuté apenas cumplir
dieciséis años
Ante mí la silueta esbelta de una mujer lujuriosa
sombríamente maldita
Por otra parte, los caracteres distarán mucho
la pasividad sexual será levantada
Un impresionante insecto del bajo del Urubamba
ahuyentará mis demonios
En esa perplejidad
El placer es lo más sublime que he conocido
y cada 23 de enero al terminar la madrugada el viejo Apu
con mayestático ropaje desciende hacia la calle siete
culebras
se diría que barajan unos rituales andinos de destellos
entre la sombra.
Un abrazo grande al amigo poeta, crítico literario y excelente persona Yohei Moriya