YULEISY CRUZ LEZCANO – LA TRANSFORMACIÓN DE PERSÉFONE
La transformación de Perséfone
Perséfone, en sus ojos,
gotas de líquido tibio
destituyen de la mirada
todos los poderes.
La vista nada puede
contra el vacío roto,
lanzado al aire
como piedras por un volcán,
mecido por los efluvios
de sueños agotados
sobre la herida de la tierra.
El lago silencioso observa
las manos de un príncipe
que arranca la flor,
desamorado de la falta de amor
de quién se lleva todo
sin que sea suyo.
Perséfone, pequeño capullo,
flor entre las flores,
con manos que dejan
el rastro de oro,
con boca que canta
al paraíso sonoro,
trinos de pecho precoz,
pájaro de sol, su voz,
despierta la aurora.
Hades, al verla, se enamora,
abre una grieta en la tierra y la devora.
Perséfone se vuelve la señora,
diosa de los infiernos,
llorada por su padre que culpa
a la tierra entera,
borrando la eterna primavera.
Zeus cómplice y responsable,
quiere que el daño sea reparable
y hace con el padre de Perséfone un pacto:
Perséfone estará mitad del año con su madre
y mitad del año en el infierno,
así después de la primavera
la tierra se viste de inverno.
Ahora Perséfone no es la misma,
en el infierno se apagaron sus raíces,
su corazón es una semilla ciega sin luz,
sus ojos transformados,
son átomos de cristal,
expresan un pesar mortal
que abre flores venenosas
en los prados iracundos
que han transformado su mundo.
Ahora Perséfone no es la misma,
de sus manos emplumadas
fluyen arenas abisales
que crean umbrales
donde se reúnen los desiertos,
espacios sin luz, abiertos,
para acompañar los vivos
en el infierno de los muertos.
Insomnio
Continuo hojeando el cuaderno
sobre todo de noche
inocentemente pretendo
de cortar la realidad
con el cuchillo del sueño.
El sueño tiembla
en la mirada del cansancio,
tiene miedo de perder la vida
buscando nuevos mundos
en párpados vacíos
de presencias invisibles
y de manos ciegas.
En los calendarios, la entrega
es un don que palpa
la forma inexorable
de la carne mortal que muere
entre los dedos.
Los dedos preguntan y nadie contesta;
el desierto fatal de la voz
es la sombra de un fantasma
que camina por el aire,
me quita el sueño
y me deja el cansancio.
Yuleisy Cruz Lezcano. Nació en la isla de Cuba el 13 marzo de 1973, vive en Marzabotto (Bolonia; Italia). La poetisa emigró en Italia a la edad de 18 años, estudió en la Universidad de Bolonia y consiguió el título en “Ciencias enfermeristicas y obstetricia” consiguió, además, un segundo título en “Ciencias biológicas”. Trabaja en la salud pública.
En su tiempo libre ama dedicarse a la escritura de poemas, poesías, relatos, a la pintura.
Numerosos son los premios literarios donde ha obtenido reconocimientos importantes.